Paul McCartney, One Hand Clapping y el rescate de los días de gloria de Wings

Paul McCartney, One Hand Clapping y el rescate de los días de gloria de Wings
Paul McCartney, One Hand Clapping y el rescate de los días de gloria de Wings

Filmado originalmente en 1974, a modo de un registro informal, el filme de Wings en su momento de apogeo vuelve a estar disponible en las plataformas de streaming y alista su pasada por las salas de cine. Un ejercicio que hace justicia con un registro que se volvió un clásico de los discos piratas del universo Beatle y que muestra al grupo de McCartney en busca de su plena forma tras la incorporación de Jimmy McCulloch y Geoff Briton.


Fue tanto una necesidad como una inquietud. En el verano boreal de 1974, Paul McCartney trataba de apuntalar a la nueva formación de Wings, que contaba con dos nuevos músicos; el menudo escocés James McCulloch, que a su vez había reemplazado al talentoso guitarrista norirlandés Henry McCullough. Y en la batería, el sillín había pasado de Denny Seiwell a Geoff Britton, un tipo rudo amante de la forma física y de pocos cuidados modales. Eso sí, despreciaba el cigarrillo y el alcohol.

Con ellos, Paul había comenzado una intensa rutina de ensayos. Para eso viajaron hasta Nashville, una de las ciudades clave en los inicios del rock & roll. En principio todo fue bien, incluso Linda, la diligente esposa de Paul e integrante de Wings, se permitió regalarle a su esposo el contrabajo original que Bill Black tocó en el inmortal Heartbreak Hotel, de Elvis. La inmersión en la ciudad, hasta les proporcionó tiempo de componer un nuevo sencillo, Junior’s Farm.

WINGS 74
Paul McCartney & Wings en 1974

Pese a todo, no tardaron en surgir los problemas. Sucedió que McCulloch y Britton, los dos nuevos integrantes, no se llevaron bien. Sus personalidades eran sumamente distintas y eso los llevó a chocar. “La persona con la que peor se llevaba Britton era el otro nuevo recluta, diez años menor, Jimmy McCulloch, cuya delgadez y belleza ocultaban un enorme apetito por todo aquello que el baterista consideraba insalubre, así como una lengua ácida típica de los habitantes de Glasgow”, apunta Philip Norman en su biografía de Paul McCartney.

De vuelta en Reino Unido, el siempre perfeccionista McCartney deseaba ir más allá. “Paul necesitaba saber en aquel momento cómo se verían juntos en un escenarios. Por lo tanto, decidió que filmaran a la banda durante los ensayos mediante la nueva técnica de la videograbación”, explica Norman. Así, el ex Beatle convocó a David Litchfield, un diseñador gráfico que dirigía una revista de arte llamada The Image donde alguna vez había publicado fotos de Linda.

En ese momento, McCartney disfrutaba de un nuevo impulso a su carrera. El álbum Band on the Run, grabado en Lagos en 1973 (sin McCullogh y Seiwell que habían renunciado justo en la previa del viaje), acumulaba siete semanas consecutivas en el puesto número uno de las listas de álbumes del Reino Unido y le daba a Paul, por fin, un reconocimiento como solista que hasta ese momento no tenía. Para su pesar, el All Things Must Pass de George Harrison y el Imagine, de John Lennon, habían apuntalado las respectivas carreras de sus autores. “Macca” recién estaba llegando a ese punto en 1974.

PAUL MCCARTNEY WINGS
Paul McCartney & Wings

Para filmar estas sesiones de ensayos, que no estaba destinado a ser emitido, Paul reservó fechas en el estudio Abbey Road, el mismo donde los Beatles habían trabajado toda su discografía. Y a pesar de su nombre y prestigio, Paul tenía que seguir las estrictas reglas del estudio; el comedor cerraba a las cinco de la tarde...sin excepciones.

Litchfield, se instaló con su equipo y filmó al grupo durante cuatro días, acaso como un revival de lo que había vivido Paul solo unos años antes en las filmaciones de Get Back. Las sesiones dejaron un extenso registro de tomas e improvisaciones. De hecho, el corte inicial es una improvisación a la que posteriormente se le dio el nombre de One Hand Clapping.

En las sesiones, la banda muestra que los ensayos no habían sido en vano; interpretan poderosas versiones para Jet, My Love (donde McCulloch emula con precisión el solo que McCullogh improvisó en la grabación original), Bluebird, Band on the run y Live and let die, que contó con la participación de la Orquesta Sinfónica de Londres, que como no, asistió a grabar con sus músicos vestidos de traje, acaso en un guiño a lo que sucedió con la grabación del clásico Beatle, A Day in the Life, que también se filmó.

Al escuchar la música, queda claro que Britton hace gala de su poderosa pegada (usaba baquetas muy gruesas, como John Bonham de Led Zeppelin) y McCulloch muestra su afinado sentido musical al sumar sus guitarras pensando más en la canción que en el lucimiento personal. Su tono suave y blusero, se escucha en Let me roll it y en Jet. En Maybe i’m amazed usa la palanca de vibrato de su Fender Stratocaster en el solo de la canción, que toca con gran aplomo.

PAUL MCCARTNEY WINGS
Paul McCartney & Wings en 1974

Y cómo no, McCartney hizo un guiño a sus días Beatle, al interpretar en solitario, y de manera muy informal, Let it Be, guiado por el profundo sonido de órgano y un popurrí de The long and winding road y Lady Madonna. Asimismo, con el impulso del viaje a Nashville aún fresco, se permitió reversionar clásicos de los cincuenta, como Blue Moon on Kentucky. Incluso hay algunas joyas, como una versión preliminar de I’ll give you a ring, que interpreta solo al piano y grabará años después en 1982, como lado B de Take It Away un sencillo promocional del álbum Tug of War.

Aunque el grupo sonaba más contundente, según Norman, las relaciones humanas aún no se afiataban. “Jimmy McCulloch seguía representando un problema, debido a sus peleas con Geoff Briton, sus ataques a Linda y sus cambios de humor, que ya alimentaba con más cosas aparte de alcohol y marihuana”, apunta el biógrafo. A las sesiones se sumó el saxofonista Howie Casey, quien conocía a Paul McCartney desde los días en que los Beatles eran una banda de bares en Hamburgo y tocaban toda la noche gracias a la combinación de pastillas e ingentes océanos de cerveza.

Pese a la demanda por nuevo material de Wings, en el pináculo de su éxito, One Hand Clapping nunca se lanzó de manera oficial. De hecho, fue uno de los discos más pirateados de la historia. Con ocasión de los 50 años desde la grabación el registro ya está disponible como álbum en las plataformas de streaming y en formato doble vinilo. La película ha sido restaurada en 4k, con el audio remezclado en audio Dolby Atmos envolvente, por Steve Orchard y Giles Martin. Esta tendrá un reestreno en cines, desde el 26 de septiembre.

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