Columna de Daniela Lagos: El Pingüino, el ascenso de un villano en la ciudad de la corrupción
Con virtudes y defectos, El Pingüino es una serie que divierte más allá de si se es o no fan del universo DC, ya que es una producción que más que tratarse de superhéroes, se trata de mafiosos y personas desesperadas por cambiar sus circunstancias, vengarse o probar un punto
Es uno de los pilares fundamentales de las historias de Batman y sus derivados, ese de que Ciudad Gótica sea una urbe en que la corrupción aparentemente es incontrolable y siempre vuelve a aparecer, como en un ciclo de nunca acabar. Bandas criminales, policías, jueces y políticos deshonestos y, claro, de vez en cuando un villano demasiado inteligente y lleno de recursos que crea un caos aún mayor.
Este submundo, sin un Batman a la vista y también sin súper villanos, es lo que está al centro del último estreno del universo DC, en formato de miniserie y en la pantalla de HBO y Max.
La acción se sitúa en 2022, sólo una semana después de los hechos narrados en la película The Batman (con Robert Pattinson como el hombre murciélago), aunque no es completamente necesario estar al día con esa película para poder seguir la serie.
Rápidamente se entiende que uno de los hechos de esa cinta es el dominó que echa a correr todo lo que vendrá: El patriarca y jefe de la familia criminal de los Falcone está muerto, mientras que el de la familia de los Maroni está en la cárcel, por lo que hay movimientos que hacer y cargos disponibles. Así, un poco accidentalmente al principio, empieza de a poco el ascenso en el poder de un mando medio de los Falcone, Oswald “Oz” Cobb, un tipo poco agraciado y con una pierna coja al que muchos se refieren como el Pingüino.
Tal como sucedió en The Batman, un irreconocible Colin Farrell se pone en el papel de este clásico villano y aquí, en la historia que cuenta cómo llegó a ser quién es, también nos enteramos con flashbacks de su biografía desde que era un preadolescente, pero la verdad es que esto no es lo más importante. Lo que está al centro de esta miniserie de ocho episodios es una brutal guerra entre mafiosos, que usa sobre todo referencias de las películas y series de gángsters.
Farrell cumple con una actuación memorable y convincente, que tiene un buen contrapeso en la de su archirrival, que en este caso es la actriz Cristin Milioti (How I Met Your Mother) en el rol de Sofia Falcone, una supuesta asesina en serie que acaba de salir del hospital siquiátrico de Arkham luego de 10 años y que de a poco va poniéndose más y más al centro de la trama hasta quedar casi al nivel del rol titular. Ahí, entre ellos, empieza un baile lleno de odio y ansias de poder que sin duda es muy interesante de ver.
Ambos actores hacen girar una historia que realmente a ratos parece circular y absurda, porque las lealtades y alianzas entre criminales de mayor y menor peso cambian tan seguido que ya se pierde la cuenta y las combinaciones y traiciones posibles.
Así, con virtudes y defectos, El Pingüino es una serie que sin duda divierte más allá de si se es o no fan del universo DC, ya que es una producción que más que tratarse de superhéroes, se trata de mafiosos y personas desesperadas por cambiar sus circunstancias, vengarse o probar un punto. Es una historia autocontenida llena de buenos personajes y también varios giros que en ciertos momentos se vuelven algo repetitivos pero no al nivel de dejar de mirar. Una ficción sobre todo entretenida y que entra en el siempre fascinante submundo criminal, para mostrar qué están dispuestas a hacer algunas personas por llegar a lo más alto.
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