Maite Alberdi: “Si la votación de los Oscar hubiese sido un mes antes, quizás habría ido más segura a la ceremonia”
La directora de La Memoria Infinita dice que viajó a la premiación con la ilusión de ganar, pero “liberada del resultado final”. “Lo que me deja tranquila y contenta es que nadie de mi equipo tiene la sensación de que hay algo que no hubiésemos hecho”, afirma. En esta entrevista también detalla su contacto con el presidente Gabriel Boric tras el evento en Hollywood y analiza la gestión del gobierno actual en el área de cultura. “Soy crítica sobre todo de la promesa del gobierno de llegar al 1% (del presupuesto para cultura)”.
Maite Alberdi lleva un par de días de vuelta en Chile. Al momento de realizar esta entrevista, han pasado menos de 72 horas desde que aterrizó en Santiago desde Los Angeles, donde el domingo pasado acudió a la entrega de los Oscar por la nominación a Mejor documental de La memoria infinita, su conmovedor filme sobre Augusto Góngora y Paulina Urrutia.
Aunque fue su segundo paso por la ceremonia, su participación en la gala también tuvo un sabor a debut: fue la primera vez que asistió al Dolby Theatre –el recinto habitual de esa instancia– y estuvo acompañada por un amplio grupo de colaboradores y productores que han trabajado junto a ella durante años.
“Viajé con mucho entusiasmo, y estar por primera vez con todo el equipo fue muy importante”, asegura, advirtiendo el contraste con los Premios de la Academia del año 2021, cuando el evento se desarrolló bajo estrictas medidas sanitarias en la estación de trenes Union Station y participó en compañía de Sergio Chamy, el protagonista de El agente topo, y de las productoras Marcela Santibáñez y Julie Goldman.
“Creo que fue celebrar esto y lo anterior, porque como que no lo habíamos vivido realmente el Oscar pasado. Entonces, fue un gran premio. Y tan pegado también. Muy excepcional”, sintetiza en conversación con Culto a través de videollamada.
Como es sabido, la categoría del Oscar a la que aspiraba quedó en manos de 20 Days in Mariupol (20 días en Mariúpol), el documental del corresponsal de guerra y director de cine ucraniano Mstyslav Chernov sobre los primeros días de la invasión rusa en su país.
Alberdi cuenta que, semanas atrás, en las reuniones que mantuvo con su equipo de campaña, analizaron las variables que podrían gravitar en la definición del ganador. De pronto, observaron que la contingencia se sacudió a las puertas del período de votación que convoca a los académicos, que se extendió entre el 22 y 27 de febrero.
Primero, a mediados de ese mes, se dio a conocer la muerte en prisión del líder opositor ruso Alexei Navalny –una cinta en torno a él obtuvo la estatuilla dorada en 2023–. Días después, el 24, se conmemoraron dos años desde el inicio del conflicto entre las naciones lideradas por Vladimir Putin y Volodimir Zelenski.
“Yo creo que emocionalmente viajé liberada del resultado final. Y me pasó lo mismo la otra vez. Había sido tan difícil llegar ahí, a la nominación. Había requerido tanto trabajo, había tantos documentales grandes”, reflexiona. “La ilusión (de ganar) siempre la teníamos, pero pasaron muchas cosas durante esas semanas, como la muerte de Navalny”.
-Además, también durante febrero, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, sugirió que estaba a favor del envío de tropas a Ucrania. La guerra volvió a estar en primera plana.
Si hubiese sido un mes antes la votación o un mes después, habría ido con otra disposición a la ceremonia, quizá más segura. Pero entendimos muy luego lo que estaba pasando en términos políticos en ese momento, para una categoría que es muy política. También hay que entender que no todas las categorías de los Oscar funcionan igual. Éramos un equipo de 35 personas en cada reunión, por lo que todos esos análisis y cada cosa que pasaba mediáticamente la sabíamos.
-Da para incluso pensar que, en un contexto como este, Mi maestro el pulpo (que se llevó el Oscar el año en que competía El agente topo), tampoco habría tenido posibilidades ante 20 Days in Mariupol.
Por supuesto. Tiene que ver mucho con los contextos. Todos los años son distintos. Lo que me deja muy tranquila, muy contenta también, es que nadie de mi equipo tiene la sensación de que hay algo que no hubiésemos hecho. Por ejemplo, con El agente topo nos pasó que durante el último mes de campaña ya no teníamos presupuesto. Sabíamos las limitantes que teníamos, porque era una película independiente, y ya era un gran logro. (Con La memoria infinita) viajé durante 14 meses, con un estudio atrás (MTV Documentary Films) que lo dio todo. Es la satisfacción de haber pensado toda la estrategia y haber hecho todo. Hay una tranquilidad muy grande por eso y por haber tenido esa posibilidad. Y esa suerte.
La realizadora de Los niños (2016) detalla que el ambiente festivo prevaleció al interior del equipo en la previa y al término de los Premios de la Academia. Una vez concluida la ceremonia, se dirigieron al Governors Ball, el evento oficial que se desarrolla posterior a la entrega de los Oscar en el mismo Dolby Theatre. “Yo te diría que fue un fin de semana de mucho goce, de estar felices de estar ahí”, concluye sobre sus días en Los Angeles junto a Urrutia y el resto de sus colaboradores.
