Nicole a 30 años de Esperando Nada: “Había prejuicios con venir del mundo del pop, Chile era muy machista”

Nicole ARCHIVO HISTORICO/CEDOC COPESA

La afamada cantante chilena se alista para una gira por teatros en que va a celebrar los 30 del lanzamiento de su segundo disco, el que la volvió una estrella de la música chilena gracias a efectivos singles como Sin Gamulán y Dame Luz. En charla con Culto recuerda ese álbum grabado cuando estaba en IV medio, con la contención familiar, en una época con una industria y un país muy distintos. “Había que estar demostrando el doble que mis compañeros hombres”.


Fue una tarde escuchando discos, en la casa de Óscar Sayavedra, director artístico de BMG y exmánager de Soda Stereo, cuando la joven cantante Nicole tuvo una revelación. “Él fue el que me contrató. Tenía una discoteca increíble, muchos discos clásicos, Spinetta, Lito Nebbia. Me dejó sola en su casa y empecé a escuchar todos estos discos”, recuerda la cantante a Culto.

Buscando entre las bateas, Nicole se topó con el primer disco homónimo de Los Abuelos de la Nada (1982), la legendaria banda de Miguel Abuelo. “Yo había escuchado Mil Horas, que es del disco que sigue (Vasos y Besos, 1983), pero no había escuchado ese álbum”. Lo sacó, lo puso en el equipo, y le llamó la atención, el track dos, una canción firmada por Andrés Calamaro, llamada Sin Gamulán. “Me encantó la frescura de la canción, la sencillez y poética de decir que necesitabas abrigo, protección y también un leve coqueteo, pero también dejar las cosas claras, como alguien no puede decir que ha estado contigo, si no ha estado”, explica.

Nicole en vivo.
Nicole en vivo, en la actualidad

Nicole recurrió a una práctica habitual en la industria musical, elegir canciones de otros autores para el repertorio de su inminente segundo disco. Con apenas 17 años y cursando cuarto medio, la cantante aún no escribía todo su material, como lo hace hoy, pero confiaba en su intuición y su oreja melómana. Así, decidió que tenía que grabar Sin Gamulán para su nuevo disco. Cuando se encontró con Sayavedra, le comentó. “Él creyó en estas canciones también”, apunta.

Con su efectivo estribillo (”Será por eso que hoy estamos aquí/no hay nadie más que tú y yo”) aquel fue el exitoso primer sencillo de Esperando Nada (1994) el álbum que hace treinta años marcó el reconocimiento masivo para Nicole y la volvió una joven estrella musical. En suma, uno de los hitos claves de su trayectoria. Hoy lo vuelve a revisar al completo en una gira de teatros que arrancará el próximo 8 de noviembre con un show en Rancagua, para luego presentarse en Temuco, La Serena, Valparaíso, Talca y Concepción.

Y aunque hay temas de ese álbum, como la clásica Dame Luz, que son ineludibles hasta hoy en sus sets de directo, volver sobre ese material, le ha resultado toda una experiencia. “Ha sido muy bonito porque yo creo que hace 25 años que no cantaba varias de ellas. Me acordaba de toda la letra e iba hacia atrás cuando escribí algunas, como Va a llover o Con este sol, que fueron mis primeras composiciones. Fue emocionante sentir que ese recuerdo satisfactorio, de decir: he escrito una canción. Era lo que yo quería. Mi propósito con este disco era empezar a escribir, entender y aprender a hacer canciones”.

Nicole se había dado a conocer como un prometedora cantante adolescente, gracias al ensoñador hit Tal vez me estoy enamorando (1989), escrito por Juan Carlos Duque, que le dio título a su primer álbum. Tras hacer algo de promoción, se dedicó a terminar los estudios. Fue entonces que decidió retomar su carrera artística, con Esperando Nada. “Fue muy importante porque estaba saliendo del colegio, era reafirmar esta pasión por la música, desde mi disco Tal vez me estoy enamorando, y tomar una decisión consciente de dedicarme a la música realmente. Entonces, es un disco que no solamente fue muy popular y trajo canciones que hasta el día de hoy la gente recuerda, sino que a nivel personal también fue un disco decidor”.

