1. Beth Gibbons - Lives Outgrown

Por años conocimos a la inglesa Beth Gibbons (Exeter, 1965) como la excelsa cantante de la banda Portishead, puntales del trip hop que emergió como una fuerza de refrescante inquietud en los noventa. Y aunque con los de Bristol ha publicado una celebrada discografía, solo este año, al borde de cumplir los 60, se animó a debutar como solista. El resultado son las 10 canciones de Lives Outgrown, un álbum tan inclasificable como inquieto, en que la inglesa desarrolla un convincente universo personal. Su voz resuena tan íntima y distintiva como siempre, pero esta vez se despoja de la ambición eléctrica de su banda de origen para abrazar otros territorios sonoros. A lo largo del disco, su interpretación fluye entre guitarras acústicas de resonancia folk, pero sobre una insistente percusión, como en Tell me who you are today; teclados hipnóticos sobre bases rítmicas inquietas, como en Burden of life y en Reaching Out. “Un despacho de los momentos más oscuros de la mediana edad, Lives Outgrown es ocasionalmente desafiante, frecuentemente hermoso e invariablemente apasionante”, resumió The Guardian. Cuánta razón.

2. Ana Tijoux - Vida

Es hasta ahora el lanzamiento chileno más destacado de la temporada. La cantante y rapera chilena Ana Tijoux demoró una década en lanzar nuevo material, y la espera valió la pena, pues se trata de un trabajo de alta factura en que se combinaron las letras de Tijoux, la producción musical de Andrés Celis y la mezcla de Rafa Sardina. En sus 15 canciones, la artista enfrenta la pena con una indisimulada alegría. En los últimos años vivió la muerte de familiares muy cercanos y lanzó un descarnado libro autobiográfico, Sacar la voz, en que expuso sus penas, repasó su infancia, amores y su desapego de la fama. Las canciones tienen un delicado trabajo de estudio que potencia las secciones rítmicas propias del rap, las que sostienen bien trabajados arreglos de instrumentos acústicos como pianos y guitarras. En cortes como Millonaria y Óyeme, la cantante mantiene su habitual fibra crítica, pero en otros como Tania y Niñx, se abre sus dolores en una interpretación conmovedora con la que es difícil no empatizar. Sus recientes pasos por KEXP y la Tiny Desk de NPR solo confirman su alcance como figura internacional.

3. The Smile - Wall of Eyes

Mientras esperamos por la reactivación de Radiohead, dos de sus cabezas más prominentes, Thom Yorke y Jonny Greenwood (de reciente polémica por un show en Tel Aviv junto al músico israelí Dudu Tassa, en plena guerra en Gaza), se mantienen en activo con su proyecto The Smile. Este año volvieron con su esperado segundo álbum, Wall of Eyes, en que marcan una distancia con el funk desatado y rabioso de su debut. Pero no es necesariamente un quiebre con su sonido, más bien expanden su interés hacia otros campos, como los paisajes sonoros extensos y oníricos que se escuchan en cortes como Teleharmonic y Bendic Hectic (una de las canciones que el grupo adelantó en sus shows en vivo). Es decir, inyectaron dosis de las figuras largas y repetitivas, propias de la psicodelia y algo de los riffs intrincado del progresivo, como en Under our Pillows. Pero Yorke y Greenwood mantuvieron la sensación de banda que ha cruzado sus dos discos, es decir, se nota que son personas tocando, antes que una elaborada construcción sonora propia del estudio y los softwares. Tal parece que la lejanía de la nave madre les viene bien. Habrá que ver por cuánto tiempo más.

