“Es un trabajo que te toma la vida”, dice Carmen Romero Quero (Santiago, 1958), la directora general de la Fundación Teatro a Mil (FITAM), al detallar cuánto tiempo le toma gestionar cada edición del afamado festival teatral que desde hace 31 años, se despliega en el país. “No un trabajo que tú lo dejas de pensar cuando sales de una oficina o un espacio de trabajo, porque requiere de mucha entrega para lograrlo. No es común ni es normal que tengamos vivo un festival que requiere mucha inteligencia colectiva y mucho financiamiento para lograrlo”.
El evento, que este año convocó más de 400.000 personas, habitualmente trae una selección de artistas internacionales, además de montar espectáculos de factura local. Han pasado nombres relevantes como el afamado músico serbio Goran Bregovic, el director suizo Stefan Kaegi y su compañía Rimini Protokoll, además de colectivos como Royal de Luxe (los mismos tras la recordada pequeña gigante de 2007), Théâtre du Soleil, entre otros. Una gestión que se trabaja con tiempo.
”Nos demoramos dos o tres años en traer a estos grandes artistas del mundo hacia Chile, porque estamos muy lejos -dice Romero-. Pero no es mucho decir que a través del Festival hemos logrado existir en las grandes áreas referidas a las artes en el contexto mundial. Ya tenemos cerrada la edición 2025, pero ya estamos cerrando 2026 y 2027, porque para los grandes artistas venir acá es toda una decisión”.
Casi de la misma manera que en la industria de los conciertos, conseguir la llegada al país de compañías y artistas del extranjero es una gestión que se desgrana con tiempo y alianzas en la región. “Tenemos acuerdos con otros países, como el FUNARTE (Fundação Nacional de Artes) de Brasil, tratando de que los artistas de mayor complejidad tengan a Chile de partida, ojalá descentralizando, no solamente presentándose en Santiago. Podemos presentarnos en Antofagasta, gracias a BHP, también queremos seguir con el Valpo a Mil, para seguir con la descentralización”.
Esa misma relación con otros países le ha permitido a la Fundación trabajar en coproducciones con artistas en el extranjero, de hecho esa es una de sus habituales cuatro líneas de trabajo (las otras son: Platea, un mercado de artistas que estimula la circulación de artistas chilenos y latinoamericanos; formación, con proyectos de teatro en colegios que se han extendido por siete años; y el Festival Santiago a 1000). Por estos días, Romero se alista a viajar a Europa donde asistirá al estreno de la obra Sea of silence, en el Festival de Avignon, una coproducción de FITAM, dirigida por la uruguaya Tamara Cubas y con una chilena en el elenco, la actriz mapuche Noelia Coñuenao. “En el caso de Tamara, aquí en Chile tuvo su primer distribuidor, así que nosotros hacemos su distribución por el mundo”, explica Carmen Romero. También asistirá al estreno en Weimar de Vaca, la nueva obra del director chileno Guillermo Calderón, y en la misma ciudad recibirá la medalla Goethe 2024.
Pero antes de subir al avión, FITAM reveló los primeros detalles de lo que será la edición 2025 de Santiago a Mil, la número 32 de su historia, que se realizará del 3 al 26 de enero bajo el lema Más Humanidad. “El lema es un llamado -dice Romero-. Estamos en un momento en que hay guerras, matanzas, la inteligencia artificial que se dispara, entonces nosotros decimos ¿qué nos aportan las artes? más humanidad. Nos logran reconectar desde otro lugar y nos hace sentir parte de un mundo que habitamos todos juntos, porque finalmente este mundo es de todos”.
