Andy Summers y la leyenda de The Police: “Muchas bandas latinas como Soda Stereo nos copiaron, éramos los más grandes”
Andy Summers, el guitarrista del legendario trío británico, se apresta a regresar a Chile con su banda Call The Police, que recrea la música que hizo junto a Sting y Stewart Copeland en los ochenta. Antes, recuerda con Culto los años en que fueron una influencia para el rock latino, la fama, sus días con Gustavo Cerati y la dificil gira de reunión en 2007. "No fue necesariamente fácil”, dice.
No podía ser en otra sino en Río de Janeiro, ciudad musical por excelencia. Entre sus playas (plagadas de insistentes vendedores), la figura de Tom Jobim inmortalizado en carne de estatua en Ipanema, los pequeños locales donde los músicos tocan samba en torno a una mesa (y con alguna copa de cachaza), fue donde Andy Summers (Lancashire, 1942), tuvo la chance de volver sobre las canciones de The Police, la exitosa banda que integró entre fines de los setenta y mediados de los ochenta, junto a Sting y Stewart Copeland.
Sucedió tras un encuentro propiciado por el productor Luiz Paulo Assunção, quien suele ser el nexo de Summers cuando va a Brasil. Él le presentó al músico brasileño Rodrigo Santos, bajista que hizo carrera en el grupo local Barão Vermelho. “Nos conocimos, y teníamos otro baterista. Entonces hicimos algunas canciones y estuvimos tocando. Nos acostumbramos a tocar juntos. Luego hicimos algo de material de The Police y con el tiempo empezó a ser todo policial”, recuerda Summers a Culto, al otro lado de la pantalla.
Tiempo después, y también por sugerencia de Assunção, se les sumó el baterista João Barone, integrante de los históricos Paralamas do Sucesso, algo así como los Police cariocas, al basarse en la misma formación de trío de los británicos. “Nos sugirió que metiéramos a Barone porque era un músico famoso y un gran baterista. Y entonces tocamos con Barone. De repente, era como si tuviéramos un trío de estrellas y a partir de ahí funcionó”.
Así surgió Call The Police, la banda con la que Summers gira tocando aquellos temas más reconocibles del catálogo del grupo; de Roxane a Don’t stand so close to me, pasando por Spirits in the material world y la incombustible Every breath you take. Junto a sus compañeros, estará en Santiago el próximo 8 de agosto, como parte del ciclo aniversario número 31 de Centro de Eventos Blondie, la afamada discoteca del centro de Santiago. “Nosotros solo hacemos 12 o 15 canciones que todo el mundo conoce, vendimos 75 millones de discos. La cosa es que Rodrigo y João las tocan muy bien, yo no lo haría a menos que fueran lo suficientemente buenos, porque llegar al nivel es difícil. Pero nos divertimos”.
“Con Sting no mucho, pero estamos en contacto. Stewart vive muy cerca de mí en Los Ángeles. Realmente no nos vemos más de una vez al año, pero Stewart y yo tenemos el mismo manager. El negocio de The Police sigue y sigue y sigue”
Andy Summers
Guitarrista de larga trayectoria, Andy Summers fue el creador de un estilo en que mezcló rock, acordes de jazz y patrones rítmicos del reggae que resonaba en el Londres de mediados de los setenta. En 2011, Rolling Stone lo incluyó en su listado de los 100 mejores guitarristas de todos los tiempos, en el lugar 85. Una habilidad pulida a oreja y práctica, en una era sin tutoriales ni internet. De hecho, en 1959 dejó la secundaria para trabajar en una tienda de discos y tocar en pequeños clubes locales. La primera canción que aprendió a tocar fue Freight Train, una sencilla canción folk. “Yo aprendí escuchando, no había nada como YouTube en ese tiempo -dice-. Teníamos LPs, discos de larga duración, y los ponías a 16 1/3, así lo aprendes lentamente. Luego pones el disco a la velocidad correcta y lo tocas al tempo correcto. Así es como aprendí, pero fue un buen entrenamiento del oído”.