-Paulina Urrutia, además de ser una de las protagonistas de La memoria infinita, se desempeñó como vocera durante toda la campaña. Después de este año tan intenso, ¿qué representa ella para Ud. hoy?
Para mí la Paulina es una amiga, es parte de mi vida, es alguien con la que compartí muchos años. Nunca me había pasado que un protagonista pudiese viajar y hablar por mí y yo estar tranquila. Que lo hiciera muy bien y el público también la quisiera ver. Ella sabía perfectamente qué contestaba yo ante algunas preguntas; yo sabía que contestaba ella. Entonces, nos complementábamos muy bien. Es parte de mi vida, de mi historia y lo va a seguir siendo.
-¿Visualiza que, a futuro, pueda trabajar con ella como actriz?
Sí, de todas maneras. Yo la invité a participar en mi película nueva (La homicida), pero ella estaba presentando La memoria infinita y no pudo. ¡Imagínate lo comprometida que estaba! Pero, si llego a hacer otra ficción, de todas maneras. Creo que las relaciones con los actores necesitan mucha confianza, que es algo que tengo con la Pauli.
El contacto del presidente Boric
Los únicos países iberoamericanos con presencia en la 96° edición de los Oscar fueron Chile y España, a través de La memoria infinita, El Conde, La sociedad de la nieve y la animada Mi amigo robot. En el marco de esas candidaturas –cinco en total–, la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (EGEDA) organizó un evento en Los Angeles con el fin de “generar lazos y trabajo en conjunto entre distintas organizaciones”.
Debido a que esa instancia –desarrollada en el restaurante Telefèric Barcelona de la ciudad– contó con la colaboración del Gobierno de Chile y el de España, a través de los ministerios de Cultura de cada país, se le extendió una invitación a la ministra Carolina Arredondo. Sin embargo, según ratificó esa cartera a Culto, un problema de agenda impidió el viaje de la también actriz a California.
“Nosotros le dimos nuestra opinión a la ministra”, apunta Alberdi, confirmando que en los días previos existió una reunión de Zoom junto a Arredondo, donde dialogaron sobre su eventual asistencia a un evento montado en paralelo a los Premios de la Academia.
Según la directora de La once (2014), la plantearon “que nos parecía importante que discutiéramos cuáles van a ser los apoyos del Ministerio a la industria audiovisual y que aprovecháramos esa instancia para eso principalmente. Que estábamos muy dispuestos a colaborar y a contar cuáles eran las necesidades del sector. Al final, por un tema de agenda, no pudo ir. Eso es todo lo que sé. No supe más”.
-El lunes el presidente Gabriel Boric reveló que se comunicó con Ud. tras la ceremonia de los Oscar. ¿Fue un llamado? ¿En qué tono fue esa conversación?
Fueron mensajes de texto en realidad, no un llamado. Diría que dio mucho apoyo y manifestó su orgullo y admiración, y para mí eso fue importante como gesto. Él estaba viviendo lo que estaban viviendo todos los chilenos. Yo agradezco mucho el gesto.
-Distintos actores y productores han expresado su descontento en torno al desempeño del gobierno actual en Cultura. ¿Comparte esos análisis? ¿Se enfocaría únicamente en lo que tiene que ver con el audiovisual o también haría una crítica más global?
Soy crítica sobre todo de la promesa del gobierno de llegar al 1%. Hay una promesa con el presupuesto que no se ha cumplido, (pese) a que fue una promesa de campaña en la que todos confiamos y que espero que se cumpla. Y que haya más comunicación.
-El gobierno está en la mitad de su mandato. ¿Es optimista respecto al cumplimiento de esa promesa o no tanto?
Yo siempre voy a ser una persona optimista. Creo que el gobierno está consciente de que queda trabajo en el ámbito de la cultura. Yo quiero creer que esos cambios se van a producir, porque tenemos presupuestos estancados en cultura desde hace mucho tiempo, sobre todo en audiovisual. Es una industria que ha crecido mucho y muy rápidamente gracias a muchos incentivos, por cierto, que se crearon en su momento, pero esos incentivos no fueron creciendo a la par de la industria.
Debut en la ficción y más documentales
Aunque el viaje que ha vivido con La memoria infinita parece haber llegado a su fin, aún quedan algunos hitos con su quinto largometraje. Luego de haberse consolidado como un éxito en cines chilenos (372.598 espectadores fue el balance final tras su reestreno en salas) y haber llegado a diferentes latitudes, se planifica que la película se exhiba este año en Francia, Japón, China, Portugal y República Checa.
En tanto, este jueves la cinta consiguió tres nominaciones a los Premios Platino, el mayor número para un trabajo con su rúbrica. Alberdi adelanta que asistirá a la ceremonia (el próximo 20 de abril en Xcaret, México) y expresa particular alegría con la candidatura a Mejor dirección de montaje, donde se convirtió en el primer documental en lograr una mención en la categoría. El honor le pertenece a Carolina Siraqyan, montajista con la que ha colaborado desde El agente topo.