Para el 2025, una de las novedades será el regreso del Pase Festival, una iniciativa creada originalmente en 2021, en plena pandemia, para dar acceso al público a programación digital exclusiva. En esta ocasión, además del 50% de descuento en las entradas para las obras del festival en Santiago (máximo 2 entradas por obra), el pase entrega una serie de beneficios como la posibilidad de participar en actividades que no suelen abrirse al público, como el lanzamiento de la programación del festival, talleres o clases magistrales. El Pase estará a la venta en Ticketplus.cl hasta el 2 de octubre o hasta agotar el stock limitado de 200 pases. “La venta de pases ha ido bien hasta ahora”, dice Romero.
El lanzamiento de la programación 2025 está agendado para el jueves 3 de octubre en el GAM. Por ahora, Carmen Romero no revela muchos detalles sobre los artistas que vendrán, pero precisa que además el Festival tendrá una nueva extensión en el extranjero, precisamente gracias a la corproducción internacional. “Vamos a ir de a poco también contando las obras que salen a la venta, pero podemos decir que vamos a tener un Madrid a Mil, donde estamos abriendo una ventana de arte escénica Chile los próximos dos años”.
Golpear puertas
Ocurrió a fines de los ochenta. Carmen Romero trabajaba junto al célebre director Andrés Pérez en el apoyo de su obra La Negra Ester, pieza que se volvería un clásico del teatro chileno contemporáneo. Se necesitaban fondos para levantar una gira, y ella comenzó a golpear puertas en el sector privado. Hasta que llegó a la oficina de Sebastián Piñera, por entonces un empresario que se había hecho un nombre con la introducción de las tarjetas de crédito.
“Esta fue la primera gira que armamos, al sur. Necesitábamos recursos y estábamos buscando apoyo. Y en ese minuto él estaba trabajando en la creación de tarjetas de crédito. Yo creo que encontró que la Negra era una oportunidad para mostrar sus trajetas. Eso nos permitió financiar el viaje y las funciones que hicimos. Primero él vio la obra y le encantó. Iba al teatro normalmente, entonces desde ahí partió y vio una oportunidad para hablarle a su público. Eso es una cosa importante, en nuestro país, hasta ahora, hay un cultura de ir al teatro, esperamos que no se pierda, porque después de la pandemia ha sido difícil retomar el público”.
Así mismo, golpeando puertas, fue que Fitam logró conseguir a su mayor auspiciador, la minera BHP. A través de quienes gestionaban la relación corporativa con la sociedad, se envió una propuesta. Luego les concedieron una reunión y se fue trabajando el vínculo que se ha mantenido por 25 años. “Al comienzo fue muy poquito, les dijimos que necesitábamos hacer esto en Antofagasta, ellos nos ayudaron ahí. Tenemos muchos proyectos en la calle, con la fortuna de poder tener en nuestro calendario histórico del festival casi todas las obras del Royal Deluxe y pudimos acceder a los gigantes. Pero al principio ellos no nos conocían, son una compañía internacional, esto se fue construyendo de a poco. Al comienzo no querían aparecer en las presentaciones, hasta hoy que son nuestros presentadores. Es un orgullo y es como creo que debiera pasar, las empresas tienen un rol que jugar en el bienestar social y cultural de los ciudadanos y ciudadanas. Nosotros creemos que es importante que ellos también vean la riqueza de otros sectores como este. Creo que BHP ha sido visionario con nosotros. Tenemos un proyecto que tiene mirada de futuro, que en Chile es algo muy complejo de programar y eso no es de ahora. La historia de las artes en Chile es de un gran esfuerzo para lograr hacer algo”.
Romero precisa otros detalles. “Partimos así y hoy día tenemos una participación que es muy interesante, porque en su política corporativa, por cada peso que ellos invierten en Chile en un proyecto sociocultural, tiene que haber un peso desde el Estado. Entonces para nosotros es muy importante tener las subvenciones que tenemos, apoyo de los municipios, porque porque así es un proyecto que no le pertenece a una empresa, sino que nos pertenece a todos, a la gente finalmente”.
BHP es una compañía internacional ¿qué pasa con las empresas chilenas?
