La imponente vista del volcán Villarrica, los apabullantes bosques y los lagos de la zona de Pucón, generaron en el músico Andrés Nusser (Osorno, 1983) un renacido interés por la naturaleza. Así retomó los deportes y la vida al aire libre que tanto disfruta. “El volcán nos tenía embobados. Cuando llegamos al tiro nos compramos equipo de rando y fuimos a la montaña. En Santiago yo nunca fui de hacer esquí, en Osorno hacía eso, pero acá tienes la casa y el volcán está a 5 minutos. Fue una locura. Entonces nos agarró la montaña, los senderos, aprendí a hacer kayak en el río, nunca me habría imaginado que habría hecho eso. Fue una época de mucho, mucho contacto con la naturaleza y también con muchos amigos”, detalla a Culto, al otro lado de la pantalla, desde el sur profundo.
Ese regreso a la vida cerca de la naturaleza impregnó en parte a TAMC (Te amo mucho cora), su primer álbum como solista, que ya está disponible en las plataformas digitales. Trabajado en Pucón, ciudad de la Araucanía en la que reside desde hace algunos años, se trata de un trabajo cargado de la imaginería propia de Nusser; en sus siete canciones despliega su habitual interés en los sonidos que van y vienen de un punto al otro del estéreo, los teclados y las texturas a partir de capas de instrumentos, eso sí, sobre pulsos mucho más contenidos que lo que conocimos, por ejemplo, en sus años con su banda Astro, la que le dio notoriedad en la escena musical chilena.
Nusser demoró algo más de dos años en completar todo el material. Pero, más que resultados de una carrera contra el tiempo, prefiere hablar de procesos. “Para mí este disco ha sido como un proceso. He querido haber sido bien ambicioso, pero sanamente. Algunas veces como me vi complicado, pero el resultado ha sido sano. He sido ambicioso, porque ha sido súper ‘hágalo usted mismo’. Todo lo que es la mezcla, la producción y los másters, lo hice yo. Para eso necesitas manejar muy bien la técnica para llegar a los resultados artísticos que quieres y en eso me demoré más de lo que quería. Igual produje más cosas que no salieron y también ya tengo canciones grabadas que van a salir más adelante. También estuve haciendo otras cosas, trabajando para otra gente”.
Según el músico, TAMC (Te amo mucho cora) es una declaración de amor. Al amor de pareja, en su capa más evidente. De hecho el título del álbum viene de una historia muy particular. “Mi señora, la Pau, estaba trabajando en Lollapalooza. Yo estaba viajando en ese momento a Santiago, manejando bien rápido para alcanzar a verla un rato porque no la veía hace un mes. Y ahí ella me dice, pucha, estoy demasiado ocupada y no te voy a poder recibir hoy día”.
“Ahí me bajó como una pena, se me rompió el corazón. Entonces dije, bueno, ya no tengo apuro y creo que por ahí por San Javier, me metí a pasear a los campos, a ver qué onda. De repente llego a una zona que estaba bien fea, donde había como unos portones, un basural. Y en ese portón había un tag escrito con spray, así muy a la mala, que decía ‘te amo mucho Cora’. Así que el nombre no es que se me haya ocurrido, fue algo que vi”, agrega el músico.
La portada del disco es bien especial, ¿cómo salió?
Mira, tenía varias ideas, pero al final ya cuando quedaba una semana de lanzar el disco, tenía planeada una portada que requería unas rosas artificiales. Fuimos a tomar la foto que era como en la nieve, estaba lloviendo y no sé por qué, pero se derritieron. Bueno, quedaban tres días para la entrega y el lugar al que fuimos era un refugio abandonado que está acá en el volcán. Tomé una foto al piso ahí porque quería usar eso para el futuro, onda guardarme la referencia porque era bonito y ahí dije ‘voy a usar esta para la foto’. Básicamente son baldosas súper trituradas por el tiempo, porque el lugar no tiene techo, no tiene nada. Le tomé la foto a eso y después lo intervine un poco. Es un lugar súper icónico del volcán en Pucón, entonces también tiene algo de historia interna, por ejemplo en Cy, habla del volcán, o sea la metáfora que dice frutilla blanca extrema es cuando el volcán está nevado entero.
Hay harta cosa simbólica en el disco...
