Un día con el Cirque du Soleil: viaje a la intimidad de “Crystal”, su nuevo show (y con una chilena en el elenco)
Culto estuvo en Rio de Janeiro con el afamado circo canadiense, donde se presentó el show Crystal, su primer montaje sobre hielo y que viene a Chile en octubre. Acá, un relato que abarca desde todo lo que significa trabajar sobre hielo, los vestuarios, los chilenos que pertenecen a la compañía y cómo es su funcionamiento como una mini ciudad autosuficiente.
En Río de Janeiro es junio, y teóricamente estamos en los días finales del otoño, en esa bisagra donde aparece el invierno con toda su glacial inclemencia. Pero en la Ciudad Maravillosa eso no se nota. 20 grados a las 7 de la mañana, con un sol majestuoso que nos guiña un ojo, como diciendo que en las tierras cariocas los chaquetones gruesos están de más. Es temporada baja, en las célebres playas de la ciudad hay poca gente, pero el infaltable vendedor brasileño detecta de inmediato a cualquier persona que no sea del país. “Un saludo a los hermanos chilenos”; nos dice un alegre comerciante de Barra da Tijuca.
Luego de ese breve vistazo al Atlántico, nos dirigimos al Farmasi Arena, uno de los centros de espectáculos más importantes de la ciudad, con capacidad para cerca de 15 mil espectadores, que es también el aforo del Movistar Arena de Santiago. La gente no lo sabe, pero en estos días en el recinto funciona una micro ciudad dedicada a la entretención. ¿Su nombre? El Cirque du Soleil.
La afamada compañía canadiense está presentando su nuevo espectáculo, Crystal. ¿De qué trata? Una joven inquieta, Crystal, se siente incomprendida por el mundo y fuera de sincronía consigo misma. Para escapar de su realidad, se aventura a patinar en un lago helado y termina cayendo a través a las profundidades del hielo. En este mundo submarino, su imaginación aflora y ve un reflejo de sí misma. Allí, despierta su propia creatividad. Es como un especie de sueño helado donde Crystal enfrenta su forma de ver el mundo.
Crystal es el primer show sobre hielo del Cirque du Soleil, y mezcla su tradicional acrobacia con deportes de invierno. Para ello, lo primero que hicieron fue construir una enorme pista de hielo, donde se desarrolla toda la acción. Es tan imponente que su efecto en la temperatura del lugar se nota de inmediato. Si afuera del Farmasi Arena el termómetro marca 31 grados al mediodía de Río, adentro no hay más de 19, aproximadamente.
Hay un dicho, o un refrán, o un aforismo, que dice que siempre hay un chileno. Y en el Cirque du Soleil hay uno. Se llama Francisco Vas, y ocupa el cargo de Production Manager. El hombre a cargo de todos los detalles. Se nos acerca, tiene poco tiempo, avisa, pero aún así comenta a Culto cómo fue el proceso de montar el coloso de hielo. Es un hombre con trayectoria en la producción de espectáculos, pero nunca le había tocado algo como esto. “Tuve que aprender todo lo que significa manejar una pista de hielo porque no era algo que estaba en mis conocimientos. Así que me fui documentando de muchos temas físicos, de cómo opera el hielo, cómo se hace, a qué temperatura, cómo mantenerlo, qué cosas le afecta”.
“La pista funciona con un sistema de enfriamiento a 17 grados bajo cero. Si bien el agua se congela a 0 grados, se mantiene mucho más fría para que esté a una dureza importante”, añade. “Armar la pista son aproximadamente 3 a 4 días en total y en desarmarla dos días porque tenemos que derretir el hielo. Entonces, se corta el sistema que enfría el agua y se enciende otro sistema que lo calienta. El mismo líquido que se encuentra a 17 grados bajo cero entra a 50 o 60. Eso empieza a derretir el hielo y tenemos que tener bombas para sacar el agua”. ¿Cuánta agua es? 70 mil litros.
Trabajar con el hielo también pasó por capacitar a los artistas, comenta Vas. “Hay muchos que no tenían experiencia en hielo, entonces todos los días hay entrenamiento de patinaje. Si bien, no todos tienen que patinar, en algún momento tienen que manejarse de alguna manera en la pista”.
Otro detalle es que todo el montaje del Cirque viaja en 30 camiones de 12 a 13 metros de largo llenos con todos los equipos. Como un verdadero circo itinerante en la carretera.
