“Un recordatorio de lo brillante que es Benedict Cumberbatch”: así es el papel del actor en el nuevo thriller de Netflix
En la miniserie Eric, que llega este jueves 30, el protagonista de El Poder del Perro encarna a un titiritero y creador de un programa infantil que lidia con la desaparición de su hijo de nueve años. Un personaje de rasgos narcisistas que procesa el trauma imaginando un enorme monstruo de pelaje azul. “Cumberbatch alcanza su nivel más alto cuando interpreta a bichos raros”, señaló una de las críticas.
Benedict Cumberbatch no huye de los personajes atormentados. A la luz del desarrollo reciente de su carrera, más bien todo lo contrario. Incluso después de sumar dos protagónicos que le concedieron algunos de los mayores elogios de su trayectoria y que podrían haber saciado ese apetito (la miniserie Patrick Melrose, El poder del perro), el actor inglés conserva intacto su interés en ponerse en la piel de hombres consumidos por sus demonios.
En la sombría Nueva York de los años 80, Vincent (Cumberbatch) es un reconocido titiritero y creador de Good Day Sunshine, un programa infantil con marionetas que lleva interrumpidamente una década al aire. Su equipo discute la posibilidad de agregar un nuevo personaje porque los números de audiencia han caído y su continuidad podría estar en duda, pero se resiste a esa alternativa. No sólo eso: acusa a sus compañeros de querer arruinar la esencia del espacio que han construido con tanto trabajo. La trastienda no podría ser más hostil.
En su hogar las cosas no andan mejor. Su matrimonio con Cassie (Gaby Hoffmann) está sumido en una dinámica de reproches mutuos que en cualquier momento escala a una pelea a gritos. Durante un trayecto en metro, Edgar (Ivan Morris Howe), su hijo de nueve años, le cuenta que tiene una idea para un personaje para su programa. Le presenta un dibujo y un nombre para la criatura, pero su padre está demasiado enterrado en sus propias cavilaciones para prestarle atención. Más tarde, cuando estén sentados en la mesa junto a su madre, será directamente cruel con él.
Como se aprecia en los primeros minutos de la miniserie Eric (desde este jueves 30 en Netflix), Vincent tiene muchos problemas por resolver en lo doméstico y en lo profesional. Es hiriente con su entorno, carece de empatía y, como se revela pronto, es alcohólico. Una situación que empeorará cuando Edgar desaparezca durante un viaje camino al colegio y se abra una investigación para determinar su paradero, donde son sospechosos desde los vecinos hasta el dueño de un club nocturno cercano.
En vez de apoyar las labores de búsqueda, como hace su angustiada esposa, el titiritero se desmorona por el dolor y la culpa y se transforma en un hombre cada vez más errático y autodestructivo. En respuesta al surgimiento de ese trauma, una mañana empieza a ver a un enorme e intimidante monstruo de pelaje azul, una especie de amigo imaginario idéntico al que bosquejó su retoño antes de extraviarse sin dejar rastro. Entonces se obsesiona con incluir a ese personaje en su programa de televisión, lo que, según piensa, provocará que Edgar vea cuánto lo aman y regrese a casa.
Cumberbatch enfrenta una ardua tarea mientras encarna un rol cuya única vía de conexión con el mundo es la expresión artística y que se hunde en malas decisiones y el consumo de drogas fuertes. A algunos su personalidad y comportamiento les parecerá irritante, pero adquiere algunos matices en la medida que se revelan detalles de su infancia junto a sus adinerados padres. Por si no tuviera suficientes preocupaciones dándole vida al protagonista, la estrella de El código enigma (2014) también le presta su voz a Eric, el monstruo que irrumpe en la historia de seis episodios.
The Telegraph tildó su despliegue en pantalla como “poderoso” y a la ficción como “inventiva” y “mucho menos extraña de lo que esperas”. “Cumberbatch ofrece su mejor actuación desde Patrick Melrose, en la que también interpretó a un hombre que se deshace ante una adicción y una crianza espantosa. Él aporta humor a la voz de Eric, quien lo respalda o lo reprende en tonos bruscos”, opinó el periódico.
La edición británica de la revista GQ fue incluso más elogiosa. De acuerdo con su mirada, la miniserie creada por la guionista Abi Morgan “sirve como un recordatorio de lo brillante que es Benedict Cumberbatch”. “Gracias a Sherlock sabemos que Cumberbatch sobresale cuando interpreta a mentes abrumadas por sí mismas. Esta podría ser la prueba de que él es el mejor en el negocio haciendo eso. Al menos al nivel de Joaquin Phoenix”, celebró.
The Independent, que planteó que el inglés “alcanza su nivel más alto cuando interpreta a bichos raros”, también alabó su desempeño, a pesar de que “a veces la actuación corre el riesgo de ser demasiado carente de encanto”.
Menos convencido se mostró The Hollywood Reporter, cuyo análisis se centró más en las limitaciones del guión que en la labor de Cumberbatch. “Es frustrantemente ligero en términos del desarrollo íntimo del personaje. La explicación de Eric en torno al daño psicológico de Vincent es tan vaga que podrías confundirla con otro de los misterios de la trama”, indicó.
“No exagera tanto al llevar a su personaje a tocar fondo como lo hizo en Patrick Melrose (cabe señalar que su acento neoyorquino es inesperadamente sutil). El nominado al Oscar interpreta a Vincent tal como está escrito: es un imbécil incorregible”, sostuvo Entertainment Weekly, medio que criticó que la producción tiene una “narrativa demasiado complicada” y una “conclusión predecible”.
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