“En el final, es solo amor”, canta Chris Martin en One World, la extensa canción (de casi 7 minutos) que cierra Moon Music, el nuevo disco de Coldplay. Aunque es inevitable pensar en la referencia al The End de The Beatles (”y al final, el amor que tomas, es igual al amor que haces”), aquella frase resume el álbum.
Mientras en el mundo, la urgencia y la devastación se han hecho más comunes, Coldplay se posiciona con un mensaje positivo. Eso queda claro desde la entrada. La canción de apertura, Moon Music, ofrece una fantasía espacial, con una larga introducción. Un gusto poco habitual en la discografía del grupo. “Érase una vez, traté de recomponerme/Ser más como el cielo y dar la bienvenida a todo tipo de clima”, canta Martin con un mensaje de superación.
El disco desperdiga la vibra positiva en varios formatos; el pop directo de Feels Like I’m Falling in Love, que tiene la firma y el estilo de Max Martin; el ejercicio de colaboración global en We Pray, con las voces de Little Simz, Burna Boy, la chilena-palestina Elyanna y la argentina Tini. La efectista y bailable Good Feelings, junto a Ayra Stark; la reflexiva One World, que de alguna forma retoma el sonido espacial de la apertura y apunta a cerrar con un mensaje. Aquel del amor, por sobre todo.
También hay algunos momentos de quiebre. La canción Jupiter, abre con una guitarra acústica, acaso con un guiño al Coldplay de Parachutes, ese que ya parece no existir, pero que no abandona la fibra pop que cultivaron desde Mylo Xyloto (2011). Y la canción titulada con el emoji de un arcoíris (algo que ya habían hecho en Music of the spheres, 2021), vuelve sobre el sonido más amplio y de varias capas, como recordando los días de colaboración con Brian Eno.
En aquella canción suenan algunas frases de piano, tal como en pasajes de Moon Music, y en All my love, la canción que será el tercer sencillo. Un guiño al pasado, en clave del presente. Como si Chris Martin hubiese vuelto a escuchar temas de sus días más indie, como Everything’s not Lost o Trouble, y se hubiera animado a replicar la misma sensación. De alguna forma, ese sonido devuelve a Coldplay a su formato de banda, que es donde mejor se encuentran. También permite un respiro entre los beats y las canciones de vocación más masiva, en que por ejemplo, está Aerterna, otra canción que tiende a sonar genérica, entre las voces con efectos, y los momentos que alterna capas de teclados con pasajes sostenidos en el ritmo.
Moon Music es un álbum, que pese a no ser ambicioso, es más redondo que su antecesor. Muestra a Coldplay sonando más Coldplay que nunca. De alguna forma resume los intereses y la visión musical que ha cruzado la era más pop y masiva del grupo, aunque equilibrado con momentos que apuntan más al goce personal. También destacan los momentos de transición, como para darle un sentido de continuidad. Algo así como un resumen de su trayectoria musical.
En charla con NME, Chris Martin confirmó que el grupo cerrará su discografía con sus próximos dos discos. “Sí, seguro que son 12 álbumes”, señaló. “Hay una cosa más, que es un musical. [Ese es] el álbum número 11, pero podría tener que salir después del álbum 12 debido al tiempo que lleva animar los musicales”. Este disco ya suena como a despedida, con su sentada en el presente, el mensaje global y sus guiños al pasado. Algo de eso es probable que se vea en la muy probable visita del grupo a Chile en 2025. Mientras, nos ofrecen una salida positiva a los momentos complejos del día a día.