Charly García y Luis Alberto Spinetta, la historia de amistad y tensión marcada por un incendio y un cenicerazo

CHARLY GARCÍA
Charly García y Luis Alberto Spinetta, la historia de amistad y tensión marcada por un incendio y un cenicerazo

La pelícana y el androide es uno de los temas incluidos en el disco que el músico publicó este miércoles 11, La Lógica del Escorpión. Se trata de una antigua colaboración entre ambos. Es uno de los tracks más emotivos de la placa. Una historia que mira hacia el pasado, hacia los años gloriosos de ambas estrellas del rock argentino y que testimonia un proyecto inconcluso que literalmente, se consumió entre las llamas.


La dualidad es la constante en la Argentina; River o Boca, Borges o Cortázar, Palito Ortega o Sandro. No es raro que aquella conducta llegase también al rock argentino. Hacia fines de los setenta, los dos soles en movimiento de aquel universo eran Luis Alberto Spinetta y Charly García. Líderes de bandas que habían generado movimiento, ambos se encontraron y no tardarían en disparar el estímulo creativo, afinado como lo tenían en ese momento.

Como suele suceder allende los Andes, la prensa los emparejó como si fuesen los cracks de dos equipos que se disputan la punta del campeonato. Pero lejos de una rivalidad, y a pesar de sus temperamentos disímiles, Spinetta y García se respetaron desde sus primeros encuentros. “Ambos gigantes mantuvieron una excelente relación desde que hicieron un recital juntos, con Serú Girán y Spinetta Jade en 1980, y terminaron con el Boca-River del rock nacional, pero en 1984 se acercaron muchísimo más, hasta el punto de querer intentar algo juntos”, apunta Sergio Marchi en la detallada biografía No digas nada, una vida de Charly García.

En vida, Spinetta era prudente al momento de hablar de Charly. En el libro Crónicas e iluminaciones, de Eduardo Berti y citado por Marchi, comentó: “La música de Sui Generis nunca me gustó. Me pareció siempre una música carente de swing. Al lado de la de Almendra me parecía algo tipo María Elena Walsh, pero a partir de Tango en segunda y de la propuesta de La Máquina de Hacer Pájaros y Serú Girán me fui acercando, me empezó a gustar cada vez más su música y hoy pienso que (Charly) es un verdadero monstruo de la canción de acá y de todos lados. Un compositor increíble”.

CHARLY SPINETTA
Luis Alberto Spinetta y Charly García

Lo primero que hicieron juntos fue Total interferencia. Un tema que Charly grabó tiempo después, para el fundamental Piano Bar (1984). Total interferencia fue compuesta un verano en una quinta que Charly había alquilado. Spinetta fue a visitarlo. Charly tenía su piano y le propuso que compusieran una canción. Acordaron roles y Luis producía lo que Charly generaba desde las teclas, indicándole una estructura y sugiriéndole partes -detalla Marchi-. Crearon una maravillosa canción que fue destinada a ser el último tema de Piano Bar. Nadie pudo sacar a Fito Páez del control de mando de los estudios ION mientras Charly lo grababa”.

La relación también tuvo otros hitos; Canción de dos por tres y Peluca telefónica, de Yendo de la cama al living (en que también participó Pedro Aznar), fueron otros temas. El lazo se afianzó cuando ambos participaron como invitados en Vida cruel (1985), el segundo disco de Andrés Calamaro. Así, ya hacia 1984 intentaron acometer un proyecto ambicioso; un disco en conjunto que se llamaría Cómo conseguir chicas (nombre que Charly usó para su disco de 1989).

Se reunieron y trabajaron algunas canciones; allí salieron Una sola cosa (publicada por Spinetta en Privé, 1986), Hablando a tu corazón (publicada en Tango, el disco de 1986 que reunió a Charly con Aznar) y La pelícana y el androide (publicada por Spinetta en Privé), que Charly acaba de regrabar para su nuevo disco, La lógica del escorpión.

Pero fue Rezo por vos, el tema que literalmente, abrasó esa colaboración. Grabada en las sesiones en los estudios Ion y Panda, quiso la fatalidad que el día en que el dúo la presentaba en el programa Cable a Tierra (del Canal 7 trasandino), ocurriera una tragedia. El departamento de García, en Coronel Díaz y Santa Fe, se incendió. Una videograbadora quedó funcionando. Al parecer estaba enchufada a una conexión que compartía junto a varios electrodomésticos y bastó una chispa para desatar la anárquica furia de las llamas. “La respuesta es que en ese enchufe que vos ves ahí, yo puse 17 clases de cosas, hubo un corto, una chispa y se me prendió fuego la casa. Ésa es la verdad. Yo me acuerdo bien: fue una imprudencia”, declaró Charly años después.

