“Este es el final, de cada canción que cantamos”, anuncia Robert Smith en las líneas iniciales de Alone, la primera canción inédita de los ingleses The Cure en 16 años. Toda una novedad para el grupo, que apuesta por una composición épica y de largo aliento para su regreso, el que además anticipa su nuevo álbum, el esperado Songs of A Lost World.
Alone, es parte del nuevo material que The Cure ha ido adelantando en su tour Shows of a Lost World. Incluso la han usado de canción de apertura, tal como ocurrió en su última presentación en Chile, en noviembre de 2023 en el Estadio Monumental. Además de esta, en sus sets suelen tocar otros temas de su inminente nuevo disco, como And Nothing Is Forever y Endsong.
La canción abre con un sonido de platillo expansivo, muy parecido al de un gong, para luego pasar a una extensa introducción, concentrada en el clima; los gélidos teclados de Roger O’Donnell y las frases sueltas de bajo saturado de Simon Gallup que dialogan con el tambor. Todo el mejunje genera un ambiente épico y majestuoso, que decanta hacia la voz de Smith, quien recién comienza a cantar a los 3 minutos y 26 segundos.
En general, la prensa especializada ha señalado que la canción puede hermanarse con aquellos pasajes más expansivos y oscuros de su discografía. Aquellos como Pornography (1982) y Disintegration (1989), marcado por las canciones extensas y de clima dramático generado por la instrumentación y la secuencia de acordes. “Su estructura recuerda a Plainsong, la canción que abrió el punto culminante de su carrera en 1989, Disintegration”, dice el crítico de The Guardian, Alexis Petridis, en una lúcida columna sobre el lanzamiento.
“Hay algo deliberadamente inconexo en su sonido: el bajo de Simon Gallup no impulsa la canción tanto como la decora con réplicas distorsionadas; el sintetizador glacial y una línea de guitarra muy al estilo de Cure van y vienen, y hay momentos en los que toda la empresa parece estar al borde de desmoronarse”, agrega.
Por su lado, el crítico de The Telegraph, Neil McCormick, señaló: “Smith ha rechazado a menudo la idea de que The Cure son los reyes del gótico, pero Alone podría calificarse como la canción más gótica jamás hecha. Mientras que los discos de pop modernos tienden a ser limpios, brillantes y llenos de espacio, The Cure ha conjurado un muro de sonido total, llenando cada grieta sonora con tintineos y campanadas en cascada de guitarras distorsionadas y sintetizadores que hacen eco”.
El músico chileno Juan Pablo Órdenes (Chini.png y Columpios al suelo) es un reconocido admirador de la obra de The Cure y escuchó Alone apenas se despertó esta mañana. “Luego de varios intentos por sonar modernos al fin The Cure vuelve a lo que mejor sabe hacer: himnos extensos, atmosféricos, cargados de emoción y melancolía y, sobre todo, haciendo gala de esa atemporalidad que tan bien le hizo a discos como Disintegration, su claro antecesor”, dice a Culto. “Alone no es ninguna sorpresa para quienes el año pasado presenciamos su apabullante show en el estadio monumental; 7 minutos de Smith a solas contemplando las estrellas y a los que ya no están, con la cabeza en las nubes y el corazón de las manos. Memorable”.
El mismo Robert Smith ha detallado algunas claves de Alone. “Es la canción que abrió el disco; tan pronto como grabamos esa pieza musical supe que era la canción de apertura, y sentí que todo el álbum cobraba sentido”, detalló en un comunicado compartido a la prensa. “Había estado luchando por encontrar la línea de apertura adecuada para la canción de apertura adecuada durante un tiempo, trabajando con la simple idea de ‘estar solo’, siempre en el fondo de mi mente con la persistente sensación de que ya sabía cuál debería ser la línea de apertura...tan pronto como terminamos de grabar, recordé el poema Dregs del poeta inglés Ernest Dowson... y ese fue el momento en que supe que la canción, y el álbum, eran reales”.
Asimismo, junto con el lanzamiento de Alone, la banda confirmó que Songs of A Lost World, el decimocuarto disco de su trayectoria, estará disponible desde el próximo 1 de noviembre, el Día de todos los Santos. El disco, sucesor de 4:13 Dream (2008), fue escrito en su totalidad por Robert Smith, quien además fue coproductor musical junto a Paul Corkett (quien anteriormente hizo la misma función en Bloodflowers, 2000). Fue grabado en los legendarios Rockfield Studios en Gales (los mismos donde han grabado gente como Oasis, Coldplay, Queen, entre otros) y tendrá lanzamiento en varios formatos; LP, doble LP en formato half-speed master, CD, doble cassette y Dolby Atmos.