Tras firmar con BMG, gracias a las gestiones de Óscar Sayavedra, hubo que elegir a un productor musical. Ahí Nicole llegó hasta al célebre músico argentino, Tito Dávila, ex integrante de Los Enanitos Verdes. “Lo conocí porque el sello BMG me lo presentó para ser el productor de este disco, tremendo tecladista, por supuesto me gustaban mucho Los Enanitos Verdes. Él vivía en Madrid y es por eso que fuimos a grabar el disco con todos los músicos allá”.

Nicole ARCHIVO HISTORICO/CEDOC COPESA

Nicole no solo se ocupó de elegir canciones, también quiso hacerse escuchar al momento de decidir el sonido del disco. “Yo tenía claro cómo quería que sonara el disco, lo fuimos trabajando aquí en Chile con los compositores, pero también lo conversamos mucho con Tito. Yo quería que tuviera mucha guitarra, que fuera muy tocado, muy orgánico, pero que tuviera una sonoridad grande, imponente. Nada rebuscado, que tuviera guitarras eléctricas, acústicas y que sonara muy banda”.

Entre las canciones que Nicole había escuchado en esas tardes indagando en la discoteca de Sayavedra, estaba Esperando Nada, del español Antonio Vega. Además de incluirla en su repertorio, decidió que ese debía ser el nombre de su disco. “Para mí era una gran canción que identificaba todo lo que estaba viviendo en ese momento, de querer salir a la calle, aprender la vida de adulto, querer tener responsabilidades, querer tener esa libertad para elegir. Y definía mucho también las otras canciones del disco. Entonces, para mí Esperando Nada, que en el fondo era esperar todo, era el mejor nombre del disco”.

Y aunque se eligieron canciones, la misma cantante quiso aportar lo suyo participando en la composición de canciones como Dame Luz, Va a llover y Con este sol. “Fue fundamental para todo lo que he desarrollado después como compositora, en todos mis discos. Era muy esencial para mí aprender a componer después de Tal vez me estoy enamorando. A los 14 años me regalaron mi primera guitarra y tenía ansias de crear melodías y aprender a hacer canciones. Así que el poder haber materializado letras y melodías en Dame Luz, Va a Llover, y Con este sol, fue muy gratificante y definió todo lo que yo he hecho hasta el día de hoy, que es seguir aprendiendo, entender que uno nunca deja de aprender. Así que ese fue como mi gran impulso para ser compositora”.

¿Qué tan distinta era la industria en esa época respecto a nuestros días?

La industria cambió radicalmente. Se puede decir que antes existía un tipo de industria con los sellos discográficos y mucha gente trabajando en ellos, y ahora, desde el 2000, más o menos, empezó toda la era más digital y los sellos independientes. Cambió todo. Me gusta haber vivido la primera etapa y ver cómo trabajaban los grandes sellos discográficos y esta etapa también. La mitad de todo el tiempo que llevo trabajando en la música, he podido aprender de cómo llevar a cabo un proyecto musical más allá de la esencia del núcleo, que es crear canciones y interpretar. Es entender cómo funciona todo, cómo formar equipo. He aprendido mucho de cómo llevar la producción, no solamente musical, sino ejecutiva, cómo mostrar tu música, cómo desarrollarla, cómo buscar nuevas oportunidades y hacer equipos. Así que ha sido interesante también para mí todo este proceso.

Nicole y un disco exitoso en IV Medio

Vestida de negro, con botas y una estrella metálica colgando de su cuello, Nicole posó para la fotografía de la portada, con un aire juvenil y hasta algo rockero. “Ni siquiera era un vestido, sino que era como una tela que me rodeaba y la estrella, que era algo que me gustaba mucho y que pasó a ser algo como icónico de la portada también”.

El look, recuerda la artista, se trabajó en conjunto. “Veníamos trabajando con la agencia Bookers, que que hacía también mis conciertos. En esa trabajaban Claudia Guzmán y Estela Mora, a quienes las recuerdo con mucho cariño, porque no solamente me ayudaban a tener conciertos, sino que conversábamos mucho de la estética, lo cual para mí era muy importante. Me gustaba tener distintas visiones y la experiencia de ellas, pero siempre respetaban mucho mi visión. Esa foto, que era de mis primeras sesiones de fotos, la hizo un gran fotógrafo, Julio Donoso, con quien me sentí muy en confianza”.