Vas no es el único chileno que veremos en el lugar. Pero no nos adelantemos. Por lo pronto, ahora vamos a hablar con Isabel Franco, la jefa de vestuario. Es española, la encontramos en su taller donde hay máquinas, carretes de hilo, percheros, mucha ropa, trajes. Todo lo que los artistas de Crystal usarán en escena. Amablemente detiene sus labores unos momentos y nos recibe.
“En la función se usan 1.250 piezas de vestuario, pero también viajamos con las vestimentas de reserva, por lo que son aproximadamente 4.000 piezas”; parte comentando. Eso sí, las prendas vienen hechas desde el headquarter del Cirque du Soleil, en Montreal. “Nosotros aquí lo que hacemos, son los fittings para los artistas, es decir, modificamos, adaptamos y también inventariamos. Además de atender alguna emergencia de los vestuarios durante la función. Los trajes son hechos a medida, porque los artistas van a Montreal y allí les toman las medidas con un escáner”.
La ropa viene en unos armarios con ruedas. “Está todo organizado, lo tenemos todo inventariado, entonces sabemos exactamente lo que tenemos en el show”. Allí también se guardan de vuelta. Pero antes, la ropa se lava. Y no, no van a alguna lavandería de Río a llevar los trajes. El Cirque du Soleil tiene sus propias lavadoras. Hay 6, puestas en fila una al lado de la otra, destinadas a la ropa de los artistas, y otras dos para el resto del personal.
En este detalle, se ve un concepto que ha desarrollado el Cirque du Soleil: la de ser una pequeña ciudad en gira. La autosuficiencia. “No se puede esperar que en cada país tú puedas encontrar gente que te resuelva las cosas, tienes que viajar con todo -explica Vas-. Se viaja con un equipo que mantiene el vestuario, con carpinteros que van reponiendo cosas de escenografía. Se viaja con chef, con un preparador físico. De hecho, se monta un gimnasio en la parte de atrás. De este modo, los artistas pueden tener la alimentación y la preparación necesaria”. También el Cirque tiene ambulancias y paramédicos para cada función, tanto para el público como para los artistas. En total, viajan 92 personas de 25 países diferentes. Se habla 23 idiomas, incluidos francés, castellano, mandarín, sueco, portugués y holandés, aunque todos usan el inglés.
Seguimos nuestro trayecto, y por los pasillos interiores del Farmasi Arena, están dispuestos los espacios donde los artistas se preparan. Uno de ellos, es un payaso que se roba buena parte del show y los aplausos del público. Muy expresivo y gracioso, además de ser malabarista. Vamos a hablar con él. Se llama Nate Cooper, es oriundo de Nueva York.
“Estaba en la escuela secundaria y alguien me mostró cómo hacer malabarismos. A partir de ahí, me convertí en el payaso de la clase. Ahí me di cuenta de que hacer reír a la gente era parte de mi misión y de mi alegría. Luego, comencé mi camino hacia el circo, entonces encontré formas de lograrlo. En 2007 me uní al Cirque du Soleil”.
Nate nos cuenta su rutina diaria en el Cirque: “Voy por ahí intentando hacer reír a la gente, casi todos los días. No es un trabajo muy duro, pero es algo que me encanta hacer. Hago ejercicio todos los días durante aproximadamente una hora y hago un buen calentamiento antes del espectáculo, durante 45 minutos. Tengo 47 años, así que decido calentar un minuto por cada uno de mis años en este planeta. Así que el año que viene serán 48 minutos”.
Una de las cosas complejas que Nate ha tenido que aprender para este espectáculo es el patinaje sobre hielo, y más aún, hacer malabares en esa condición. “Me encanta patinar. Nunca pensé que disfrutaría tanto del patinaje sobre hielo. Si bien, empecé a patinar cuando era niño, fue en este show cuando descubrí las patines. Y desde entonces me encanta patinar sobre hielo. Aprendí aquí. Tenemos algunos de los patinadores sobre hielo más talentosos que jamás haya visto. Y nos enseñan a mejorar nuestra performance”.
Como el Cirque tiene un chef propio, hay un programa de alimentación bien pensado. Nate habla un poco sobre eso. “Nuestro equipo de catering es increíble. Tenemos excelente comida entre espectáculos. A veces tenemos tres espectáculos al día, y entre medio siempre ofrecen comidas lo cual es fantástico. Normalmente me quedo con las proteínas. Muchas ensaladas. Intento evitar los almidones, carbohidratos o demasiada harina”.
