El reciente caso de Kevin Spacey, la estrella de House of Cards, no es el único en Hollywood. El actor reconoció que ha estado al borde de declararse en quiebra por insolvencia financiera debido a los gastos legales derivados del juicio por agresión sexual del que resultó absuelto. Pero como a él, a otros intérpretes les ha pasado similar. Un tren de vida excéntrico, gastos desenfrenados y batallas legales, son parte del entramado que ha dejado a otras figuras sin un centavo. Acá algunos casos.
Amber Heard
La actriz tenía todo para subirse a la ola del reconocimiento masivo, en especial tras participar en la franquicia de Aquaman, en el rol de Mera. Pero algunas circunstancias la llevaron al colapso financiero. En junio de 2022, el New York Post que Amber estaba en bancarrota debido a los elevados gastos para mantener su lujoso estilo de vida en Hollywood. Y a eso se le sumaron, tal como a Spacey, los elevados gastos legales derivados del burlado juicio que la enfrentó con Johnny Depp. De hecho, TMZ informó que la actriz vendió su casa de Yucca Valley por poco más de un millón de dólares. Por ello, debió partir desde cero y radicarse en España.
Nicolas Cage
El célebre actor, que ha brillado en filmes como Leaving Las Vegas (1995), Con Air (1997), entre otras, también se ha visto en problemas financieros. Se estima que en su momento llegó a amasar una fortuna de 150 millones de dólares, pero de pronto se encontró con un enorme tren de gastos. Al fin y al cabo mantener dos castillos, quince casas, y sus flotas de yates y Rolls Royce, implicaban un enorme gasto. Su administrador financiero se lo advirtió y de pronto, Cage chocó con la realidad. Debió tomar cualquier película que le ofrecieran con tal de salir a flote. “Tenía todos estos acreedores, le debía 6 millones al fisco (IRS) y estaba gastando US$20.000 al mes tratando de mantener a mi madre fuera de una institución mental, y no podía. Todo estaba sucediendo a la vez. Cuando estaba haciendo cuatro películas al año, consecutivamente, todavía tenía que encontrar algo en ellas para poder darlo todo”, recordó años después. Al costo de hacer filmes lamentables como El aprendiz de brujo, Nicolas Cage logró salir adelante.
Burt Reynolds
Popular entre los setenta y los ochenta, el legendario actor fallecido en 2018 es uno de los casos más recurrentes a la hora de rememorar estrellas arruinadas. Su lujoso estilo de vida, no muy diferente al de los famosos de Hollywood, fue un problema, pero lo que realmente lo mandó al precipicio fue una serie de malas decisiones financieras, como una cadena de restoranes que fracasó. A ello se le sumó su costoso divorcio de Loni Anderson, lo que consumió parte de sus finanzas. Para peor, tomó papeles en cintas olvidables (por ejemplo, Striptease, 1996), aunque tuvo un golpe de suerte con su participación en Boogie Nights. Acabó vendiendo objetos personales para hacer algo de dinero, como sus relojes, autos y hasta sus premios. “He perdido más dinero de lo que es posible porque no lo cuidé”, dijo a Vanity Fair en 2015.
Richard Dreyfuss
Célebre por sus roles en cintas como Tiburón (1975), Locura de verano (1973) y Encuentros cercanos del tercer tipo (1977), el actor se ha mantenido en activo incluso pasados los 70 años. Ha intentado retirarse, pero hay una razón que se lo impide. Cuando se le preguntó por qué volvió al cine en el 2006, con un rol en la película Poseidón (2006), fue honesto: “¡Por dinero! Gran sorpresa, me ofrecieron un montón de dinero y a mí me encanta el dinero, y no tenía mucho, y pensé que ésta sería una buena forma de hacerlo”. Asimismo, ha reconocido que es un “gastador bastante frívolo”, por lo que se ha visto obligado a buscar otras fuentes de ingresos para aliviar su mala situación financiera. “Voy a hacerlo hasta que no tenga que hacerlo y espero encontrar otras fuentes de ingresos. Estoy escribiendo y dando clases, quizá sea una forma”.
Kim Basinger
Acaso uno de las actrices más populares entre fines de los ochenta y comienzos de los noventa, gracias a su recordada participación en películas como Nunca digas nunca jamás, Nueve semanas y media y Batman, era además una de las mejor pagadas de la industria. Pero la buena estrella no le duró mucho. En 1989, aconsejada por su familia, invirtió 20 millones de dólares en comprar un pueblo olvidado llamado Braselton para volverlo una atracción turística que no prosperó. Para empeorar las cosas, en 1993 declinó participar en la película Mi obsesión por Helena, un drama cargado de escenas de sexo, con el que ya había firmado contrato. La productora no se la dejó pasar, le metió una demanda por ocho millones de dólares que acabó ganando. Para peor, su juicio de divorcio con Alec Baldwin le costó no menos de cuatro millones de dólares en gastos legales.
Brendan Fraser
La de Brendan Fraser es una historia muy parecida a la de Burt Reynolds. Con su exitosa participación en La Momia (1999) se volvió uno de los actores más cotizados de Hollywood, pero sus crecientes gastos y los malos resultados de las películas posteriores en las que trabajó, fueron más que suficiente parta afectar sus finanzas. A eso se le sumó el divorcio de su mujer, Afton, quien pidió una pensión de US$25.000 dólares mensuales. Él se defendió diciendo que si accedía a ese pago, quedaría con una deuda mensual de 37.000 dólares. Por ello se ha dedicado a trabajar en donde le salga; películas animadas, filmes de bajo presupuesto, todo con tal de mantener a sus hijos y a las mansiones que adquirió en sus años de vacas gordas. Así ha logrado reinventarse, como en su celebrado protagónico en La ballena (2022).