“La Caro es guionista de alguna manera. Es una especie de codirección en el montaje muy importante. Hay un ímpetu creativo que permite que las películas nazcan ahí. Es tan cabeza como yo de la película. Es un reconocimiento muy necesario”, opina.
La cineasta maneja al menos cuatro proyectos documentales en diferentes etapas de desarrollo: dos son en Chile y otro par en el extranjero (uno de ellos en México, donde ya hizo la serie documental Libre de reír). Por lo pronto, este domingo 17, a partir de las 22:35 horas, TVN emitirá el primer episodio de La vida es sueño, una serie sobre la tercera edad que codirige junto a Cristián Leighton y que se adjudicó el Fondo CNTV.
“En cada capítulo se aborda un tema diferente (cuerpo, amor, muerte, familia). Se conversan con adultos mayores y cada uno va contando cuáles son sueños en relación a eso. Yo esperaba cierto tipo de respuestas y todos se iban por otro lado, por lo que fue un muy buen ejercicio para romper prejuicios con ciertas temáticas asociadas a la tercera edad. Me sorprendí con su disposición a jugar, a inventar y a soñar”.
En cuanto al cine, lo primero que se verá con su firma después de La memoria infinita será su debut en la ficción, La homicida, que –tal como adelantó Culto en octubre pasado– filmó a mediados de 2023 con un equipo y elenco chileno (Elisa Zulueta, Francisca Lewin, Gabriel Urzúa, Marcial Tagle, Gabriel Cañas).
El guión, escrito por ella misma, se inspira en una de las cuatro historias que reúne Alia Trabucco Zerán en su libro de ensayos Las homicidas (2019): el caso de la escritora María Carolina Geel, quien en 1955 mató a su pareja en el Hotel Crillón. Actualmente se encuentra en proceso de montaje y espera ver la luz durante este año.
Ese largometraje es respaldado por Netflix, misma plataforma de streaming que está detrás de A classic spy, la adaptación estadounidense –y en formato serie– de El agente topo, Un proyecto en el Alberdi está involucrada como productora ejecutiva; de hecho, tiene considerado visitar las grabaciones que encabezan el actor Ted Danson y el guionista Michael Schur.
-Desde sus inicios en el cine documental a Ud. le han preguntado sobre su interés en alguna vez hacer ficción. ¿Cómo se siente haber dado ese paso finalmente?
Mira, sentí que me iba a dar más miedo del que me dio, quizás. Sentí que era un proyecto que la única manera de contarlo era como ficción, porque era en otro tiempo. No me cierro a esa posibilidad hoy, pero mi corazón y mis ideas y mi empresa tienen que ver 100% con hacer documentales. Ahí me proyecto.
-Ud. ha dicho en más de una ocasión que se siente más cómoda creando que, por ejemplo, realizando una campaña. ¿Su 2024 estará más cargado a la creación que a lo otro?
Totalmente más cargado a la creación. Y espero que sea más de un año cargado a la creación.
-¿Eso por lo mucho que disfruta creando o porque el último año estuvo mucho más cargado hacia el otro lado?
Es que el último año estuvo mucho más cargado hacia un lado. Me pasa que uno habla y comparte tanto la obra que después yo necesito volver a encerrarme para estar preparada para volver a compartir. Me pasa con las redes, me pasa con la prensa. Son períodos de la carrera, no es un continuo. No me siento en una permanente necesidad de estar hablando de las películas, porque ya llegará el momento de eso. Ahora no estoy en ese momento. Claramente ahora lo cierro, y necesito enfocarme en los procesos creativos. Las comunicaciones distraen bastante del proceso creativo. Porque en un proceso creativo también necesitas poder perderte y para perderte necesitas tiempo, y uno no lo tiene.
-Después de La memoria infinita, que parece la historia de amor más grande jamás contada, ¿cree que hay otras historias que le puedan provocar esa misma emoción? ¿O las siguientes historias que la inspiran a hacer una película tocan otras fibras?
Yo creo que la emoción de La memoria es bien excepcional. Amo todas mis películas, aunque todas son distintas. Mi abuela, a propósito de que tenía cinco hijos, decía que no todos los dedos de la mano son iguales. Son cariños distintos. Pero, en términos de la emoción que se maneja, creo que esta es la que tiene más emoción. O es con la que yo personalmente me emociono más. Quizás otras me entretienen más o me sorprenden más en lo estético. Tengo diferentes sensaciones. Ojalá encuentre una historia así de emocionante nuevamente. Lo que sí creo, y esta es mi gran lección de todos estos años y de La memoria infinita, es que la emoción es un factor determinante para mí en la elección de los proyectos. A veces suenan muy bien en el papel o los personajes son increíbles, o la historia es insólita y muy entretenida de contar, pero el hecho de que me conmuevan es un factor que necesito para poder trabajar. Ojalá llegue una película con esos niveles, pero no lo sé.
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