Antes de integrarse a The Police, Summers tuvo una trayectoria como músico de sesión e integrante de bandas como The Animals, los psicodélicos Soft Machine e incluso tuvo la chance de improvisar con el legendario Jimi Hendrix. También acompañó a Neil Sedaka, estudió guitarra clásica y a regañadientes le vendió su guitarra Gibson Les Paul del 58′ a Eric Clapton. Ya siendo un treintañero, pero con mucha experiencia, se cruzó con los jóvenes Sting y Stewart Copeland, quienes estaban formando un grupo con influencia punk, pero deseaban ir algo más allá. Andy Summers era la pieza que les faltaba. Su talento y su bagaje fueron claves para definir el peculiar sonido del grupo.
Usted era mayor que Sting y Stewart Copeland ¿era difícil para usted estar en un grupo con gente más joven, con otra experiencia?
No lo pienso así, esa no es la conexión. La conexión es la música. Podrías tener a un tipo que dijera que era 10 años más joven que Stewart, pero si no tocaba bien, no hubiera sido ninguna ventaja. De hecho, Stewart era el que parecía el más joven. Así es como fue.
¿Y cómo se daba esa conexión? habitualmente lo que se dice es que Sting escribía las canciones o escribía las letras...
Es la forma en que los tres tocamos, eso es lo que hay en esas canciones. Es ese elemento mágico. No era sólo la canción, porque esas canciones podían hacerse muy mal. Es la forma en que las tocamos, porque hay una gran energía en esas canciones.
The Police y el rock latino
El verano de 1982 fue uno de los más telúricos de nuestra historia reciente. El país comenzaba a sentir los primeros efectos de una severa crisis económica que se hizo sentir meses más tarde, mientras la dictadura militar hacia malabares para mantener el dólar fijo a 39 pesos. A su vez, la prensa daba cuenta de la intensa búsqueda del llamado “psicópata de Viña del Mar” (que resultaron ser dos funcionarios de carabineros fusilados más tarde) y se comentaban las principales novedades del Festival de Viña, que en ese año tenia como su número anglo más fuerte a The Police.
La del trío fue una visita que paso a la historia. Como se estilaba en la época se presentaron dos veces en el escenario de la Quinta Vergara, el 19 y 20 de febrero, donde interpretaron buena parte del material de los cuatro discos que habían publicado hasta ese momento, los que les habían vuelto estrellas a nivel mundial. Aunque no todo fueron aplausos, la prensa de la época los tildó de arrogantes y pesados por su actitud distante y no acceder a los requerimientos de los reporteros. Hasta les dieron el infame “premio limón”.
Summers, hasta hoy recuerda esa convulsa primera vez en Chile. “Fue un momento muy exótico e interesante venir a Chile porque era muy peligroso, estaba Pinochet y todo eso. Estábamos allí intentando que no nos pillara la política, sino simplemente venir a hacer un concierto. Pero éramos conscientes de lo que estaba pasando. Al mismo tiempo, pasaba lo mismo en Argentina, tocamos allí cuando los generales dirigían el país, pero no nos mataron”.
Pero el paso de The Police por Viña dejó un impronta. El estilo del grupo, su formación de trío y lo bien pulido de su material, fueron una referencia evidente para los conjuntos de rock latino que comenzaban a surgir abriendo la década: de GIT a Soda Stereo, pasando por Paralamas do Sucesso, banda Metro y hasta los escarceos de Los Prisioneros con el ska y el reggae, bien pueden considerarse una lectura local al trabajo de Summers, Sting y Copeland.
“Muchas bandas en América Latina nos copiaron -dice Summers-.Éramos la banda más grande del mundo. Todos querían ser como nosotros, especialmente Soda Stereo, Paralamas, debe haber más. Hicimos un nuevo modelo de tocar música rock. Era muy innovador, novedoso, y surgió de una gran habilidad con nuestros instrumentos. Éramos muy buenos músicos, pero también salíamos del ethos de la era punk, cuando las cosas se despojaron porque a principios de los 70 hasta mediados de los 70, las bandas tenían más y más producción, más y más instrumentos. Luego, cuando llegó el punk, pasamos a las tres pistas. Así fue como intentamos conseguir tres pistas pequeñas, guitarra, bajo y batería, y la voz encima. Eso fue lo que hicimos. Fue muy deliberado”.
El primer disco (Outlandos d’Amour, 1978), suena como un grupo punk, pero sin ser punk...
