Con unos cinco minutos de retraso, a la espera del fin del show de Hozier en otro escenario, salió a escena Thirty Seconds to Mars. El dúo oriundo de Los Angeles, California, liderado por el actor y músico Jared Leto (52), junto a su hermano mayor Shannon (54), era uno de los números más esperados de la jornada. Y así lo dejó en claro la numerosa audiencia que llegó hasta el Cenco Malls Stage, uno de los principales del Festival.
Esta presentación en Lollapalooza, y la de la noche del jueves 14 en el Teatro Caupolicán, marcaron el arranque del Seasons Tour, a nivel mundial, como lo celebró el mismo Jared Leto con una publicación en su cuenta de Instagram. “TOUR KICKS OFF TONIGHT IN CHILE!”, señaló. Nada menor, porque el grupo no salía a la carretera desde hace cinco años y hace seis que no publicaban un disco. En este caso, llegan con It’s the End of the World But It’s a Beautiful Day, publicado en septiembre de 2023.
“¡Hola!”, saludó el siempre entusiasta Jared Leto, haciendo gala de su afinado sentido teatral. Salió a escena vestido con una capa negra, unos vistosos guantes de un rojo intenso, lentes de sol, y la bien cuidada melena al viento. Su popularidad como estrella de Hollywood (ha participado en películas como Mr. Nobody, American Psycho, Requiem por un sueño, entre otras) y su aspecto mesiánico, como una suerte de Jesucristo indie, es una de las claves de la presencia escénica del grupo.
Como en sus shows anteriores en el país, en 2011, 2014 y 2018, la figura de Jared Leto es clave. No solo es un dotado intérprete con una inneganle capacidad vocal, sino que domina el escenario con su sola presencia. Como el mesías que tiene un pequeño festival privado que realiza en una isla de Croacia.
Sin complicarse, Leto se mueve de un lado a otro, chapurretea español con pocas palabras, anima al público y maneja los tiempos del show, con la complicidad de Shannon montado en la batería, quien acompaña cada gesto de su popular hermano.
Para sus fans
En el arranque, marcado por los despliegues de confeti y alto volumen, el grupo despachó los temas Up in the air (de Love, Lust, Faith and Dreams, 2013) y Kings and Queens (del celebrado This is War, 2009), dos temas que muestran los matices de una obra musical que se ha movido entre el rock, el indie y hasta los guiños a la música bailable y el metal llevado al formato de estadios.
El set del show estuvo concentrado en revisar algunos de los temas más clásicos de la discografía del grupo, aunque concentrados en los discos más populares como A beautiful lie (2005) y This is War (2009), del que interpretó la canción del mismo nombre, así como otros cortes como Rescue me, pensados como para generar momentos de alta intensidad. Incluso, en un momento invitó al escenario a tres fans y los hizo bailar en escena mientras despachaban la canción Walk on water (del álbum America, 2018). No faltaron los hits, como The Kill (bury me), seguidos por el eufórico respetable.
Así, el grupo tiene una fórmula que maneja sin sobresaltos. Genera momentos para hacer participar al público. Además, a diferencia de la dinámica de los shows de la actualidad, Thirty Seconds to Mars no tiene un despliegue muy ambicioso de visuales. Pasan extractos de videoclips, algunos juegos de luces y poco más. La clave está en el despliegue del grupo.
Tras casi una hora de show, a Jared Leto aún le sobra la energía para trepar hasta uno de los andamios que sostienen el escenario. Desde ahí anima al público. Le gusta trepar. En noviembre de 2023, escaló el Empire State de Nueva York para celebrar el anuncio del Seasons Tour. Una jugada publicitaria a tono con su carácter y su ánimo de hacer las cosas a su modo.
Luego de un rato, baja al escenario para acometer con el tramo final. Como lo suele hacer en sus shows propios, vuelve a subir a un grupo de fans a escena, para marcar un momento emotivo y de alta intensidad. Un buen final para un show intenso y que fue de lo mejor de la jornada inaugural de Lollapalooza, al menos hasta ese momento.
Del cine al escenario
En el último tiempo Leto ha logrado más aplausos en el escenario que en las salas de cine. A pesar de que hace exactamente un década ganó el Oscar a Mejor actor de reparto por su rol en El club de los desahuciados, obtuvo malas críticas por su interpretación del Joker en Escuadrón Suicida (2016). Incluso en 2023 tuvo la desdicha de obtener el poco honroso Premio Razzie a Peor actor principal, por su rol en la vapuleada película Morbius (2022). En lo inmediato tendrá el rol protagónico de Tron: Ares, la esperada tercera parte de la saga de ciencia ficción de Disney, en la que comparte roles con Greta Lee, Evan Peters y Gillian Anderson. Se espera que llegue a las salas en 2025.