Maya Rudolph: “La gente está pensando en nosotros para que los hagamos reír, mucho más que en otras épocas”
La reconocida actriz y comediante encarna a una multimillonaria que intenta encontrar su verdadera identidad en Loot (Apple TV+), una serie en la que prevalece un tono dulce con el que se siente particularmente cómoda. “Siempre me atrae la combinación entre la realidad de un personaje y la ridiculez de un personaje”, asegura a Culto.
Oprah Winfrey, Donatella Versace, Whitney Houston, Beyoncé y Liza Minnelli fueron algunas de las personalidades que Maya Rudolph (Florida, 1972) imitó durante su etapa como miembro estable del elenco de Saturday Night Live, entre los años 2000 y 2007.
Su estilo de comedia y su encanto se ajustaron tan bien al formato que, con el paso de los años, ha vuelto en reiteradas ocasiones al programa de NBC como presentadora o como estrella invitada (el segundo Emmy de su carrera lo ganó por su versión de Kamala Harris en la temporada 45). Ha sido tan consistente en su labor que The New York Times la denominó “la maestra de las imitaciones”.
Los talentos de la actriz son múltiples, desde prestar su voz para la serie animada de Netflix Big mouth hasta actuar en películas (Damas en guerra, Desencantada) y tener su propia banda de covers de Prince. La última vitrina para sus habilidades es la serie Loot (o Todo por el dinero), donde encarna a Molly Wells, la exesposa de un magnate de tecnología cuyo acuerdo de divorcio la convierte en una de las mujeres más ricas del mundo.
“Maya es increíble. A menudo decimos entre nosotros que nadie más que Maya podría interpretar este rol, el rol de una multimillonaria, y volverlo tan divertido pero también tan sincero. Realmente la estás apoyando (a Molly)”, indica Matt Hubbard, cocreador de la comedia de Apple TV+ que acaba de estrenar su segunda temporada.
“A todos los que les hemos pedido que se unan a la serie básicamente han dicho que sí de inmediato, para poder compartir escenas con Maya. Ella es una potencia absoluta tanto a nivel profesional como personal. Es una persona maravillosa”, enfatiza el guionista y productor.
Hubbard y Alan Yang crearon a un personaje rodeado de lujos que a lo largo de la historia se esfuerza por hacer las cosas bien. Eso no implica que no cometa errores y que cause permanentes dolores de cabeza a los integrantes de su equipo en la Fundación Wells, la institución benéfica en la que empieza a desempeñar un rol determinante tras separarse de John Novak (Adam Scott).
“No es necesariamente que sea una mala persona. A veces simplemente está desconectada, lo que creo que permite que emerja una personalidad más grande. Y me divierto mucho con eso”, asegura Rudolph en diálogo con Culto. “Creo que sus intenciones son buenas, pero no siempre se desarrollan de la manera en que las pensó inicialmente”.
Al comienzo del segundo ciclo surgen problemas con su deseo de regalar todo su dinero: simplemente no es tan fácil como imaginó. Tras el colapso de una de sus ideas, se le ocurre crear Espacio para Todos, una iniciativa que consiste en renovar hoteles para que vivan personas sin hogar de Los Angeles. Aunque cuenta con el apoyo de la directora ejecutiva de la entidad (Michaela Jaé Rodriguez), llevar a cabo ese proyecto no será fácil.
En medio de una etapa de reducción de gastos, Molly acaba de vender su antigua casa y con los millones que obtuvo se compró una “pequeña cabaña de playa” con cinco piscinas y donó el monto restante. Por el momento, su corazón no está abierto a nuevas relaciones amorosas, aunque siempre hay espacio para sorpresas. En su estilo, con contradicciones en su progreso en la filantropía y en la vida personal, sigue enfocada en su reinvención y en la búsqueda de una identidad que le permita dejar de ser sólo la “exesposa de”.
“Creo que la idea de empezar de nuevo es algo con lo que todos podemos identificarnos”, plantea la intérprete. “Cada 1 de enero expreso el deseo de estar sana. Creo que en especial en una época de cambios muy grandes hay algo de amor propio asociado a la idea de reconocer que necesitas cuidar de ti misma. Puedo identificarme con eso. Absolutamente. Quizás no sea la versión de Molly, pero sí mi propia versión”.
Rudolph, una creyente de que añadir notas ridículas mejora cualquier propuesta de comedia, se divierte dando vida a un personaje que posee varias capas y es capar de encabezar situaciones hilarantes y dulces.
“Siempre me atrae una combinación entre la realidad de un personaje y la ridiculez de un personaje. No puedo vivir sin ninguno de los dos. Entonces me gusta esa especie de cóctel de los dos… O quizá porque es más fácil no comprometerse con ninguno de los dos”, apunta la actriz. “Puedes estar viendo un show de stand-up sobre algo realmente doloroso, pero puedes reírte. Me gusta la combinación de esas dos cosas”.
Joel Kim Booster, quien asume el rol del asistente de Molly en la ficción, se detiene en el talento de la protagonista. “Hay tal confianza y convicción en cada cosa que hace que incluso cuando está interpretando al personaje más ridículo puede decir que cree en la realidad que ha creado para ese personaje”, señala. “Ella cree en su realidad y en lo que está en juego, tanto cuando es grande y estúpido como cuando es pequeño y real”.
Los creadores de Loot se refieren a la segunda tanda de episodios como “más grande, más rápida y más divertida”. “Pensamos que es un verdadero desafío hacer una serie optimista, sincera y divertida, donde te preocupas por los personajes y realmente crees en la dinámica de todo el elenco”, advierte Alan Yang, quien considera que la ficción “es un poco un reflejo de la época en que estábamos mientras hacíamos la serie, que fue realmente caótica y, en cierto modo, deprimente, aterradora e impredecible”.
Ya sea como actriz o como invitada ocasional de Saturday Night Live, Maya Rudolph les ha tomado la temperatura a los últimos años y tiene su propio análisis sobre los alcances de la comedia en el escenario actual.
“La gente ha estado pensando en nosotros para que los hagamos reír, porque las cosas no se sienten bien y ha sido difícil, por todo lo que está pasando en el mundo. He notado eso mucho más que en épocas anteriores de mi vida. Es bueno escuchar eso y comprobarlo con la gente”, sostiene. “Es algo en lo que rara vez pienso, hasta que estás conversando con alguien y piensas: nunca pienso en la comedia de esta manera, pero me alegra que sea útil para la gente”.
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