4. Waxahatchee - Tigers Blood

Si el súpergrupo Boygenius fue la sensación indie del 2023, esta temporada aquel título puede reclamarlo, y sin mayor protesta, la estadounidense Waxahatchee. Se trata del proyecto de la cantautora Katie Crutchfield (1989), que lleva el nombre del pueblo donde creció, Waxahatchee Creek, en Alabama. Este año lanzó Tigers Blood, su sexto disco de estudio, que retoma lo que había hecho en su álbum anterior, Saint Cloud (2020). Lo suyo es country alternativo, es decir, a partir de una estructura en que destacan las voces e instrumentos eléctricos que incluyen a clásicos del género como el pedal steel y el banjo, la autora despacha 12 emotivas y brillantes canciones de tono intimista. En temas como Evil Spawn, Ice Cold, Crowbar, Crimes of the Heart entre otros, se despliega su estructura de verso y coro, que por momentos suenan como himnos para las masas. Un poco como Wilco, pero más accesible y concentrado en el poderoso trabajo vocal de Crutchfield, que deja en claro su gran capacidad. “Estas son canciones escritas por alguien que ha vivido una vida y ha descubierto que todo es a la vez complejo y sencillo. No hay una línea narrativa: el álbum es una serie de momentos y sentimientos que reflejan el gran enredo que supone estar vivo”, apunta The Guardian.

5. Álex Anwandter - Dime Precioso

A un año de publicar su celebrado El Diablo en el Cuerpo (el que le valió dos nominaciones a los premios Pulsar), el chileno Álex Anwandter (Santiago, 1983) decidió romper con el esquema habitual de promoción de discos, para lanzar nuevo material. En solo tres meses de este año escribió y grabó Dime Precioso, un álbum algo más arrojado pero que mantiene su habitual ambición por el pop de pista. Así suena en el single Gaucho, una explosiva canción que explora el melodrama en tono queer. Pero asimismo, Anwandtder se propone ser menos literal en su trabajo de letras, acaso uno de los puntos flacos del pop, para explorar una lírica algo más transversal. Eso sí, mantiene algunas de sus habituales referencias a las miserias humanas, como en No me molesta, Tu nueva obsesión o la que da título al álbum, una mirada a la necesidad de afirmación externa tan propia de la era de las redes sociales. “Para mí es una especie de chiste trágico, una especie de obsesión actual, que yo también tengo en cierta medida, de querer validación externa, de que te digan que eres lindo, que eres precioso”, explicó el músico a este medio.

6. Billie Eilish - Hit me hard and soft

En su tercer disco, a sus 22 años, la súperestrella Billie Eilish ha optado por marcar un camino propio. No lanzó sencillos de adelanto, lo que forzosamente lleva a sus fans a escuchar al completo las 10 canciones de Hit Me Hard and Soft, su nuevo material trabajado nuevamente junto a su hermano y productor Finneas. Una jugada que también puede leerse como una forma de diferenciarse de la agresiva promoción del nuevo álbum de Taylor Swift, el ambicioso y aburrido The Tortured Poets Department, el que generó una intensa carrera en las listas de éxitos. Como sea, en su nuevo largaduración, Eilish apuesta por un material muy conciso, con su habitual interpretación susurrante que se despliega en dramáticas baladas como Skinny y Wildflower, las que alternan con canciones de fibra pop trabajadas con una producción directa, como Birds of a Feather o Bittersuite, las que presentan un interés por empujar su música hacia rincones menos evidentes. “Eilish dirige su mirada hacia personajes ajenos a ella y deja de lado las fáciles satisfacciones pop. Se ha ganado las prerrogativas de una superestrella, y en Hit Me Hard and Soft, las utiliza”, detalló el New York Times.

7. Kali Uchis - Orquídeas

La colombiana-estadounidense Kali Uchis (Virginia, 1994) tenía suficientes razones para alzar la copa en el año nuevo. Además de confirmar el embarazo de su primer hijo, la artista abrió la temporada con su segundo álbum en español, Orquídeas (por la flor nacional de Colombia, el país de sus padres), el que además le dio su primer número uno en la lista Top Latin Albums de Billboard. La vara estaba alta con su celebrado Red Moon in Venus (2023), pero la artista salió adelante con un disco que tuvo una pléyade de productores, los que diseñaron con mucha precisión música de innegable vocación pop que se despliega entre las baladas midtempo y las de pulso de pista de baile y virales de TikTok; es decir con fuertes y definidas bases rítmicas. Además, la voz de la artista va y viene entre las capas superpuestas de efectos, a tono con la tendencia que han mostrado gente como Rosalía y Paloma Mami. Es asimismo un largaduración que celebra la música latina, con sus colaboraciones junto a nombres como Peso Pluma, Rauw Alejandro y Karol G. “(Orquídeas)Lleva a Uchis de sus celestiales coqueteos electrónicos a una pista de baile terrenal y sudorosa, donde está lista para dejar que su cuerpo se mueva”, apunta el New York Times.