Ahí todo ardió. “Un asistente interrumpió para avisar que Charly tenía una llamada telefónica urgente: su casa se incendiaba. Entre el furor y la desesperación, alcanzó a escuchar que Spinetta le decía: ‘Loco, la culpa la tengo yo’. ‘Callate tarado’, sonrió Charly. Luego, en la exasperación, hizo volar un cenicero por el aire. Cuando llegó al departamento descubrió que, además, le habían robado veinte mil dólares (…)”, dice el libro Corazones en llamas, de Laura Ramos y Cynthia Lejbowicz.

“Más allá del mito, la verdad es que Charly no andaba muy bien por aquellos tiempos y Luis intentó estar a su lado cuando era necesario. Charly, que no acepta ningún tipo de protección, debe haberlo rechazado, probablemente por vergüenza, y Luis, un acuariano hipersensible, debe haber quedado dolido. Varios de esos encontronazos minaron la comunicación entre ambos”, explica Marchi en No digas nada.

SPINETTA Y CHARLY GARCÍA
Luis Alberto Spinetta y Charly García Foto de Renata Schussheim y José Luis Perotta

En una entrevista conjunta en 1992, para el suplemento No, Spinetta señaló lo que sintió en esos días. “Yo me sentía muy paranoico: me había juntado con él y le pasaban docenas de cosas malas, y me decía a mí mismo: ‘Puta, Luis, el yeta sos vos’, y me creía el fúlmine de la historia”. Pero también había algo más de fondo, vinculado a las experiencias vitales de cada uno. “Yo estaba en otra cosa, no podía seguir ese tren. Con mis hijos chicos… No era mi forma de vivir, no podía simplemente seguirlo a él. Se le ocurría llamarte a cualquier hora para grabar y yo tenía mis cosas. Cuando vi que eso no caminaba, no volví a insistí”, señaló el “Flaco” en una declaración consignada en un artículo de Clarín.

De todas formas, cada quien grabó su versión de Rezo por vos; Spinetta en Privé y García en Parte de la religión (1987). Charly además la incluyó en su sesión MTV Unplugged, en un momento inolvidable con la introducción tocada en arpegio por María Gabriela Epumer, al que Charly se suma diciendo: “Dedicada a Luis Alberto Spinetta”. Una versión más orgánica, a diferencia de la lectura new wave con fuerte guiño al sonido de Clics Modernos, de la versión que alcanzaron a presentar en TV.

Como sea, Charly siempre expresó sus respetos hacia Spinetta. “Ahora me siento un poco solo porque era la única persona dentro del rock que yo realmente admiraba, sin desmerecer a nadie, por supuesto. Pero me parece una cosa tremenda y deja un vacío”, dijo con ocasión de su muerte en 2012. “Fue un inventor, un tipo que agarró elementos de aquí y de allá, los fusionó para crear algo que no existía, la poesía del rock en castellano. A mí me inspiró mucho. Yo pienso que sin él hubiera sido todo distinto, realmente es un tipo muy importante”.

SPINETTA CHARLY

La pelícana de Charly

Como quien encuentra un mensaje en una botella, durante la pandemia Charly se sumergió en las profundidades de YouTube. Ahí se encontró con una colección de demos de sus canciones registrados en los ochentas. Entre estos, una versión muy temprana de La Pelícana y el androide. A la manera de McCartney completando ese esqueleto inconcluso de Lennon llamado Now and then, García se sintió llamado a publicar una versión propia para la canción. Esta es la que se incluye en La lógica del escorpión.

A diferencia de la versión de Spinetta, concentrada en el arreglo de piano, las texturas y la voz inundada en eco, la lectura 2024 de Charly para La pelícana, es un saludo al pasado. Conserva algo de la percusión maquinal y marcha cuadrada de la era Clics Modernos. Un eco de aquel tiempo lejano. También la voz del “Flaco” de mediados de los ochenta (doblada en la versión original), que se funde con la de Charly de 72 años. También se le añaden guitarras distorsionadas que generan ambiente climático a tono con la poesía de la letra. Es probablemente uno de los puntos más emotivos del disco.

“Verlo a Charly trabajar sobre La pelícana… me hizo dar cuenta de lo que es la sensibilidad de un artista”, dice el ingeniero Matías Sznaider en entrevista con Rolling Stone. “Charly vio ese tema como una posibilidad certera para el disco mucho tiempo antes de que cualquiera de nosotros realmente lo pensara. En esa época estaba fascinado con YouTube y cuando encontró esos out-takes propios y escuchó ‘La pelícana…’ quedó en shock”.

Algo similar opinó el guitarrista Fernando Kabusacki en charla con Infobae.La pelicana y el androide es un tema que a mi me conmueve muchísimo en cómo salió. Tiene una sonoridad que no recuerdo haber escuchado en el rock argentino y en el rock de afuera creo que tampoco. Suena muy especialmente power, muy potente”, señaló. Como si con ese gesto, Charly cerrara el ciclo.

Escucha La lógica del escorpión a continuación

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