A 40 años de la primera muerte por sida en Chile: obra y libro rescatan la historia “desconocida”
Un monólogo de Teatro Sur en coproducción con el GAM, y la reedición del libro Bandera Hueca: historia del movimiento homosexual en Chile, vienen a relevar y dar a conocer la vida de Edmundo Rodríguez, el paciente fallecido. Compartir su relato es una forma de combatir el estigma y fomentar la prevención.
Edmundo Rodríguez tenía 38 años cuando falleció a causa del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, conocido por sus siglas sida. Era 22 de agosto de 1984.
El profesor de castellano fue el primer paciente diagnosticado con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en Chile y estaba internado en el Hospital Clínico de la Universidad Católica. A pesar del intento de reserva, el caso se filtró a la prensa tras presentarse en un congreso médico.
“Murió paciente del cáncer gay chileno” o “Murió el paciente de la enfermedad ‘rara’” fueron los titulares de la prensa. El estigma y del desconocimiento sobre el virus, en plenos años 80, transformaron el caso en una suerte de “paranoia”, como explicó a La Tercera Gustavo Hermosilla, amigo de Edmundo.
“Los titulares son síntomas de una época”, explica a Culto el periodista y escritor Victor Hugo Robles, coautor del libro Sida en Chile: historias fragmentadas (2015) y autor de Bandera Hueca: historia del movimiento homosexual de Chile (2008) y El diario del Che Gay en Chile (2015).
Tras el fallecimiento de Edmundo Rodríguez, en el hospital se quemaron su colchón y los utensilios que se usaron con él. “Se deshicieron de la memoria del primer muerto por sida en Chile”, dijo Robles cuando se cumplían 35 años de la muerte de Edmundo.
Este año se cumplen cuatro décadas del deceso de Edmundo Rodríguez y el mundo cultural reacciona para conmemorar y visibilizar su historia.
¿Quién era Edmundo Rodríguez?
Le gustaba la naturaleza, el aire libre y la poesía. Estudió Pedagogía en Castellano en la Universidad Técnica del Estado y era homosexual. Su familia, compuesta por sus padres, tres hermanos y una hermana, no sabía de su orientación sexual.
Salvador Plaza era su pareja. Él era unos 15 años mayor que Edmundo, venía de una familia adinerada y vivía con alcoholismo, depresión y bipolaridad. Ambos se conocieron por una amiga en común, según reveló Salvador en una entrevista que Víctor Hugo Robles le hizo en 2010 y cuyo archivo inédito compartió con Culto.
“Cuando conocí a Edmundo fui feliz”, dice Salvador Plaza en el registro, cuando en ese momento tenía 67 años y habían pasado casi 30 años de la muerte de su pareja.
Su relación era intermitente. Cuando ambos querían reunirse, se encontraban en un departamento que Salvador había comprado, en calle Carlos Antúnez.
“Para escribir un capítulo de mi libro entrevisté a Salvador y me regaló una foto de Edmundo donde aparece disfrazado y se parece un poco a Freddie Mercury, tiene ese tono: su cuerpo, los bigotes. En la foto se ve como una persona histriónica, libre, feliz y muy asumida en su sexualidad”, describe Robles. “Él era muy preocupado de su presencia”, contó Plaza.
Según Salvador Plaza, Edmundo y él se distanciaron un periodo, que él señala como clave para su futuro. Durante su separación, el profesor de castellano habría conocido a un brasileño, un “amante furtivo”—como menciona en la entrevista— que lo habría contagiado. “En ese entonces ya se hablaba de sida. Él tenía sida y yo me contagié”, dice Plaza.
El diagnóstico
La enfermedad de Eduardo comenzó con pequeños malestares gástricos. “Pensábamos que podía tener una úlcera, algo a la guata. No estábamos tan preocupados y fue muy violento cuando de repente nos enteramos de que estaba internado en la Católica. Mi padre fue quien lo llevó”, relató uno de sus hermanos en 2019.
De acuerdo a Guillermo Acuña, uno de los médicos tratantes de Edmundo, la aparición de manchas en la piel del paciente (sarcoma de Kaposi) permitieron determinar que se trataba de sida, una condición que hasta ese momento no tenía diagnóstico claro, y mucho menos tratamiento.
Fernando Figueroa, otro de los médicos, relata que desde la dirección de la Facultad de Medicina de la universidad comentaron que la situación debía comunicarse. “Nosotros éramos partidarios de hacerlo primero de forma científica y después a la prensa, y así lo hicimos. Lo presentamos en un congreso de infectología en la Clínica Paula Jaraquemada (actual Hospital San Borja Arriarán). Ahí nos llevamos una sorpresa”, relató el médico.
