Liam Payne entre alcohol, pastillas y depresión: los demonios que acosaron al cantante “maldito” de One Direction
El fallecido cantante luchó durante años con la adicción al alcohol. Un flagelo que lo consumió desde los días de mayor popularidad de One Direction, cuando los chicos de la boys band eran encerrados durante horas en los hoteles. Con los años tomó terapia, consumía pastillas y hasta admitió que toda la situación lo llevó a tener ideas suicidas. Su carrera solista nunca logró despegar, pese a lanzar algunos sencillos y reunir a colaboradores de la talla de Ed Sheeran.
“Llegó un momento en el que no sabías cada día si iba a ser el final”, señaló el fallecido Liam Payne en una honesta entrevista con The Guardian en 2019, donde abordó los días finales de One Direction, la boyband que lo lanzó a la fama. “En cada show estaba al borde de la muerte. Poco a poco iba perdiendo el rumbo”.
En los años de One Direction, el carácter más templado de Payne lo posicionó como el “diplomático” del grupo, un contrapeso para las personalidades más juveniles e intensas de sus compañeros. También aportó una parte considerable del material de la banda (figura en los créditos de varios de los temas del álbum Four de 2014), es decir, algo así como la labor de Gary Barlow en Take That. De hecho, tras la salida de Zayn Malik en 2015, fue Payne quien cubrió parte de su trabajo vocal.
Pero el vertiginoso ascenso de la banda, comenzó a hacer mella sobre Payne. Las largas horas encerrado en los hoteles, tras quedar cargado de adrenalina luego de los shows, lentamente lo llevaron hacia el alcohol. “Hacer un espectáculo para miles de personas y luego quedarte solo en un país donde no puedes salir a ninguna parte. ¿Qué otra cosa vas a hacer? El minibar siempre está ahí”, comentó en la misma charla con el medio británico.
La fama golpeó a Payne. De allí a que antes y después de los días de One Direction, fuese un lío para él. “Yo pensaba: ‘Realmente no sé cómo lidiar con esto’. Una vez que empiezas, no puedes presionar el botón de parada”. El cóctel de alcohol se complementaba con medicamentos como estabilizadores de ánimo, que le permitan superar los “altibajos erráticos” que estaba experimentando. “Solo necesitaba un poco de ayuda para mantenerme estable... a veces estaba muy inestable”, señaló.
En charla con el podcast Diario de un CEO de Steven Bartlett, señaló que el consumo abusivo de pastillas y alcohol durante las giras de One Direction lo hacían ver muy hinchado. “Mi cara era diez veces más grande de lo que es ahora”.
Durante esa charla, a Payne se le preguntó si el consumo de alcohol y drogas lo llevó a tener ideas suicidas. Él fue honesto: “Sí. Definitivamente hay algunas cosas de las que nunca he hablado que tienen que ver con eso. Fue muy, muy grave”.
Una vez que se consumó el final del grupo, Payne pareció errar sin rumbo por algunos años. A The Guardian le confesó que debió seguir terapia y tomarse un descanso de seis meses del mundanal ruido. “Al principio fue difícil, porque no sabía nada sobre mí mismo. Era una sensación de entumecimiento”.
A diferencia de sus compañeros como Harry Styles o Louis Tomlinson, que lograron consolidarse como solistas, a él le resultó más difícil. Intentó una carrera como compositor profesional, rodeándose de nombres pesados de la industria. Su primer sencillo en solitario lanzando en 2016, Strip that down, fue coescrito junto a Ed Sheeran. Un tema mucho más cercano a la lectura pop del hip hop y el rap. Nada raro, en alguien que citaba a Justin Timberlake como influencia.
A la canción le fue bien, con un considerable flujo de reproducciones. Pero en esos días, Payne luchaba contra la adicción al alcohol. Pese a todo, logró estar un año sobrio. “Mi vida social se desplomó por completo. Siempre siento que nunca superas los primeros diez minutos incómodos en una fiesta, cuando todos dicen: ‘¿Nos levantamos y bailamos o nos quedamos aquí sentados?’. No sé si me hizo más feliz, pero definitivamente era necesario”, detalló.
Recién lanzó su primer, y único, disco como solista EP1 en 2019. Pero este fue una decepción y no logró una buen rendimiento comercial. Peor aún, fue recibido con cierta indiferencia por la crítica. Más, con una vida personal tormentosa, en la que pasó por un matrimonio, un hijo y un divorcio de Cheryl Cole, diez años mayor que él y exjurado en Factor X, el programa de talentos que lo vio irrumpir y donde se formó a One Direction.
Pero el alcohol siempre rondó por la vida de Liam. En 2023, en una entrevista con IFL TV señaló sentirse bien por lograr tres meses sin tomar una sola gota de alcohol. “Ahora estoy sobrio, más de 100 días”, dijo. “Me siento increíble, me siento muy, muy bien y el apoyo de los fanáticos ha sido muy, muy bueno, así que estoy muy feliz”.
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