Tiene algunas cosas bien metafóricas el álbum, pero traté de ser bien literal en otras o usar unas metáforas que te den una sensación de que está pasando realmente. Una canción que cumple harto esa regla es Contra, que te dice bastante, pero de una manera media poética, pero nunca etérea. Eso está bueno.
¿Ha cambiado tu forma de escribir canciones con estos años?
Absolutamente. Quise que fueran mejores, quise que fueran buenas. Y creo que salieron bien, o sea, me han dado buena opinión de las letras, no creo que sean las mejores, pero creo que salieron bien porque quise que fueran buenas, que hubiera poesía, que tuvieran contenido, que hablaran algo, algo que significara algo, que generara una emoción sobre algo.
¿Eres autocrítico con tus letras?, pensando lo que habías hecho con Astro, por ejemplo...
En lo de Astro, algunas letras fue como ¿por qué escribí esto?, pero otras me encantan, la de Mono Tropical, por ejemplo, amo esa letra. La de Manglares también es súper bonita, la de Miu Miu me encanta, que era un gatito que vivía en la casa. La de Ciervos es demasiado personal y tiene como este ‘aeo’, que es como muy simple en mi cabeza. La de Colombo, es como ¿qué es esta huea? esa letra la odio. Bueno, en fin, creo que solamente traté de escribir mejor, que hubiese un contenido y de tratar de usar metáforas. A veces la letra fluye de una, pero a veces estoy en un verso y no sale nada y voy a ser paciente hasta que salga. Y puedo cambiar las palabras 1000 veces hasta que salga algo.
“Nos encantaría volver con Astro”
Con esas imágenes de la naturaleza en tu música, más con todo lo que me cuentas, es difícil no recordar canciones de Astro que también tenían eso; pienso en Manglares, Ciervos, Miu Miu, ¿sientes que hay un diálogo entre lo que hacías con Astro con este nueva música?
Yo creo. Por ejemplo, me di cuenta después, no me di cuenta cuando lo hice, pero en Non como hay un teclado que hace “ta ta ta ta” y Ciervos (de Astro) va “ta ta ta”, con un timbre bastante parecido. Hay similitudes, sin duda, hay maderas en las baterías que son similares. O sea, hay una cosa que me gusta que este podría podría ser un disco de Astro fácilmente, bueno, los chicos no están tocando, eso cambia de todas maneras, pero la composición habría calificado porque viene de la misma mano. Y eso eso está bueno. No se me fue mi espíritu.
¿Y en todos estos años no hubo intentos por volver con Astro? ¿No lo han conversado con los otros músicos (Nicolás Arancibia, Daniel Varas, Octavio Cavieres)?
Sí, sí, lo hemos hablado, pero no tenemos nada concreto. Nos encantaría a todos. Pero ahora, en este momento que quizás sería posible, el Nacho que era bien activo y el Lego que era muy bacán, están en México trabajando con Rubio, entonces no tiene mucho sentido. Y yo no podría decir ‘ya, voy a hacer otro Astro y meto otros dos de reemplazo’, no funciona así, tienen que ser los mismos. Pero yo creo que lo vamos a hacer eventualmente porque seríamos muy tontos si es que no hubiera algún comeback.
Decías que te tomaste un tiempo para trabajar este disco, pero demoraste largo tiempo en publicar como solista tras el fin de Astro (en 2016), también trabajaste con otros artistas. ¿En ese tiempo te habías olvidado de hacer algo? ¿Por qué lo hiciste ahora?
No, siempre le puse onda, pero había algo que no me dejaba, creo que era una depre fuerte esos años. Al final la razón por la que terminó Astro es porque yo entré en un colapso de estrés y ese colapso me generó un montón de afecciones ansiosas para adelante. Entonces todos estos años sigo años de recuperación, y de recuperación de confianza también, y de recuperación artística. Pero nunca paré de hacer música propia, lo que pasa es que no publiqué.
Cuando terminó Astro, publicaste algunas cosas bajo el nombre de Karakoram, ¿por qué no retomaste ese proyecto? ¿Por qué publicar ahora solo como Andrés Nusser?