La verdad es que no, era mucho más sofisticado que eso. Pero el elemento punk era mantener lo que nosotros habríamos llamado despojado. En lugar de poner cientos de instrumentos en la pista, si sólo tienes tres, simplemente los haces más grandes. Así que realmente funciona. Y todo esto es una rareza, porque si pones más y más pistas en la canción que estás grabando, suena más pequeña, no más grande. Quieres hacer los tres instrumentos realmente grandes.
¿Cuál de los discos de The Police es su favorito?
Mi álbum favorito es el segundo (Reggatta de Blanc, 1979). Siempre he pensado que fue en el que aprendimos un poco el estudio y nos metimos de lleno en nuestro rollo. Ese es el álbum para mí. Siempre ha sido el mejor.
¿Y el menos favorito?
Tal vez el quinto, Synchronicity (1983). No lo sé, no pienso en esos términos. Hasta cierto punto, me gusta todo. Pero creo que la verdadera policía está en el segundo álbum, es el más fresco. Aún no habíamos llegado a ser realmente famosos, pero lo estábamos consiguiendo. Así que hay urgencia en esas canciones. Creo que fue lo mejor que hicimos.
“(Gustavo Cerati) estaba en un extraño periodo de transición en el que salía de Soda Stereo. Le dije, hombre, estamos tocando muy bien, hagamos una banda. Pero él volvió a Argentina, y no hicimos nada”
Andy Summers
The Police efectivamente fueron muy famosos ¿qué era lo mejor de esa exposición?
Me alegro de que fuéramos famosos. Creo que nos lo merecíamos. Creo que aportamos algo muy nuevo y fresco a la escena musical. Salió de la nada, de la escena punk a una cosa mundial. Definitivamente queríamos no sonar como nadie más, esa era la filosofía de la banda ¿cómo hacer que no sonara como los demás? ¿cómo podemos hacer que las partes sean diferentes? sólo somos tres. Así que era muy consciente. Intentamos que todas nuestras canciones fueran muy frescas, creo que hay un elemento de magia en ello. Es un elemento de sofisticación, trabajo duro, ser aficionado a la música, saber tocar muy bien tu instrumento y tocar con otra gente. Pero puedes tener todas esas cosas y aun así no pasa nada.
¿Y lo más difícil de la fama?
Bueno, creo que lo más difícil es no creérselo. No hay que ser cabezón, porque si empiezas a creerte tu propio mito, estás acabado. Todavía tienes que hacer el trabajo, y tiene que ser muy bueno. La gente que se deja llevar por su fama se equivoca. Yo soy músico, me gusta tocar muy bien, practico y pienso mucho en la música. Pero no es la fama lo que nos interesa, es la música. Y si cometes ese error, no vas a estar por aquí mucho tiempo. Todavía estoy aquí, y tengo 128 años.
La influencia de The Police en el rock latino, hasta derivó en uno de los encuentros más notables. En 1998, Miles Copeland (hermano de Stewart e histórico manager del grupo), buscó músicos para invitarlos a un disco tributo al trío. Ahí contactó a Gustavo Cerati. El argentino recién se había separado de Soda Stereo y comenzaba a trabajar en su debut en solitario, Bocanada, pero era un declarado admirador de los ingleses y no dudó en sumarse. Eligió interpretar Bring on the Night (traducida como Tráeme la noche), en principio solo iba a cantar, pero en el estudio los sorprendió a todos con su talento y su capacidad como productor.
“Me encanta Gustavo y pasé unos días con él en LA, donde vivo. Hicimos un tema juntos, Bring on the Night -recuerda Summers- Nos llevamos muy bien, y yo quería hacer más cosas con él, pero estaba en un extraño periodo de transición en el que salía de Soda Stereo. Le dije, hombre, estamos tocando muy bien, hagamos una banda. Pero él volvió a Argentina, y no hicimos nada. Entonces, por supuesto, todo se volvió loco, él murió. Yo estaba muy, muy triste por eso porque él era un músico realmente bueno y un tipo realmente genial. Me caía muy bien. Nos llevábamos muy bien. Ojalá hubiéramos hecho más”.
Entiendo que incluso hablaron de salir de gira juntos...
Yo quería, sí. Pensé, esto es genial, conseguimos un baterista y vamos. Debería haberlo hecho. Hubiera sido muy bueno para él, pero creo que pensó que debía ser una estrella en solitario. Fue una época muy confusa. Lo entiendo porque salió de Soda Stereo ¿y luego qué? ¿podría haber sido otro trío? No. Así que es lo que es.
