Gritos, pacifismo y una carta de amor: las historias de las 5 mejores canciones de The Beatles como solistas

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Gritos, pacifismo y una carta de amor: las historias de las 5 mejores canciones de The Beatles como solistas

A propósito del listado elaborado por Rolling Stone, reunimos las historias tras cinco de las mejores canciones que publicaron Lennon, McCartney, Harrison y Starr fuera del redil Beatle. Tienden a coincidir en los primeros años de los setenta, cuando el mito se había terminado, pero con sus chispazos de talento lograron firmar canciones memorables, inspiradas en el amor, el idealismo, la religión, o en experiencias personales que tradujeron a música.


Tratados con atención desigual por la prensa, las carreras solistas de los integrantes de The Beatles posterior a su separación han dejado canciones para el recuerdo, pese a que los períodos en activo y el alcance de su música no fue parejo; Paul McCartney solo fue reconocido desde mediados de los setenta, pero sigue lanzando música hasta hoy.

En la misma década, George Harrison tuvo su mayor relumbrón, de hecho fue el primer Beatle en lograr un éxito en solitario, pero comenzó a languidecer a comienzos de los ochenta. Mientras, la etapa solista de John Lennon antes de su asesinato en 1980, tuvo lanzamientos de calidad muy dispar, aunque con momentos notables. Y Ringo Starr, el más ignorado (aunque igual sonó para venir al Festival de Viña), también se las ingenió para meter un par de hits, aunque con mucha ayuda de sus amigos.

A propósito del listado de Rolling Stone de las 100 mejores canciones de los Beatles como solistas, detallamos las historias tras las cinco primeras.

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Las historias tras las 5 mejores canciones de The Beatles como solistas

5. Mind Games - John Lennon

En un segmento del documental Above us only sky (2021), concentrado en los días de creación del álbum Imagine (1971), se puede ver a John Lennon cantando un fragmento de una canción inacabada. Era una pieza que originalmente comenzó a escribir en 1969, con el título de Make Love, Not War. En esos días Lennon tenía un perfil más político y, conmovido por las protestas contra la guerra, había escrito canciones como Give peace a chance.

“Originalmente se llamaba Make Love, Not War, pero era tal cliché que ya no se podía decir más, así que la escribí de manera oscura, pero es toda la misma historia“, le dijo Lennon a David Sheff en 1980. El fragmento quedó ahí, llegaron los setentas con las drogas duras, la crisis del petróleo y el pesimismo que borró la esperanza de la década anterior. Pero Lennon quiso decir algo al respecto. Como solía hacerlo, tomó inspiración de otras cosas, en este caso el título del libro Mind Games: The Guide to Inner Space de Robert Masters y Jean Houston. Fue así que decidió usarlo en un momento especial, durante su lost weekend, el período de juega y alcohol en que estuvo separado de Yoko Ono. Según el biógrafo Phillip Norman, el título “sugería la renuncia a todas las causas y las víctimas que habían defendido juntos y el regreso al sofá del psicoanalista” ¿Y la línea “Make Love, Not War”? suena al final de la canción, durante el fundido. “I know, you heard it before”, agrega John, con su habitual humor.

4. It Don’t Come Easy - Ringo Starr

El primer éxito de Starr como solista, fue el sencillo It Don’t Come Easy. Lanzado en 1971, está acreditado al baterista, pero lo cierto es que fue compuesta en buena parte por George Harrison. Una suerte de ayuda mutua entre el escalafón olvidado de The Beatles, eclipsados tras los talentos ineludibles de John Lennon y Paul McCartney. “Escribí esta canción con el único e inigualable George Harrison“, reconoció en 1998 durante su aparición en VH1 Storytellers.

Originalmente se comenzó a grabar en los estudios Abbey Road, el templo Beatle, en febrero de 1970. Pero se necesitaron otras sesiones de trabajo en los estudios Trident, con Harrison en el rol de productor musical. Además de los dos ex Beatles, participaron Klaus Voormann (un amigo del grupo desde los días de Hamburgo) en el bajo eléctrico; Stephen Stills en el piano; Mal Evans -el antiguo roadie de los Beatles- a la pandereta; Ron Cattermol en el saxo y Pete Ham y Tom Evans de Badfinger en las voces. Fue un éxito e incluso Ringo la interpretó en el Concert for Bangladeseh (1971), organizado por Harrison.