Nosotros también hemos golpeado muchas puertas, hemos pedido muchas reuniones con empresas chilenas. Pero normalmente las empresas chilenas lo que hacen es crear sus propias fundaciones, poner ellos lo que creen que deben hacer.
Sobre otros temas, ¿como ha visto usted la gestión cultural del gobierno? han pasado ya tres ministros y varias personas del mundo cultural han manifestado su decepción
Yo necesito verlo con optimismo. Yo creo que los grandes cambios se van a comenzar a ver. Creo que hay políticas públicas que van en la dirección correcta. Antes en Chile no existía ni siquiera infraestructura para las regiones, en las comunas un espacio para compartir las artes comunes. Entonces yo creo que se ha avanzado mucho. La ministra de las Culturas tiene mucha razón con este pase cultural que están proponiendo, en que se fomente más la participación del público en los espacios culturales. Falta mucho, sí, pero es la primera vez que veo concretamente a un presidente que se compromete con un alza en el presupuesto. Yo creo que es algo muy concreto para lograr unir al país a través de las artes, se necesita recursos, organización, terminar de instalarse, que eso es complejo. También es cierto que hoy en día hay espacios que no tuvimos antes, que están listos, hay artistas, hay un movimiento teatral, un movimiento musical que está listo para que se movilice por todo el país.
Me llama la atención su optimismo considerando que han habido muchas críticas, incluso desde el mundo cultural, actores y actrices que se han mostrado desencantados, evidentemente no ha sido fácil....
¡Es que nunca ha sido fácil! desde que llegó la democracia que no ha sido fácil. Es un sector que siempre ha estado esperando y me parece que las críticas son totalmente atendibles y hay que escucharlas. Pero para mi trabajo, para lo que nosotros hacemos como fundación, necesito creer, necesito ver que es posible, porque si no, no podríamos mover las montañas que logramos mover.
En 2023 el Presidente Boric y la entonces ministra Brodsky dieron inicio al Festival Teatro a Mil, con el despliegue del pasacalle Saurian y los testigos del espacio exterior...
Es que en este país los presidentes van al teatro, y el Presidente Boric va normalmente al teatro como espectador. Nosotros lo conocimos como espectador antes de que fuera Presidente, cuando estudiaba. Y bueno, estuvo con Saurian cuando estábamos inaugurando el festival y el año pasado también nos recibió La Moneda para darnos la bienvenida y la buena suerte para que el festival pudiera desarrollarse según lo planificado. Y bueno, eso fue un acto de reconocimiento a este proyecto que mal que mal, tiene 31 años.
En estos 31 años ¿cuál fue el momento más díficil?¿pensó en algún momento en tirar la toalla y dejar el proyecto?
Hay muchos momentos que se piensa eso, sobre todo al comienzo cuando ya era tan difícil porque no había estructura, no había organización, nosotros somos anteriores a la organización estatal en cultura, entonces teníamos que golpear distintas puertas para que alguien nos imprimiera los afiches, era muy complicado. Entonces en un minuto era muy difícil, porque hubo una mala política que se implementó llegando la democracia y que se mantiene hasta hoy, que es que las artes tienen que autofinanciarse y eso no es posible, no es posible. Y a nosotros eso fue como una desilusión tremenda cuando nos quedamos debiendo un 10 % a la Estación Mapocho (NdR: fue sede del evento hasta 2002), porque ellos nos cobraban un 20 % de la taquilla y era un espacio que ni siquiera estaba adecuado. Pero a nosotros no nos daba porque había que pagar todo, la gradería, el sonido, todo. Esa lógica hizo que pensáramos que no se puede nomás. Pero seguimos unos años más y logramos de poco distintos apoyos hasta que llegó un apoyo que fue creciendo, como el de BHP. Lo que sí, sabíamos que había mucho público. Nunca hemos tenido salas vacías, nuestro porcentaje de asistencia es del 80 % en las salas y en las calles una masividad que impresiona. Entonces uno agradece porque estamos viendo que está la necesidad de la gente.