Un masaje en Santiago
The Police reunido con su formación original volvió a Chile años después, en diciembre de 2007, con un multitudinario show en el Estadio Nacional, durante la gira de reunión que tuvo al estadounidense Beck como número de apertura. Hasta ahora, la última ocasión en que Sting, Summers y Copeland, han vuelto a la carretera.
“Lo recuerdo muy bien -dice Andy Summers-. En parte lo recuerdo porque recibí un masaje increíble de una chica en Santiago. Creo que fue el mejor masaje que me han dado en mi vida. Antes de salir al escenario, me sentí muy bien. Me dije: ‘Esta chica es increíble. Todo el mundo quiere que le den un masaje’. Tuvo que trabajar mucho esa noche. Pero sí, muy buenos recuerdos, una gran multitud. Y algunas personas me dieron algunas cosas hermosas de plantas del Amazonas. Fue una buena, buena experiencia. Siempre me gusta venir a Chile. Tiene una cultura muy buena. Tienes grandes poetas, muchos buenos escritores.
¿Qué tan distinto fue esa gira de reunión respecto a los ochenta?
Vivimos en un mundo diferente al de los 80. Las cosas se han vuelto más diferentes. Muchas cosas eran mucho mejores sólo a nivel técnico porque la gente se había acostumbrado a las bandas de rock y a los grandes sistemas de megafonía. Todo sonaba fantástico. Antes nos costaba mucho, pero ahora todo es mucho más sofisticado, la forma de hacer una gira, de gestionarla, de producirla, de estar en el escenario, la iluminación, la megafonía. Todo era mucho mejor que antes. Tocar en una banda de rock de ese nivel fue una experiencia agradable. Lo hizo mucho más fácil.
¿Sonaban mejor en 2007 que en los ochenta?
Sí, pero creo que todo es cuestión de dinero. Los promotores se dieron cuenta de que aquí era donde estaba el gran dinero, y ciertas estrellas podían traer 50, 80 mil personas por noche, todas pagando mucho dinero. El dinero estaba alrededor para hacerlo todo mucho mejor. Ahora tienes a alguien como Taylor Swift. Debe ser increíble lo que se ha organizado detrás de ella.
En 2007 hacen la gira y dejan de tocar juntos de nuevo ¿qué tan difícil fue esa situación?
No encontré nada de eso muy difícil. Creo que lo más difícil es que todos sabemos tocar estas canciones, y tuvimos que volver a nuestra onda, fue un poco, ‘ok, esto es lo que hacemos’. Las relaciones personales entre los tres para tratar de pasar un buen rato juntos, era un poco extraño porque habíamos salido de The Police y todos éramos personas individuales que tenían sus propias carreras, y de repente estamos de vuelta en esta cosa, y tenemos que trabajar juntos. Sí, no fue necesariamente fácil. Tuvimos que encontrar una manera de hacer las paces dentro de esta situación de grupo y decir, mira, vamos a hacer la música bien. Y lo hicimos.
¿Mantiene contacto con Sting y Stewart hasta hoy?
Con Sting no mucho, pero estamos en contacto. Stewart vive muy cerca de mí en Los Ángeles. Realmente no nos vemos más de una vez al año, pero Stewart y yo tenemos el mismo manager. El negocio de The Police sigue, sigue y sigue. Siempre está en marcha. El nuevo álbum de Synchronicity se acerca (NdR: edición aniversario que sale a la venta en julio), así que son muchas entrevistas. Todo el mundo quiere saber sobre Synchronicity, así que esa es la vida que elegimos, ese es el trabajo que hicimos. Seguimos en contacto y nos apoyamos mutuamente en ese pasado. Es como manejar esa cosa yendo hacia el futuro. No se ha detenido.
Usted declaró a la revista Vulture que The Police eran superiores musicalmente a casi todas las demás bandas de la época ¿realmente lo cree?
Sí, claro que me lo creo. Lo creíamos. Por eso éramos tan grandes como éramos. Éramos muy buenos, y nos veíamos bien, tocábamos bien, Sting tiene una gran voz. Hay un elemento de magia en ello que no se puede decir lo que es, pero era esa química que funcionaba y conectaba con el público.
Andy Summers junto a Call The Police se presentarán el 8 de agosto en Centro de Eventos Blondie. Entradas disponibles vía Blondie Tickets.
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