Mirando con la perspectiva actual ¿había machismo hacia las cantantes en 1994?

Bueno, por supuesto que en el 94′ vivíamos en otro Chile, era distinto. Hemos ido evolucionando y claramente, no solamente en la música, sino que en varios ámbitos, todavía Chile era muy machista. Y sí que se vivió, siempre había que estar demostrando quizás el doble las cosas que mis compañeros hombres, pero también había prejuicios con ser solista, con venir del mundo del pop y antes con ser niña. Entonces desde que comencé, sobre todo al estar en un mundo adulto, ese fue como mi gran desafío.

Cuando llegó a las tiendas en noviembre de 1994, Esperando Nada tuvo un buen desempeño comercial y en pocas semanas alcanzó la certificación de Disco de Oro, por vender 15 mil copias. Serían muchas más, cuando se incluyó al single Dame Luz, en la banda sonora de la teleserie Amor a Domicilio (1995) de Canal 13. “Lo recuerdo de una manera increíble. Habían salido Sin Gamulán y Esperando Nada de singles y pensábamos que Dame Luz era una gran canción que podía ser el tercero. Entonces, coincidió que justo me la pidieron para la telenovela, la gente la empezó a ver todos los días y en los conciertos comenzaron a cantarla mucho más. Así se empezó a conocer más el disco. Fue un gran impulso y un apoyo que Dame Luz estuviera en esta teleserie”.

Nicole, comenzaba a transitar hacia la adultez y se encontró la exposición propia del éxito. Los primeros sencillos, Sin Gamulán y Esperando Nada, la volvieron una estrella con una apretada agenda que incluía giras y presentaciones en televisión. Un momento clave, que vivió con la contención familiar. “Siempre estaba con mi familia, con mis papás y mi mamá, que me acompañaba a todos lados, conversábamos mucho, me cuidaron mucho. Íbamos aprendiendo de estar en este mundo de la música y también iban protegiendo y cuidando que no me saltara etapas. La verdad que hubo harto trabajo; viví un mundo de adultos en cuanto a lo laboral, pero nunca dejé de juntarme con mis amigas, de ir al colegio, de ir a los viajes de estudio. Se intentó, y yo creo que se logró con creces, que fuera muy equilibrado para poder disfrutar de esta experiencia que estaba viviendo y seguir con mi vida personal también”.

Nicole ARCHIVO HISTORICO/CEDOC COPESA

¿Cuánto te cambió la vida el éxito de Esperando Nada?

Más que el éxito de Esperando Nada, fue desde el inicio, grabar el disco en cuarto medio, hasta salir del colegio con una decisión. Ya venía estudiando música en Projazz en tercero medio, desde ahí que ya había tomado esa decisión, pero terminar este disco fue reafirmar esta convicción de que me tenía que dedicar a la música, que eso era lo que quería. Y después de salir del colegio, de inmediato empecé a tocar mucho en vivo. Entonces, eso me dio una visión de que tenía que aprovechar esta oportunidad, tener trabajos concretos y muchos conciertos para comenzar a desarrollar de forma definitiva esta profesión. Fue muy revelador el poder grabar un disco en cuarto medio, que le haya empezado a ir bien y tener la oportunidad de tener hartos conciertos. La verdad que eso sí fue un cambio importante en mi vida, pero siempre teniendo en cuenta que a pesar del éxito que tuvo, también estaba muy concentrada en el trabajo mismo. Y eso me enfocó yo creo, de una manera importante para seguir adelante y disfrutar la música. Disfrutar que la gente le gustara el disco, pero también muy consciente de que era el inicio de algo que después de 30 años, me sigue apasionando y la verdad lo sigo disfrutando como ese primer día.

Las entradas para la gira de celebración de los 30 años de Esperando Nada ya están disponibles en Ticketpro. Más fechas por confirmar.

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