El caso se había filtrado a la prensa y con ello, se convirtió el primer caso de VIH registrado en Chile. “Puede que haya habido otras personas antes que fallecieran por sida, pero no tuvieron la relevancia epidémica, investigativa y periodística”, agrega Victor Hugo Robles.
A 40 años del fallecimiento
A pesar de la relevancia histórica del fallecimiento de Edmundo Rodríguez, su nombre sigue siendo desconocido por gran parte de la población. “Es una figura e historia desconocida, está perdida en los archivos”, reflexiona Robles.
En memoria de Edmundo Rodríguez, diversas instancias vienen a relevar su figura. Una de ellas es el monólogo que lleva su nombre, obra del director, dramaturgo y performer Ernesto Orellana, que se estrenará este 6 de septiembre en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM).
“Hablar desde el teatro de VIH/Sida hoy, a cuarenta años de su llegada al país, invita a reflexionar y sensibilizarse sobre los trayectos políticos y afectivos locales de un virus que en su origen se consideró peste homosexual, plaga, tragedia sexual, castigo divino, y de cómo se construyó un estigma social y una discriminación moral que hasta el día de hoy perdura. ¿Por qué el VIH/sida sigue siendo un tema tabú? ¿Qué hay detrás de este virus del que nadie habla?”, plantea Orellana, quien ha trabajado con historias y la memoria de las disidencias sexuales, a través de la propuesta escénica Yeguas Sueltas (2023).
Edmundo es una coproducción del GAM y Teatro Sur, con el apoyo del Ministerio de Salud (Minsal), y tiene como objetivo generar nuevas estrategias de prevención y acceso a la información mediante la creación artística, para abordar sensibilidades sobre el imaginario social de esta epidemia.
“Si bien la medicina ha ido avanzando y el acceso a tratamientos antirretrovirales es derecho en la salud pública, gracias a las luchas de activistas durante la década de los noventa y a las voluntades políticas de sectores progresistas, lo cierto es que la desinformación sobre el VIH continúa siendo abundante, y de aquello da cuenta su infección progresiva actual, sobre todo en población joven principalmente de clases sociales populares”, enfatiza Orellana.
La obra se presenta de miércoles a sábado a las 20:00 horas y los domingos hasta el 6 de octubre a las 19:00 horas (la programación considera un receso por fiestas patrias). Las entradas están a la venta en sistema Ticket Plus.
Además, se realizará la reedición de Bandera Hueca: historia del movimiento homosexual de Chile (2008), de Víctor Hugo Robles. “Es la única historia escrita hasta ahora sobre el devenir, la trayectoria política y cultural del movimiento de la diversidad en Chile. No me causa tanta gracia, porque debería haber muchas más versiones, miradas, objeciones y experiencias sobre lo que ha sido la historia del movimiento homosexual”, reflexiona el autor, también conocido como El Che de los gays.
De acuerdo a lo que detalla el periodista, esta reedición responde a la solicitud de los lectores e incluye una actualización de lo ya escrito en 2008, como el caso de la jueza Karen Atala, el incendio en la discoteca Divine en Valparaíso y la historia del matrimonio igualitario.
Igualmente, esta reedición incluye un capítulo nuevo, que su autor define como “sabroso”. “Es el centro más polémico del libro. El texto es bien crítico con la actuación del Movilh histórico y del rol mesiánico, autoritario, machista, misógino, antigay, antisida, antitrans de Rolando Jiménez. El 2009, ese Movilh redactó un documento, que lo hicieron circular en diversas organizaciones, donde desmienten mi libro punto por punto. Son 15 páginas donde destruyen el libro y me destruyen a mí. Ese documento lo incluí en esta edición, y de hecho el libro y el documento dan cuenta de una de las grandes discusiones al interior del movimiento homosexual, que tiene que ver con la separación que algunos han hecho de la lucha homosexual con las luchas del VIH”, profundiza Robles.
En sida en Chile. Historias fragmentadas (Fundación Savia, 2015), escrito por Amelia Donoso y Robles, se recoge detalladamente la historia de Edmundo Rodríguez y la única entrevista a Salvador Plaza, su pareja. En esa línea, su coautor espera que llegue una reedición de ese título también.
“Esa entrevista (a Salvador Plaza) vino a humanizar esta historia, esta lucha. Hasta esa época, solo existían estadísticas o se hablaba del caso no más, pero nadie conocía su historia. Espero que se conozca más su relato, todo lo que vivió y pasó, cómo la ciencia lo utilizó, como lo traicionaron en la Universidad Católica, todos los prejuicios”, comenta Víctor Hugo Robles.
“Hemos avanzado, pero todavía existe discriminación, estigma. He vivido con VIH 30 años y he sido estigmatizado por lo mismo”, concluye.
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