3. Give Me Love (Give Me Peace on Earth) - George Harrison

La primera mitad de los setenta fue el período más exitoso de la carrera de George Harrison, el Beatle que debía bregar duro para incluir su material entre el torrente de Lennon/McCartney. Pero además fue su período contemplativo, en que desarrolló su interés por la espiritualidad, como por ejemplo, se escucha en temas como My Sweet Lord, en que fusionó el lenguaje de los himnos y la música oriental. Y por cierto, fue el período en que impulsó causas humanitarias como el Concert for Bangladesh, pionero en los shows benéficos con presencia de estrellas de rock.

Otra de esas canciones espirituales fue Give Me Love (Give Me Peace on Earth). El mismo Harrison la explicó en su autobiografía I me mine. “A veces abres la boca y no sabes qué vas a decir, y lo que sale es el punto de partida. Si eso sucede y tienes suerte, normalmente se puede convertir en una canción. Esta canción es una oración y declaración personal entre yo, el Señor y quien le guste”. Esa canción/oración abre su álbum Living in the material world (1973) y se fue directo al número 1 del Billboard Hot 200 en Estados Unidos, el segundo que consiguió tras el éxito de My Sweet Lord. Los músicos que tocan en la canción, además del mismo Harrison (con una frase de slide, marca de la casa), son Nicky Hopkins, un reputado sesionista que trabajó con los Rolling Stones, en el piano; Gary Wright en el órgano; Klaus Voormann en el bajo y Jim Keltner en la batería.

2. God - John Lennon

Fue durante una sesión de terapia en que un dolido John Lennon soltó una frase que le quedó dando vueltas. Corría 1970 y el músico había contratado los servicios del doctor californiano Arthur Janov para someterse a una terapia de grito primario. Era toda una novedad que Lennon había visto en la prensa y se interesó en seguirla. Esta proponía que las neurosis de la adultez eran consecuencia de traumas no resueltos desde la infancia, es decir, por dolor que se ha reprimido durante los años.

Cuando Janov le preguntó a Lennon por su vínculo con la religión, John lo miró y soltó rápido: “Oh, Dios es un concepto con el que podemos medir nuestro dolor”. No tardó en usarla en una canción. En esos días, ya fuera de los Fab Four, el músico buscaba su lugar en el mundo y quería ajustar cuentas con su pasado. De allí a que llegó a la primera línea de God, un corte incluido en su crudo y confesional Plastic Ono Band (1970). Haciendo gala de una interpretación electrizante se despoja de forma simbólica de todos aquellos pilares que lo sustentaban, desde el yoga, a Elvis y hasta los Beatles. En su famosa entrevista con Jann Wenner para Rolling Stone dio a entender que la letra fue casi improvisada, es decir, un desahogo, un grito primitivo. “Cuando tienes una palabra como esa [God], simplemente te sientas y cantas la primera melodía que te viene a la cabeza”.

1. Maybe I’m Amazed - Paul McCartney

El cierre de la etapa Beatle ciertamente fue doloroso para todos. A Paul McCartney le dolió porque fue uno de los que quiso mantener al grupo unido hasta el final. Pero no lo consiguió. La frustración la volcó en el alcohol, pero fue su esposa, Linda, la que en esos días lo empujó a hacer lo que mejor le salía, escribir buenas canciones. Así salió Maybe i’m Amazed, acaso una declaración de amor y gratitud para ella por ayudarlo a salir de ese momento. “Tal vez estoy asombrado por la forma en que me amas todo el tiempo, tal vez tengo miedo de la forma en que te amo”, canta en la primera línea.

Paul y Linda se habían casado en marzo de 1969. En ese año, con el quiebre definitivo de los Beatles en el horizonte, “Macca” escribió la canción en un piano Steinway negro que le habían regalado por su matrimonio. Se grabó en febrero de 1970, en una misma sesión junto a Every Night, de cara a su primer álbum solista. Adelantándose décadas a los cantautores indie, McCartney tocó todos los instrumentos. Por su estructura, de alguna forma se entronca con la tradición de las baladas de rock que serían populares a fines de los ochenta. Años después, en 2004, el músico señaló que esa era “la canción por la que le gustaría ser recordado en el futuro”. Y no es una tonta canción de amor.

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