Las autoras españolas Iria y Selene: “¿Por qué puedes generar un mundo con dragones, pero no un mundo sin homofobia?”
La pareja de escritoras españolas ha escrito más de veinte títulos en conjunto, desde fantasía a realismo. En su primera visita a Chile, conversan con Culto sobre la representación LGBT en sus libros, el feminismo, los discursos forzados y el "desprecio" por la literatura juvenil.
Las autoras Iria G. Parente y Selene M. Pascual han escrito veintidós libros juntas. En su primera visita a Chile, el pasado 7 de mayo, presentaron su novela más reciente, titulada El eco del destino, y que constituye el inicio de la saga Time Keeper, “su proyecto más ambicioso”, según definen ambas en la conversación con Culto.
Las escritoras españolas, quienes comenzaron escribiendo en Internet, hoy se posicionan como nombres claves cuando se trata de literatura juvenil en habla hispana. Durante su paso por territorio nacional, Iria y Selene pasaron por librerías firmando libros, visitaron el centro de distribución de su casa editorial Penguin Random House (PRH), y se reunieron con lectoras e influencers.
Según las autoras, su nuevo texto es uno de los más complejos que han creado. “En otras novelas nuestras, como Pétalos de papel, el mundo de fantasía estaba ahí, pero estaba de fondo. En este caso, el mundo es en sí mismo un personaje. Tiene sus propios sistemas mágicos y dioses y eso actúa sobre los personajes y les da forma”, explica Selene M. Pascual (35).
“Es una historia bastante épica, bebe mucho de la fantasía más clásica, de historias como El señor de los anillos y Juego de Tronos, e historias más actuales, como los libros de Holly Black… Creo que es una de nuestras historias más ambiciosas. Ha sido muy nuevo el proceso y bebe inevitablemente de todo lo que hemos hecho antes”, agrega Iria G. Parente (30).
El gran evento que congregó a las autoras con sus seguidores se realizó durante la tarde del 7 de mayo, en un encuentro organizado por la editorial PRH y Fundación Cultural Providencia, cuyas entradas gratuitas se agotaron minutos después de su lanzamiento.
“Es muy impactante saber que de alguna manera no solo te leen al otro lado del océano, sino que a la gente le gustan tus libros. Es un sueño”, reflexiona Selene M. Pascual. “Nos tomamos estas oportunidades como un privilegio, llevamos mucho tiempo escribiendo y sabemos que estas oportunidades no les llega a todo el mundo. Conocer a nuestros lectores es una maravilla”, agrega Iria G. Parente.
—¿Por qué creen que sus historias se leen tanto en diversos países del mundo?
Iria G. Parente: Al momento de escribir somos muy emocionales. Siempre hablamos de sentimientos, aunque sea en términos de fantasía, de ciencia ficción o géneros especulativos, y la gente empatiza mucho con nuestros personajes. Hablamos de cosas que nos atraviesan como personas: amor, muerte, tiempo, de identidad, de tantas cosas reales que nos afectan a todos. Es muy bonito que la literatura sea tan universal, que las historias conecten a la gente.
Selene M. Pascual: Hay historias que son universales y que te hablan estés donde estés, en el idioma que sea, tengas la experiencia que tengas, historias que atraviesan culturas, clase social, géneros, todo. Creo que eso es lo precioso de la literatura.
—Sus libros los catalogan como literatura juvenil, pero las leen personas de todas las edades. ¿Les acomoda esa categoría?
Selene: Es muy difícil catalogar la literatura juvenil, nadie te puede dar una definición, es una etiqueta más comercial que otra cosa. Aunque la literatura juvenil pueda tener una edad más de comienzo, los temas son muy universales y van a hablar a diferentes rangos de edad. La literatura juvenil al final es una literatura que habla sobre todo de la identidad, que habla de la necesidad de libertad, de encontrar tu sitio en el mundo y estos son temas que no pasan de moda. Tienes 50 años y sigues queriendo crear tu identidad y tu sitio en el mundo.
Iria: Tenemos muchos lectores intergeneracionales. Creo que muchas veces se habla de la literatura juvenil como algo exclusivamente para jóvenes y de una forma despreciativa, porque se entiende que la literatura juvenil no puede ser crítica, política o hablar del mundo que nos rodea. La literatura juvenil tiene una gran diversidad de temas, al final es solo una categoría, es una literatura sin barreras. Hay un montón de movimientos sociales que no han encontrado refugio en la literatura más adulta, hasta que no han pasado previamente por la literatura juvenil. La literatura juvenil ha sido pionera en hablar de diversidad, en acercar distintas realidades a los jóvenes. Hay que reivindicarla más, hablar más de la fuerza que tiene.
