Pasternak y Sartre: la historia de los dos escritores que le dijeron “No” al Premio Nobel de Literatura

Pasternak y Sartre wsp
Pasternak y Sartre: la historia de los dos escritores que le dijeron “No” al Premio Nobel de Literatura

En pocos años de diferencia se dieron dos casos que declinaron el tradicional galardón por razones políticas. En 1958, Boris Pasternak fue obligado por el gobierno de la URSS a rechazar el premio; y en 1964, fue el turno del francés Jean-Paul Sartre, quien aludió a razones personales y políticas para su decisión. "El premio Nobel se mantiene objetivamente como una distinción reservada para los escritores de Occidente", afirmó. Acá la historia.


En sus 123 años de historia, el Premio Nobel de Literatura, acaso el más renombrado y popular de los cinco galardones estipulados por Alfred Nobel, solo ha tenidos dos momentos en que los galardonados han rechazado el Premio. Ambas por razones políticas.

El primer caso fue el de Boris Pasternak. De acuerdo al archivo online del Premio (que no está completo, debido a que las deliberaciones son secretas por 50 años) el escritor soviético, éxito con su novela Doctor Shivago, tuvo 9 nominaciones al premio, es decir, esa cantidad de personas fueron las que levantaron su candidatura. Esto ocurrió entre 1946 y 1950, luego, en 1957, y en 1958 hubo tres personas que lo candidatearon. La Academia Sueca se decantó por él ese año. “Por su importante logro tanto en la poesía lírica contemporánea como en el campo de las grandiosas tradiciones épicas rusas”.

Boris Pasternak wsp
Boris Pasternak.

Pasternak, algo sorprendido, inicialmente aceptó el premio e incluso mandó una carta a la Academia Sueca agradeciendo el galardón. Sin embargo, en el contexto de la Guerra Fría y la “Cortina de Hierro” que separaba ideológicamente a Europa oriental de la occidental las autoridades soviéticas no vieron con buenos ojos que uno de los suyos recibiera un galardón otorgado por la otra vereda.

Así, el gobierno liderado por Nikita Jrushchov comenzó una ofensiva contra Pasternak. La KGB comenzó a presionarlo y a exigirle que renunciara al galardón, so pena de ser expulsado del país. Consternado, el escritor debió escribir una carta de su puño y letra a la Academia Sueca declinando el reconocimiento. “Considerando el significado que este premio ha tomado en la sociedad a la que pertenezco, debo rechazar este premio inmerecido que se me ha concedido. Por favor, no tomen esto a mal”, escribió.

Pasternak murió solo dos años después, en 1960. La injusticia cometida con él fue subsanada por su hijo Yevgeni, que en 1989, ya con las reformas de Gorbachov, fue autorizado a recibir el Nobel a nombre de su padre. Incluso, solo un año antes se había autorizado la publicación de Doctor Zhivago en el territorio de la URSS.

Boris Pasternak wsp
Boris Pasternak

“El premio Nobel es para los escritores de Occidente”

Un caso similar al de Pasternak se dio en 1964. Ese año, la Academia le otorgó el Premio al escritor francés Jean Paul Sartre, considerado uno de los fundadores del Existencialismo. Entre 1957 y 1964, tuvo 17 nominaciones. En 1964, su nombre se repitió dos veces y la Academia se inclinó por él “por su obra que, rica en ideas y llena del espíritu de libertad y la búsqueda de la verdad, ha ejercido una influencia de gran alcance en nuestra época”. Era el 22 de octubre de 1964.

Sin embargo, inesperadamente, Sartre rechazó el Premio. “Rechazo el premio, esa es la verdad, pero reservo mis explicaciones para la prensa sueca”, y días después vino la explicación. El intelectual señaló: “Mis razones para rechazar el premio no conciernen ni a la Academia Sueca ni al premio Nobel en sí mismo, como expliqué en mi carta a la Academia. En ella aducí a dos tipos de razones, personales y objetivas...mi negativa no es un gesto impulsivo, siempre he declinado los honores oficiales. En 1945, cuando me ofrecieron la Legión de Honor de Francia, la rechacé, aunque simpatizaba con el Gobierno. De la misma manera, nunca he intentado postularme para entrar en el Colegio de Francia, como muchos de mis amigos me han sugerido”.

Recorte de prensa de la época que informaba sobre la polémica del Nobel de Literatura rechazado por Sartre
Recorte de prensa de la época que informaba sobre la polémica del Nobel de Literatura rechazado por Sartre

Esta actitud se basa en la concepción que tengo sobre la empresa del escritor. El escritor que adopta una posición política, social o literaria debe actuar únicamente con los medios que le son propios, es decir, la palabra escrita. Todos los honores que puede recibir exponen a sus lectores a una presión que no considero deseable. Si me designo a mí mismo como Jean-Paul Sartre no sería lo mismo si me designara Jean-Paul Sartre, ganador del premio Nobel”, y agregó: “El escritor que acepta un honor de esta clase se involucra a sí mismo con la asociación o institución que lo ha honrado”.

El escritor debe, por lo tanto, negarse a dejarse transformar en una institución, incluso si es bajo las más honorables circunstancias, como es en el presente caso. Esta actitud es, por supuesto, completamente mía, y no contiene críticas de aquellos que ya han sido galardonados con el premio. Yo tengo gran respeto y admiración por varios de los laureados que tengo el honor de conocer”.

Además, Sartre añadió razones políticas: “Mis razones objetivas son las siguientes: la única batalla posible hoy en el frente cultural es la batalla por la coexistencia pacífica de dos culturas, la del Este y la de Oeste. No me refiero a que deban abrazarse mutuamente; sé que la confrontación de estas dos culturas debe tomar necesariamente la forma de un conflicto, pero esta confrontación debe ocurrir entre hombres y entre culturas sin la intervención de las instituciones”.

“Yo mismo estoy profundamente afectado por la contradicción entre las dos culturas: estoy hecho a partir de tales contradicciones. Mis simpatías van innegablemente al socialismo y al denominado bloque del Este, aunque nací y me crie en una familia burguesa y en una cultura burguesa. Eso me permite colaborar con todos aquellos que buscan acercar a las dos culturas. Sin embargo, espero que gane ‘el hombre bueno’. Es decir, el socialismo”. Por ello, añadió: “No puedo aceptar un honor otorgado por las autoridades culturales, más con las de Occidente que las del Este, incluso si simpatizo con su existencia” y agregó: “El premio Nobel se mantiene objetivamente como una distinción reservada para los escritores de Occidente o los rebeldes del Este”.

Jean-Paul Sartre, filósofo y escritor existencialista. Fotografía de GettyImages
Jean-Paul Sartre, filósofo y escritor existencialista. Fotografía de GettyImages

Sin embargo, en su misma declaración, Sartre agregó algo que resultó profético: “No ha sido otorgado, por ejemplo, a Neruda, quien es uno de los más grandes poetas latinoamericanos. Nunca ha habido una opción seria de dárselo a Louis Aragon, quien ciertamente se lo merece. Es lamentable que el premio haya sido entregado a Pasternak y no a Shólojov, y que la única obra honrada de la Unión Soviética debiera ser publicada en el extranjero y censurada en su propio país”.

El parralino, por entonces, acumulaba nominaciones e incluso había sido un fuerte candidato para ganarlo en 1964, pero las presiones de la CIA a la Academia Sueca -dada la filiación comunista de Neruda- hicieron caer su designación debido a los cuestionamientos a su línea política. Aunque en 1971 tendría su revancha.

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