Le damos la mano y nos despedimos. Antes de ir a almorzar junto a la gente del circo, hablamos con María José Monje, “Pepy”. Oriunda de Antofagasta, es trapecista e interpreta a Crystal, al menos cuando el personaje realiza un número en el trapecio. “Crystal entra en escena en ese momento con el corazón un poco más contraído, más triste porque ha creado un mundo imaginario, increíble, pero su realidad todavía no ha cambiado mucho y mi acto empieza a empoderarla. Con cada acrobacia ella empieza a volverse más fuerte y termina el acto siendo la reina del hockey”, nos dice brevemente.
A la hora del almuerzo, nos unimos al grupo de artistas que se encuentran ya atacando los platos preparados. Hay que hacer la fila porque es tipo buffet. Entre la prensa que vino al Arena, se habla castellano, pero el resto todos hablan en inglés. Hay muchas opciones para elegir, y más bien cargadas a la comida asiática. Tofu al curry, arrollados vegetarianos, arroz jazmín, wok de verduras, sopa Kaki Tamago Jiru (sopa espesa de huevos japonesa), carne, pollo, y para el postre hay una variedad de frutas: manzana, clementinas, uvas, trozos de sandía, piñas.
A las 21.00 horas, el Farmasi Arena se encuentra repleto. El show comienza con una alegoría al invierno y al hockey, incluso con un bailarín lanzando hielo al público, para ello, el equipo de producción fabrica aproximadamente 300 bolas de nieve reales por semana. Para montar lo que el público ve, se necesitan alrededor de 15 horas, y para desmontarlo son 4 a 5 horas.
Vemos la pista de hielo y un castillo. Ambos, reciben las proyecciones de un complejo sistema de luces y de video que cuelgan en la parte superior. Eso permite que se usen diferentes colores e imágenes para las escenas como si fuese un telón helado. El castillo permanece fijo al final de la pista. “La estructura es metálica y el resto es todo la mayoría de fibra de vidrio y algunas cosas de acrílico -comenta Vas-. Y es todo en blanco con muchas formas porque recibe mucho trabajo en video, entonces todo eso va mapeado para ir generando las diferentes escenografías dependiendo del artista”.
“Normalmente todo el castillo se monta en un día. Pero hay veces que se toman dos, porque el castillo hay que levantarlo con motores. Es una estructura muy pesada y todo se hace sobre la pista de hielo ya lista. Toda la gente tiene que trabajar con grampones para los zapatos, para no resbalarse en el hielo”.
En la historia de Crystal hay muchas alusiones al patinaje artístico, junto con los habituales números de circo, como acrobacias o malabarismo. La obra tiene una estética bien cercana a las películas de Tim Burton. De alguna manera reflexiona sobre los vicios del mundo moderno y la mecanización de la vida. Crystal se enfrenta incluso a su parte más oscura, pero en el viaje explora todo aquello que le da sustento a su existencia.
A lo largo de dos horas, los artistas se mueven al ritmo del jazz y ciertos momentos pop. Hay un intermedio de 25 minutos, que unos operarios usan para limpiar la pista mientras la gente come cabritas. Hay momentos inolvidables, como un acróbata que hace equilibrismo con sillas. Es imposible no sentir algo de nervio, pero el hombre lo realiza de tan buena forma que las manos aplauden solas. Reconocemos a Nate, el payaso, por supuesto, que arranca buenas carcajadas del público. Crystal termina con una versión soft de Beautiful day de U2, ante el aplauso de los espectadores cariocas.
También sentado entre el público está el productor Francisco Goñi, el hombre que trae el Cirque du Soleil a Chile en octubre próximo, y nos comenta: “Cuando comenzamos con toda la planificación de Bazzar, justo post pandemia, sabíamos que el próximo espectáculo que íbamos a llevar a Sudamérica y que iba a llegar en Chile era Crystal. Fue una planificación bien compleja porque esta producción tiene toneladas y toneladas de equipos colgados desde el techo, eso solo se puede hacer en el Movistar Arena. Entonces, tuvimos que pre-reservarlo en el 2022, dos años antes, para octubre-noviembre que es el mejor tiempo de conciertos y eventos. Desde ahí empezamos a hacer toda la planificación del equipo para una producción de este nivel”.
Este nuevo espectáculo del Cirque du Soleil tendrá una temporada desde el 24 de octubre hasta el 3 de noviembre en Movistar Arena. Los tickets podrán ser adquiridos desde este 18 de julio a través de www.puntoticket.cl. Los valores se anunciarán próximamente.
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