La música chilena retoma lazos con Europa: las travesías de Myriam Hernández y Mon Laferte
Pese a que desde hace décadas los sonidos nacionales cultivan un culto en el Viejo Continente -bajos los ejemplos de Lucho Gatica, Violeta Parra o Chico Trujillo-, esta vez son dos voces femeninas las que se encargarán de darle continuidad a la agenda: Mon Laferte y Myriam Hernández han agendado importantes pasos por esa región.
Música chilena y Europa son dos expresiones que ha momento se han complementado, han escrito capítulos interesantes e históricos, pero también ha faltado cierta continuidad que otorgue mayor peso y trascendencia.
Ahí está la fama de Lucho Gatica, el prestigio de Violeta Parra y Víctor Jara durante la resistencia de artistas chilenos en el exilio, o la huella de Inti-Illimani en Italia y Quilapayún en Francia en los años 70 y 80. También emerge la camada de músicos electrónicos que integraron una auténtica generación dorada del sonido sintético nacional en esas latitudes, como Ricardo Villalobos, Luciano, Cristian Vogel y Matías Aguayo, leyendas del rubro reconocidas hasta hoy.
Y en los últimos 20 años, hay aplausos para el desarrollo de Chico Trujillo y los proyectos de Aldo “el Macha” Asenjo, así como también las residencias en España de Javiera Mena, Soledad Vélez y Ana Tijoux.
Anteriormente durante los 90 viajaron a promocionar sus lanzamientos Nicole, Los Tres y la cantante Rachel, y a principios de siglo viajaron a tocar Los Prisioneros y La Ley, quienes publicaron dos de sus discos e hicieron shows en España.
Francisca Valenzuela y Cami también tuvieron sus respectivas arremetidas, de la mano de la agencia de la influyente representante chilena Rosa Lagarrigue (RLM), mientras que Paloma Mami estuvo en el festival Primavera Sound de Barcelona -uno de los más importantes del planeta- y Denise Rosenthal acreditó visitas promocionales.
De modo más reciente, Los Bunkers estuvieron en el festival Vive Latino de Zaragoza y sumaron algunas fechas en directo con su regreso, esencialmente para la fanaticada chilena y mexicana que los fue a ver.
Pero muchas de las visitas de chilenos a Europa tienen que ver con intercambios culturales o invitaciones apoyadas por la DIRAC y financiamiento público como el Fondo de la Música y Ventanilla Abierta, y generalmente para actuar ante público nacional residente. Más un asunto de experiencia que una exportación de su música, muy lejano a lo que fue el impacto de Lucho Gatica en los 60 (aún presente en tiendas de vinilos con ediciones de época), los discos de la Nueva Canción Chilena o el contrato de Panico a principios de los 2000 con un sello francés que los tuvo girando como promesa del indie latinoamericano por un tiempo.
En tanto, Polimá Westcoast (el hit Ultrasolo fue 4 veces Platino en España) ha participado en eventos de reggaetón en distintas comunidades españolas, un mercado que por décadas fue reticente a la música latina excepto por algunos éxitos puntuales de pop latino (como Chayanne, Luis Miguel, Maná o Pimpinela) pero que en los últimos años se ha rendido al sonido urbano que se exporta desde Latinoamérica (mayoritariamente desde Puerto Rico, Colombia y Argentina).
Nuevos hitos
Por su parte, Mon Laferte llegó por primera vez a España el 2017 en dos salas pequeñas pero con el paso de sus visitas ha ampliado aforos y ciudades tanto en esa nación como en otros países del continente.
Sus discos bajo Universal fueron publicados en el mercado español, en programas de gran audiencia como La Voz se interpretan sus canciones y se ha presentado en grandes eventos como el festival Río Babel en Madrid (de temática rock latino). Y desde su posicionamiento en el mercado español, como lengua común, también puede trasladarse a otras ciudades europeas donde existe una fuerte presencia latina.
La cantante chileno-mexicana abrirá el tramo europeo de su gira “Autopoiética” el 6 de julio en Galicia como parte del Gozo Festival (encabezado por Ed Sheeran) antes de seguir a Berlín, París (el mítico Olympia), Amsterdam, Londres, Zurich, Estocolmo, Fuengirola, Barcelona, Madrid, Aragón y Valencia como una figura latina de reconocimiento internacional.
En el caso de Myriam Hernández a pesar de que en los 90 se editaron dos de sus discos en Europa, la cantante no tuvo promoción de sus lanzamientos y su debut en vivo no fue hasta el año 2018 en la que convocó a su fanaticada latina en Milán, Barcelona, Madrid y Suecia, coreando sus éxitos y alzando banderas de todo hispanoamérica durante sus conciertos.
Y seis años después, en su regreso al continente, la intérprete estará con su tour Invencible en el Sant Jordi Club en Barcelona el 4 de julio y una noche después en Madrid, para continuar con su debut en París (en el Folies Bergère donde se presentaron Édith Piaf o Frank Sinatra), terminando en Milán.
A su regreso a Chile la cantante estará presentando su nuevo disco Tauro (2024) en el Movistar Arena para seguir en Argentina, Estados Unidos, Colombia y Panamá a fin de año.
Mon Laferte en plena gira, que incluyó el Madison Square Garden en Nueva York (como la segunda chilena en ese escenario después de Myriam Hernández) y el Palacio de los Deportes en Ciudad de México para 19 mil personas, acaba de firmar como artista de Sony Music y semanas antes lanzó su versión para Huele a peligro en homenaje a Myriam Hernández, admiración que la cantautora ya había manifestado cuando invitó a la baladista para cantar juntas en uno de sus conciertos en el Movistar Arena.
Indiscutidamente las dos voces populares más internacionales de la música chilena de las últimas tres décadas, con fuerte presencia en toda Latinoamérica, Estados Unidos y ahora con público en Europa.
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