El olvidado femicidio de Cora Mayers, la destacada médica chilena homenajeada por Marta Brunet: “Fuerte y decidida”
Quien era su colega, y aparente pareja, el doctor Alfredo de María, disparó contra la directora de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Chile, causándole la muerte. Posteriormente, se quitó la vida. La escritora Marta Brunet escribió un texto en su honor, para el que hubiera sido su cumpleaños 40.
En el mausoleo de los Labarca Hubertson, en el Cementerio General de Santiago, descansa el cuerpo de Cora Mayers, una de las primeras médicas chilenas y víctima de femicidio en 1931. Según un artículo de la Revista Médica de Chile, ella y la sufragista Amanda Labarca eran amigas, lo que explicaría la ubicación de su tumba.
La talentosa científica tuvo una nutrida vida académica, que fue truncada por el asesinato a manos de su pareja y colega, el doctor Alfredo Demaría, primer médico chileno doctor en Higiene Pública, de la Universidad John Hopkins.
Con solo 22 años, Mayers, oriunda de Valparaíso, ingresó a la Facultad de Medicina, donde se recibió de Médico Cirujano el 17 de noviembre de 1917. Posteriormente, recibió una beca del gobierno de Chile para estudiar Pediatría en la Sorbonne de París, y también realizó estudios de la especialidad en Londres y en el hospital Emperatriz Victoria de Berlín.
En su regreso a Chile, participó en la creación del Servicio de Puericultura en el Hospital San Borja, fue socia fundadora de la Sociedad Pediátrica, jefa del Departamento de Educación Sanitaria de la Dirección General de Sanidad; y fundó la Escuela de Enfermeras Sanitarias en 1926 y la Escuela de Enfermería de la Universidad de Chile, en 1930, donde fue su segunda directora.
Su legado fue indiscutible. Autora de dos textos, La mujer defensora de la raza (1925) y La Puericultura al Alcance de todos (1933, obra póstuma), es reconocida como una de las precursoras en los estudios de pediatría y puericultura en la salud pública.
El femicidio
La mañana del 12 de enero de 1931, la doctora Mayers llevaba a cabo sus actividades como directora de la Escuela de Enfermeras de la Universidad de Chile (en ese entonces, su dirección era calle Panteón 1040, hoy el edificio pertenece al Departamento de Educación en Ciencias de la Salud, DECSA).
“Había trabajado tesoneramente durante varias horas atendiendo las consultas correspondientes a su puesto y evacuando informes solicitados por la Dirección de Sanidad. La secretaria de la señorita Mayers dice que poco antes del medio día el Dr. Demaría hizo irrupción en la oficina”, escribe el Diario Ilustrado, el 14 de enero de 1931.
A las 11:55 horas, “la secretaria escuchó dos detonaciones. Al entrar a la oficina, encontró a la señorita Mayers muerta en el suelo. El Dr. Demaría profundamente pálido estaba parado a su lado… luego de huir del lugar de los hechos escuchó una tercera detonación que le produjo la certidumbre de la muerte del segundo protagonista…”, escribió el periódico de la época.
El hecho conmocionó a la época. Catalogado antes como una tragedia o crimen pasional, hoy sería considerado femicidio por el vínculo sentimental ambos mantenían.
“Cora Mayers tuvo el privilegio de llegar al mundo con ese raro conjunto de cualidades físicas e intelectuales que permiten sobreponerse aún a los de más clara inteligencia”, decía el discurso fúnebre del doctor Lucas Sierra, en homenaje a la médica asesinada, publicado el 14 de enero de 1931 en el Diario Ilustrado.
“Por ese camino trabajó con abnegación y voluntad inquebrantable por el engrandecimiento de su patria, porque estaba convencida de que la salud es la base de la riqueza y prosperidad de la nación (...) Que las virtudes de la señorita doctora Cora Mayers sirvan a la mujer chilena de fuente de inspiración y engrandecimiento”, finaliza el texto.
Las palabras de Brunet y cuestionamientos
La escritora chilena Marta Brunet escribió un texto en honor a Cora Mayers, para el que hubiera sido su cumpleaños 40.
“Fuerte. Decidida. Con una clara sonrisa abierta como pórtico al sol y por ahí adentrándose hasta su corazón la humanidad que bien amara y que bien la amara. (…) su angustia era la madre proletaria, sin defensa para hacer del hijo y de ella misma, una cifra efectiva de la colectividad. Infatigablemente se daba a la extensión de la higiene y la puericultura entre las clases obreras. Enseñar. Enseñar. Enseñar. Y, al propio tiempo, ir inculcándole a la mujer de más rica inteligencia, su deber de ayuda a la hermana presa en ignorantismos, una aupando a la otra, para quedar en ese plano de dignidad y salud común a todas”, decía la elegía, publicada en Revista Ecrán el 1 de octubre de 1935.
El 2017, el doctor Carlos G. Osorio publicó Homenaje a los maestros Cora Mayers y Alfredo Demaría, en la Revista Médica de Chile. En el artículo, el autor tilda el homicidio de tragedia y establece: “Dos jóvenes maestros brillantes de nuestra Facultad de Medicina vieron truncadas sus vidas en ese aciago día de enero de 1931. Los motivos de la tragedia se esfumaron junto a ellos y no hay razón para escarbar allí”.
Azun Candina Polomer, licenciada en Historia, cuestiona de forma contundente el texto de Carlos G. Osorio. “Alfredo Demaría asesinó a Cora Mayers de dos tiros, para luego suicidarse de un tercer disparo. Carlos Osorio, al parecer, no juzgó que este hecho fuese un obstáculo para rendirles este homenaje compartido, y así poner a ambos en el mismo sitial de ejemplo para las futuras generaciones”, dice su texto publicado en la revista La raza económica, llamado Olvidada y escarnecida. El oprobioso homenaje a Cora Mayers (2021).
“¿Cómo se puede considerar que un médico que asesinó a una colega, pueda ser un ejemplo para futuras generaciones? ¿A quién le parece correcto que un femicida y su víctima pueden tener un homenaje juntos? ¿Y por qué el comité editorial de una revista científica aprobó la publicación de este texto, y en el año 2017? ¿Ninguno de sus evaluadores cuestionó su contenido o su enfoque? Cora Mayers y Alfredo Demaría no ‘vieron truncadas sus vidas’, me digo; no murieron ni en un accidente ni de una enfermedad fatal. Alfredo Demaría se suicidó, después de matar a Cora Mayers”, continúa el texto.
Actualmente, una calle en la comuna de Las Condes lleva el nombre la médica.
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