De hecho, justo cuando terminó Astro, quería ir de una, así como ‘ya vamos con este Karakoram’. Le pusimos harta onda, fuimos a grabar a Estudios del Sur, pero ahí estaba en la cresta de la ola del colapso. Y tuve que parar, tuve que frenar. Ahora lo digo como sabiendo qué es lo que pasó, pero en el momento no tenía idea que estaba pasando, simplemente se me estaba desmoronando todo, ¿cachai? No daba más. En esa época yo creo que estuve en mi peor versión como ser humano. Entonces, en resumen, todo este tiempo ha sido como una sanación artística, emocional, nerviosa, psicológica, espiritual.
A Astro le iba bien, el primer disco tuvo muy buenas críticas, sacaron giras, tocaron mucho afuera, en México, en España, en Festivales, la verdad era un grupo exitoso, entonces cuesta imaginarse como se llega a ese punto...
El problema que yo acarreaba muchas weás de pendejo. Empecé a tomar mucha droga, yo empecé en esa onda a los 15, entonces 20 años de eso te hacen mierda, así que como mis 35 años colapsó todo eso. Después se sumó a toda como la hiperventilación de tener una banda, estar girando, ahí ya estaba medio cuático. Y si estás girando y te empiezan las crisis de pánico, entonces empiezan los clonazepam, ahí se pone ya más denso. Así que, nada, fue por eso fue nomás, un colapso nervioso. Y no tengo ningún problema de hablarlo porque creo que son temas que debieran ser más hablados, son cosas que pasan mucho en las bandas y en los ambientes laborales, la autoexplotación, como lo dice Byung Chul Han, él tiene ese concepto.
¿Alguna de las canciones de este nuevo disco es de esa época más antigua o es todo material nuevo que hiciste ahora?
Sahara era un poco más antigua, como de la parte donde yo estaba muy mal. Mira, creo que todas esas canciones tienen el componente de que mi corazón estaba como quebrado. Si bien yo le pongo que es un disco de amor, quizás uno podría decir, oh, todo de amor de pareja, pero creo que es más como el desamor con uno mismo, o como que se te rompa el corazón porque le perdiste el amor a la vida, como que pierdas el corazón, creo que de eso se trata. Sahara, es una canción muy triste de letra, Non, también es muy triste. Cora, es de amor, habla de la relación con mi pareja. Contra, habla de desprenderse de los paradigmas, como de las obligaciones, el deber ser de la sociedad, de que no puedes ser auténtico. Habla de eso, de la autenticidad y lo difícil que es ser auténtico. Y luego Out es bien brigida, habla de de como hay una falta de comprensión entre la pareja, dice ahí, pero en verdad trata de como se escoge morir. Ahora que lo repaso, es bien denso.
¿Y el contacto con la naturaleza fue parte de este proceso de sanación? Hay harta mención a imágenes de la naturaleza en las letras
Sin duda, sin duda. Creo que salir a la naturaleza te da objetividad, pero sí, el resultado final en términos psicológicos, creo que te da una objetividad espacial. Si estás metido entre cuatro paredes chicas, y ese es uno de los grandes problemas sociales que hay, es muy difícil ser en un espacio muy pequeño, muy confinado, porque te aliena demasiado.
En estos años también trabajaste como productor con Ela Minus, Lido Pimienta, Rubio, ¿qué te dejó esa experiencia?
Hay una cosa súper práctica que es que en este caso, ellas están esperando lo mejor posible y cada disco es un proceso de aprendizaje; de aprender a escuchar mejor y aprender a manejar mejor las herramientas, es súper práctico. Entonces yo creo que lo que me deja es eso por un lado, y por otro lado la experiencia de trabajar con música que tiene otros ángulos, entonces también te expande y te lleva a otras partes y tienes que aprender a hacer otras cosas que no es lo que haces siempre. Y por supuesto, recuerdos bonitos.
Andrés Nusser ya se ha presentado en vivo como solista, no solo como número de apretura de Phoenix, también en eventos como Fauna Primavera, Lollapalooza, entre otros. Ha estado acompañado de una banda muy competente que integran Ivan Roco, Pablo Chaparro, además de Isadora Lobo y Victoria “Vicky” Cordero. Aunque por ahora, se enfoca más en componer más material. “Estamos es una etapa de de crecimiento en la cual el proyecto tiene que nacer, se tiene que mostrar y tiene que conectar con la gente”.