Todd Phillips y Joker 2: “Joaquin Phoenix posee una emoción y una vulnerabilidad que Frank Sinatra no tiene”
El director retoma la historia de Arthur Fleck en Guasón 2: Folie à Deux, secuela que pone en el centro la relación de los personajes de Phoenix y Lady Gaga. Aquí habla con Culto sobre la violencia en el cine, la presión de los fanáticos y por qué, después de todo, esta segunda parte sí es un musical. “No quiero que la gente piense que saldrá de esta película silbando las melodías o sintiéndose bien”, dice.
Todd Phillips (Nueva York, 1970) era un adolescente cuando se desarrolló un mediático juicio que dividió a Estados Unidos a mediados de los 80. Bernhard Goetz, de 37 años, había disparado en contra de cuatro jóvenes en el metro de la ciudad a fines de 1984, dejando a uno de ellos con parálisis y daño cerebral permanente.
Tras entregarse a la policía, alegó que había actuado en legítima defensa. Algunos avalaron su versión de los hechos y lo celebraron como un héroe popular (fue apodado “el justiciero del metro” por la prensa de la época), pero otros consideraron que había cometido un acto de racismo, debido a que las víctimas –que se le acercaron para pedirle dinero– eran afroamericanas.
El director recuerda que la escena que se generó alrededor de la corte tenía algo de “circense”. “Las personas llegaron a las afueras del tribunal. Personas que estaban en contra de él y otros que respaldaban lo que había hecho”, indica. “Era muy parecido al juicio de Arthur (Fleck)”.
Así como el caso de Goetz inspiró parte de la historia de Guasón (2019), ahora sirve como referencia para Guasón 2: Folie à deux (o Joker: Folie à deux, si se prefiere), la secuela que trae de vuelta al perturbado personaje interpretado por Joaquin Phoenix y que se estrena este 3 de octubre en cines nacionales (preventa ya habilitada).
El filme muestra a Fleck al interior de Arkham, el manicomio en el que permanece a la espera de que comience el juicio en que un tribunal determinará la pena que recibirá como autor de cinco homicidios contra ciudadanos de Ciudad Gótica. Los mismos crímenes que perpetró mientras transitaba de comediante frustrado y maltratado a agitador social.
Instalado en la habitación de un hotel de Beverly Hills (Los Angeles), Phillips dice que nunca dio por sentado que Phoenix estaría dispuesto a volver encarnar el mismo papel. Nada lo garantizaba. Ni siquiera que la cinta original le hubiera permitido ganar el Oscar a Mejor actor.
“Honestamente el núcleo de todo el proceso fue: ¿cómo vuelvo a trabajar con Joaquin Phoenix? ¿Cómo consigo que Joaquin acepte participar en una secuela? Bien, sé que no él no haría una secuela directa. Sé que quiere sentirse tan nervioso o tan asustado como en el primer filme. Porque, lo creas o no, él se sentía nervioso por la primera película. Por hacer ese tipo de película”, explica a Culto.
La respuesta a la que llegó fue crear una segunda parte con múltiples secuencias musicales y donde el protagonista se enamora de Lee (Lady Gaga), una interna a la que conoce durante una clase de música en Arkham. Dar ese paso le pareció orgánico considerando lo que había expuesto anteriormente.
“Una de las primeras cosas de las que Joaquin y yo hablamos durante la primera película fue de que, aunque Arthur es un marginado y está fuera de sintonía con el mundo, tiene música en él. Tiene estilo”, expresa, recordando las escenas en que Fleck ensaya sus pasos en el baño, en las escaleras –aquellas que se volvieron célebres en 2019– y en el programa conducido por el malogrado Murray Franklin (Robert De Niro).
“Por eso pensamos que si en el segundo filme iba a conocer el amor por primera vez en su vida, bueno, quizá esa música que tiene en su interior debía salir de él”, señala. “Ese fue el germen de la idea y luego todo se desarrolló a partir de ahí”.
En solitario o en conjunto, Arthur Fleck y Lee (o Harley Quinn) interpretan composiciones emblemáticas del cancionero popular. Suenan desde For once in my life, de Stevie Wonder, hasta To love somebody, de Bee Gees, pasando por hits asociados al cine musical y a figuras como Judy Garland y Peggy Lee. Gracias al poder de convencimiento de Gaga, Phoenix se atrevió a cantar en vivo durante las filmaciones. Y la propia autora de Telephone estuvo dispuesta a olvidarse de su característico vibrato.
-¿De qué hablaron con Lady Gaga durante las primeras conversaciones que tuvieron a propósito de la película y de su personaje?
Hablamos mucho sobre Arthur. Hablamos mucho sobre enfermedades mentales. Hablamos mucho sobre relaciones no saludables. Quiero decir, hay tantas cosas. Ella está enamorada de una parte de Arthur que se ha extinguido desde la primera película. Es como si te enamoraras de Kiss y al despertarte por la mañana al lado tuvieras a Gene Simmons (se ríe). Es algo diferente. Ella se enamora del Guasón, pero realmente es Arthur.
-En los musicales las canciones sirven para que los personajes expresen sus sentimientos e ideas. Eso sucede en esta película. Sin embargo, Ud. previamente ha declarado que no cree que sea un musical.
Permíteme hacer una aclaración. Por supuesto que es un musical. Tiene elementos musicales, los personajes cantan sus sentimientos o lo que están pensando. Eso lo dije al principio (de la promoción de la película), fue la primera entrevista que hice, creo que fue para la revista Empire. Supongo que lo que estaba tratando de evitar era engañar a la gente. Cada vez que he visto un musical, me he ido más feliz que cuando entré. Y no quiero que la gente piense que saldrá de esta película silbando las melodías del filme o sintiéndose bien. Porque realmente no es una película para sentirse bien. Por lo tanto, supongo que fue porque el término musical para mí implica algo realmente feliz.