8. Beyoncé - Cowboy Carter

Uno de los mitos musicales de Estados Unidos es la preeminencia de los blancos en la música country. Pero como suele suceder, los años y el racismo en el sur profundo hicieron olvidar el aporte de los afroamericanos en los inicios del estilo campirano. Y tal vez no sea precisamente un ánimo de reivindicación, pero lo cierto es que Beyoncé (Houston, 1981), una absoluta estrella del pop, decidió hacer un giro al lanzar durante el Super Bowl, dos singles de evidente inspiración country; la animada Texas Hold ‘Em y 16 Carriages. La primera no solo se volvió un viral de TikTok, sino que debutó en el número 1 del listado Hot Country de Billboard, logrando hacer historia como la primera mujer afroamericana en conseguirlo. Fue el primer paso antes de lanzar Cowboy Carter, un álbum en que la oriunda de Texas explora el género, aunque a su modo, con una vocación pop (y teñida albina con una bandera estadounidense en la portada). Retoma el interés que ya había mostrado en 2016 con su sencillo Daddy Lessons, pero esta vez, con una ambición global. “Cowboy Carter se apoya en su discurso anticipado, cuestionando abiertamente categorías y estereotipos e ignorando deliberadamente fórmulas”, apuntó el New York Times.

9. Los Tres - Revuelta (EP)

El regreso de Los Tres, con la formación original Henríquez, Lindl, Parra y Molina, es uno de los hitos que marcaron el 2023. Los shows en el Movistar Arena, se anticiparon con este EP denominado Revuelta, igual que el hito de retorno. Para aceitar la maquinaria antes del regreso a los escenarios, el grupo grabó en Estudios del Sur este breve registro en que repasa algunos clásicos de su repertorio. Ahí le dan una vuelta a Déjate Caer y Hojas de Té, dos canciones del álbum La espada & La Pared (1995) que en su momento no conformaron a los exigentes oídos de Álvaro Henríquez, debido a la producción musical de vocación masiva impresa por Mario Breuer. Como una suerte de reivindicación, acá las interpretan con un sonido mucho más crudo, destilando el rock and roll que estaba contenido. También vuelven sobre La Torre de Babel, además de animarse con una enfoque de cueca eléctrica para La vida que yo he pasado, como si Muddy Waters hubiera escuchado a Roberto Parra. En suma, se trata de una postal que resume el hito y marca una declaración; esta vez los penquistas vuelven en su ley. Eso sí, habrá que ver cuánto de eso se extiende al esperado nuevo material.

10. Kamasi Washington - Fearless Movement

El reconocido saxofonista oriundo de Los Angeles, es un tipo que respira música. No solo por ser hijo de músicos, sino que su toque virtuoso, pero con total sentido de la canción, ha sido requerido por artistas como Nas, Snoop Dog, Ryan Adams, Flying Lotus, Thundercat, Kendrick Lamar, entre muchos otros. También ha desarrollado una respetable discografía como solista y este año volvió a publicar, luego de largos seis años. El resultado se escucha en Fearless Movement, un largaduración que hace total honor a su nombre. Arranca con una oración en ge’ez, el idioma litúrgico de la iglesia ortodoxa etíope y termina con un prólogo. Entre medio, hay una serie de pistas en que el músico y su banda aceleran los tiempos y proponen un acercamiento poco ortodoxo al jazz, que por su atrevimiento, por momentos recuerda al Coltrane más desatado, o hasta al Miles Davis ochentero. El disco suma además invitados de lujo; pasan el legendario George Clinton, André 3000, Thundercat, entre muchos otros. “Kamasi Washington nunca podría ser acusado de un estancamiento temeroso. Como una de las principales estrellas del jazz de la última década, la producción tremendamente exuberante del saxofonista de Los Ángeles se ha extendido mucho más allá de los límites del género”, destaca la reseña de The Guardian.

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