Reseña de libros: de la biografía de Cleopatra a Oscar Wilde

Cleopatra. Por Waterhouse
Cleopatra en la imaginación de John_William_Waterhouse.

La vida de la célebre y desconocida reina de Egipto, relatada por Stacy Schiff; Las Siete Lunas de Maali Almeida, la sorprendente novela ganadora del Booker, y una nueva versión del clásico El Gigante Egoísta, en gran formato y con estupendas ilustraciones, en las lecturas de la semana.


Cleopatra

Cleopatra. Una Vida, de Stacy Schiff (Fondo de Cultura Económica)

Bajo el sol del desierto sirio, Cleopatra reunió a una banda de mercenarios. Estaba decidida a recuperar el trono de Egipto ocupado por su hermano. Tenía 21 años, era huérfana y estaba exiliada. Era el año 48 a.C. Un ejército de 20 mil hombres resguardaba la frontera y le impedía volver al reino. Pero entonces la historia se cruzó en su camino y ella fue a reclamar su lugar: César llegó a Egipto, después de vencer a Pompeyo, y ella se las ingenió para atravesar las líneas enemigas y presentarse ante él. Sagaz y encantadora, Cleopatra logró el favor de César, quien se convirtió en su amante. Más tarde haría lo propio con Marco Antonio, su heredero político. Durante 22 años Cleopatra gobernó Egipto. “Por un momento, tuvo el destino del mundo occidental en sus manos”, escribe Stacy Schiff, biógrafa ganadora del Pulitzer. “Cleopatra se halló a sí misma en una de las intersecciones más peligrosas de la historia: las mujeres y el poder”, observa. “No sabemos si Cleopatra amó a Antonio o a César, pero sí sabemos que consiguió que cada uno cumpliera sus peticiones”. Estratega perspicaz, la recordamos por las razones equivocadas, agrega la autora. Con erudición y pasión narrativa, esta biografía restaca la vida de una de las mujeres más célebres y desconocidas de la historia.

Las siete lunas

Las Siete Lunas de Maali Almeida. Sheehan Karunatilaka (Letras de Plata)

Viste una chaqueta sahariana y jeans gastados. Solo lleva un zapato. De su cuello cuelgan tres collares y una cámara Nikon de la que no se separa nunca. Cuando abre los ojos se encuentra en una oficina repleta de gente que hace fila. Parece una repartición gubernamental o una oficina tributaria, pero más bien es una ventanilla de informaciones. Allí, el fotógrafo Maali Almeida se entera de que está muerto, como todas las personas que se encuentran ahí, algunas con el cráneo roto o el cuerpo atravesado por balas. Muchas de ellas son víctimas de las guerrillas que asolaron a Sri Lanka en los años 80. Maali se entera de algo más: dispone de siete lunas para moverse por el mundo antes de olvidar su vida pasada. Maali ha cubierto las guerras en su país y guarda una caja con fotografías comprometedoras de los distintos bandos, de modo que cuenta con una semana para contactar a su pareja y una amiga para dar a conocer ese material. De otra forma su trabajo se perderá. Ganadora del Booker, esta novela de Sheehan Karunatilaka se asoma al horror de la violencia en su país a través de una narración salpicada de humor y con los códigos del realismo mágico. Ingeniosa y audaz, Las siete lunas respira el espíritu experimental de Kurt Vonnegut y resulta una novela sorprendente, divertida y conmovedora.

Gigante

El Gigante Egoísta, de Oscar Wilde, versión de M.J. Ferrada (Zig-Zag)

Cuando volvían del colegio, los niños solían jugar en el jardín del gigante. Entonces los árboles y arbustos se cubrían de verde. Las plantas florecían en primavera, y en verano y otoño las ramas se colmaban de frutas dulces. Pero una tarde, después de siete años fuera, el gigante regresó desde la casa de su amigo, el ogro de la montaña. “Este jardín es para mí solo, y no permitiré que nadie, que no sea yo, venga a jugar en él”, gritó. Y colgó un letrero poco amistoso en la puerta: “Se prohíbe la entrada a este jardín”. Los niños quedaron muy tristes. La alegría desapareció del jardín, donde solo entraban la nieve y el viento norte. Cuando la primavera llegó al pueblo, el patio del gigante seguía cubierto de nieve. Ni siquiera el otoño quiso atravesar los muros del jardín: “Es demasiado egoísta”. Pero un día los niños se colaron por un agujero en el muro y con sus risas, el hielo se derritió y los árboles y plantas volvieron a brillar. Excepto un árbol, donde un niño pequeño no lograba escalar. Clásico de la literatura publicado en 1888, el cuento de Oscar Wilde revive en una edición gigante, con entrañables ilustraciones de Sandra Conejeros y un relato adaptado por María José Ferrada que refresca la lectura, preserva las sutilezas y el encanto de la narración.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.