El director elige la interpretación de Joaquin Phoenix de For once in my life como su momento musical favorito del largometraje. “Puedes ir a YouTube y buscar For once in my life, Frank Sinatra. Y verás a un cantante mucho mejor que Joaquin cantando esa canción. Frank Sinatra dice ‘Por una vez en mi vida tengo a alguien que me necesita’. ¿Y sabes qué? No creo que nunca hayas tenido a nadie que te necesitara, Frank Sinatra. Pero sí lo creo cuando Arthur lo canta. Lo creo. Por supuesto que Frank Sinatra es mejor cantante que Joaquin Phoenix, pero lo creo más viniendo de Joaquin, porque es alguien con una emoción y una vulnerabilidad que Frank Sinatra no tiene. Y que, por cierto, no debería tener. Es Frank Sinatra”.
La corrupción del espectáculo
Antes de convertirse en un fenómeno de taquilla y de lograr 11 nominaciones a los Oscar (incluyendo Mejor película y Mejor director), la primera Guasón estuvo en el foco de la polémica. Hubo quienes aseguraron que su descripción de la violencia era irresponsable y que incluso podría incitar a otros a imitar a su protagonista, provocando que la antesala de su debut en Estados Unidos adquiriera una tensión que el realizador jamás sospechó. Ahora comparte lo que extrajo de esos acalorados análisis.
“En Estados Unidos, pero no a nivel internacional, pensaron que la violencia era irresponsable. Yo siempre pensé que la violencia era realmente responsable, porque se mostraba de manera realista”, advierte. Luego se detiene en que hay dos personajes de la primera cinta que reaparecen y que están al centro de escenas que funcionan como una suerte de respuesta a la reacción que generó la película original. “Como cineastas entendemos la responsabilidad en torno a lo que la violencia le hace a las personas que presencian la verdadera violencia”.
Phillips sostiene que su observación de los últimos acontecimientos globales lo impulsó a concluir que “quizá lo que el mundo necesita ahora es amor”, lo que se conecta con la formación de la pareja que encabeza la historia.
Pero esa reflexión también ejerció una influencia más amplia en las diferentes dimensiones de Guasón 2: Folie à deux. “Creo que la mayoría de las películas, incluso aquellas que no crees que lo hagan, de alguna manera son un espejo de lo que está sucediendo en el mundo. Para nosotros esta (oportunidad) se convirtió en un tema sobre la corrupción, que no sólo está presente en Estados Unidos, sino que en todas partes. Y no era sólo la corrupción del sistema penitenciario, el guardia de nuestra película o la corrupción del sistema judicial. Para mí también se trataba de la corrupción del entretenimiento. ¿Qué significa si tomamos los juicios por asesinatos y los ponemos en la televisión? ¿Qué significa que el debate presidencial se venda como un combate de lucha libre aquí en Estados Unidos? Si todo es entretenimiento, ¿qué es entretenimiento?”, enfatiza. “Aquí es donde estamos como cultura. Así que para mí eso es lo que está sucediendo debajo de la película”.
La segunda parte mete a la juguera géneros cinematográficos y apuntes sobre el mundo actual y sobre la recepción de su antecesora. Phillips no niega que tiene ingredientes de diferentes procedencias y que el resultado difícilmente generara consenso entre los espectadores. Pero se le escucha y ve tranquilo, completamente en paz con el trabajo realizado.
“Me doy cuenta de que la película es un poco rara. Mientras hablábamos sobre las primeras ideas le dije a Joaquin: creo que es importante que la película parezca hecha por locos. Creo que es importante que vendamos la idea de que los internos dirigen el manicomio. No literalmente los internos de la película, sino que los internos somos nosotros”.
En la previa a que el largometraje aterrice en las salas, ha adelantado que quiere hacer una comedia junto a Joaquin Phoenix y que una tercera entrega sobre el personaje no es una posibilidad. Además, se muestra poco entusiasta con volver a tomar las riendas de una producción ligada a las historietas.
-¿Qué ha sido lo más difícil de trabajar en dos producciones basadas en propiedad intelectual, en este caso los cómics? ¿Estaría dispuesto a volver a dirigir un proyecto de esa naturaleza?
Podría hacerlo. Esa es una pregunta fácil. Pero lo más desafiante –y que honestamente no esperaba– es la idea de que los fanáticos se sienten dueños de estos personajes. Entiendo los motivos. Pero no estaba particularmente preparado para la respuesta de los fanáticos más incondicionales, no de la película, sino que de los personajes que existían antes de que yo llegara y pensara en que hacer esto sería divertido. Es un mundo diferente. Me sorprendió. Lo entiendo en parte, pero me sorprendió un poco. No esperaba que fuera tanto. Ya sabes a lo que me refiero.
También tiene respuesta para aquellos que de antemano han rechazado a su nueva cinta por tratarse de un musical. “Cuando te conviertes en cineasta tienes que estar preparado para que durante toda una vida escuches a personas diciéndote cómo ellos habrían hecho o no lo que tú hiciste. Hasta cierto punto tienes que divorciarte del resultado y simplemente vivir la experiencia. Y simplemente estar ahí para eso. Esperas que a la gente le guste lo que haces, pero también entiendo que no todas las películas son para todos. Y eso también está bien”.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.