Quién era Toni Espadas, el guía español de Pancho Saavedra y Jorge Zabaleta que murió asesinado en Etiopía
Un grave incidente sucedió mientras ambas figuras de la TV local grababan su espacio Socios por el mundo en Etiopía: fueron atacados, produciéndose la muerte del guía español que los acompañaba. Un hombre de experiencia en el rubro.
Impacto en el mundo televisivo por estas horas. El equipo de Socios por el Mundo, el exitoso espacio de Canal 13 encabezado por Pancho Saavedra y Jorge Zabaleta, sufrió un violento ataque en Etiopía mientras precisamente grababa nuevos capítulos para el proyecto que emite la ex red católica.
Los conductores del programa se encontraban grabando a una tribu de ese país -los Mursi- junto a un guía español. En medio de ese trabajo fueron atacados. El guía resultó fallecido. Se trata de Toni Espadas, connotado profesional en su rubro, nacido en 1969 en Barcelona.
Desde la estación privada precisaron que el ataque no fue cometido por una tribu, sino que se trató de “un hecho delictual”: un sujeto no identificado realizó disparos contra los profesionales por razones desconocidas.
La dupla integrada por Saavedra y Zabaleta habían iniciado las grabaciones de la tercera temporada del Socios por el Mundo en abril. Ambos se encuentran en buen estado de salud, indicó la estación televisiva en un comunicado.
“Bajo antecedentes que se están investigando, el guía turístico Toni Espadas, de nacionalidad española, fue víctima de un ataque que lamentablemente terminó con su vida. Los conductores y todos los integrantes del equipo del programa realizado por la productora MkZeta, están en buenas condiciones de salud. Tanto Cancillería como Canal 13 se encuentran realizando todas las gestiones para que puedan salir lo antes posible del país, volver a Chile y darles todo el apoyo que requieran”, señalaron desde Canal 13.
Un guía con experiencia
Espadas, por su parte, era un profesional que compartía un largo recorrido en el tema y que se especializaba en viajes y fotografía. “Empiezo de muy joven con dos de mis grandes pasiones: el viajar y la fotografía. Estas aficiones me embarcan en una primera aventura africana al País Dogón (Mali) que me despierta un interés muy intenso por el conocimiento de otras culturas. Esa inquietud por descubrir otros pueblos me lleva años más tarde a Etiopía, país que marcará mi vida para siempre”, empieza la presentación en su web.
“El interés por la antropología y la etnografía me llevará a recorrer el mundo investigando la cultura de diversos grupos humanos, observando, fotografiando y documentando sus prácticas culturales y participando en alguna de ellas. Los Dukha de Mongolia, los Korowai de Papúa Nueva Guinea, los Bonda de India, los Mundari de Sudán del Sur o los Bayaka de República Centro Africana son sólo algunos de los pueblos con los que he tenido la oportunidad de convivir y aprender de ellos”, sigue.
Según su web, en 2010 decidió abrir su primera agencia de viajes en Etiopía, con el propósito de mostrar su cultura; pero además, posteriormente se abre a otras latitudes, como Uganda, Tanzania, Gabón, Eritrea, Benín, Angola, Sudán del Sur, etcétera.
“Desde hace unos años, asesoro a periodistas y productoras trabajando como fixer para la realización de reportajes, documentales y programas de televisión centrados en el estudio de pueblos y culturas africanas”, cierra su perfil, precisamente explicando los servicios que lo levaron a formar parte de Socios por el mundo.
En una entrevista con El Diario, también dio su punto de vista acerca de los viajes a África y cómo mucha gente de Occidente posa de “salvador blanco” en el continente.
“Todo ese tema del ‘salvador blanco’, de donante o de querer ayudar no viene con mala intención. Nunca hay una mala intención. Pero es verdad que en lugares como Etiopía uno ve las consecuencias de esta actitud a lo largo de estos veinte y tantos años que llevo trabajando allí. Los coches van parando y van dando cualquier cosa: da igual si son bolígrafos, caramelos o dinero. Da igual. Al final ves que hay chavales que dejan de ir a la escuela porque saben que a horas determinadas pasan los coches con turistas que van de un lado a otro y que paran para dar cosas. Y ves que hay gente que viaja con las maletas llenas de esas cosas para dar. Es algo que pasa continuamente aunque advirtamos que no hay que hacerlo”, aseguró.
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