Un mundo con dragones y sin odio
Los personajes de Iria y Selene rompen estereotipos: forman parte de la comunidad LGBTQ+, presentan alguna discapacidad o están en busca de su identidad. Sus libros van desde la fantasía, con Rojo y Oro (2017) o Sueños de Piedra (2015), hasta el realismo que coquetea con el fanfic, como con Anne sin filtros (2021), inspirado en el mundo de Ana de las tejas verdes.
—Ustedes abordan temas políticos en sus textos. ¿Cómo los trabajan dentro de sus ficciones sin que parezca forzado?
Iria: Va a haber gente que le parecerá un discurso forzado solo porque no quiere escuchar determinados discursos, ya sea que no quiere que le hables de feminismo, o ver personajes LGBT o discapacitados… Al final, lo más importante es ser fiel a uno mismo y entender qué quieres contar. Decidimos desarrollar nuestras historias más conscientes. Durante mucho tiempo, nuestros libros no estaban protagonizados por personajes LGBT, porque nosotras —incluso perteneciendo a la comunidad— sentíamos que no podíamos contar nuestras propias historias, porque todo lo que habíamos visto era normativo, porque las historias siempre las habían hecho personas normativas. Cuando nos dimos cuenta de que eso se va reproduciendo, decidimos no seguir esa normatividad. Es un proceso de deconstrucción que te afecta como artista: quiero hablar de qué configura mi mundo y quiero que mi ficción esté atravesada por ello, en todo tipo de género, en todo tipo de historia.
Selene: Tratamos de intentar que esté normalizado. En esos mundos se acepta muy rápido que haya criaturas inventadas, entonces, ¿por qué no puedes hacer que tu protagonista sea gay y eso sea completamente aceptado y que no haya ningún tipo de drama al respecto?
Iria: ¿Por qué puedes generar un mundo con dragones, pero no un mundo sin homofobia?
Selene: Exacto. Nosotras, por norma general, intentamos que se normalice, que sea simplemente una parte más del personaje, sin tener que hacer grandes discursos acerca de ello o sin tener que dar pena. Nosotras queremos que una persona del colectivo LGBT lea nuestro libro y diga: ‘qué bien, yo también puedo tener una vida sencilla, simplemente con mi historia y que la sexualidad no sea el centro’.
Iria: De todos modos, a veces hacen falta grandes discursos. A veces es necesario molestar y que alguien lo encuentre forzado. Nosotras intentamos una representación muy amable y normalizada, pero sigue haciendo falta mucha ficción que hable en voz propia de la discriminación y del sufrimiento, pero tenemos que ir más allá. Creo que muchas veces se han contado nuestras historias —no hablo solo de la comunidad LGBT, sino de cualquier disidencia— desde generar lástima en lo normativo, pero nuestra existencia no está basada a darte pena. Entonces, necesitamos tener más amplitud de artistas e historias.
—Actualmente, muchos nuevos escritores y escritoras son publicados luego de compartir sus historias en internet. ¿Creen que el panorama ha cambiado desde que ustedes incursionaron en ese mundo?
Iria: No es tan distinto. Nosotras nos conocimos en un foro de internet y nuestra primera experiencia fue por la autopublicación en un blog. Es lo mismo, pero hace diez años. Subimos la historia de forma gratuita y a raíz del interés, las editoriales se fijaron en nosotras. Nosotras nacimos en Internet. Ahora existe lo mismo, pero con otras plataformas y códigos. Internet es una herramienta fundamental para entender el mercado editorial y creo que es una grandísima herramienta para poder mostrar tus historias a otras personas sin pasar por una.
—¿Qué opinan del avance de la Inteligencia Artificial (IA) en campos como la literatura?
Selene: Uno de los grandes problemas de la IA es cómo se ha entrenado y cómo ha roto con la legalidad de los derechos de autor. El hecho de que se estén alimentando la IA con historias de personas que no han dado su permiso me parece muy grave.
Iria: A nivel de creación, la ficción está atravesada por la realidad, la IA son solo datos, no vive nuestra realidad, no tiene identidad o realidades que la atraviesen. Es pura acumulación de datos y lo que reproduce es normativo, porque está reproduciendo lo que más hay. El gran problema de la IA, además de la vulneración de derechos, es que puede borrar el trabajo de personas. No creo que la IA acabe con el arte, nunca se va a borrar a los artistas. El arte es inherente al ser humano y no va a desaparecer.
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