Sé Mía, de Richard Ford (Anagrama)

La voz de Frank Bascombe, la persuasiva voz del ex periodista convertido en agente inmobiliario, protagonista de la gran saga narrativa de Richard Ford, está de regreso. “Últimamente, me ha dado por pensar en la felicidad más que antes”, confiesa al inicio de Sé mía, el quinto libro que protagoniza. Tras debutar en 1986 en El periodista deportivo, Bascombe protagonizó una formidable serie narrativa en la que Ford retrató las aspiraciones y los sueños rotos de la clase media americana: El Día de la Independencia, ganadora del Pulitzer y el Pen/Faulkner; Acción de Gracias y Francamente, Frank. En su nueva aventura, Bascombe ya tiene 74 años. Ha sobrevivido a la muerte de un hijo, a dos divorcios, a la muerte de su primera mujer, a un cáncer y a un ataque armado. “He sido lo bastante feliz para ser Frank  Bascombe y no otra persona”, dice.

Ahora, su problemático hijo Paul, al que conocimos con 15 años en El Día de la Independencia, tiene 47 y sufre síntomas avanzados de ELA. Frank está encargado de cuidarlo y lo acompaña durante un estudio experimental en la Clínica Mayo. Al término de este, Frank invita a su hijo un viaje por la carretera, probablemente el último que harán juntos: le propone visitar el Monte Rushmore, el mismo que él visitó con sus padres cuando niño. Con la sombra de la muerte a sus espaldas, pero sin perder de vista la ironía y el humor, padre e hijo emprenden un viaje en el que acaso no pasan muchas cosas, pero que está lleno de detalles y pequeñas historias. La expedición, en vísperas de San Valentín, le sirve a Ford para enriquecer su perspicaz retrato de la sociedad americana. En el camino, padre e hijo se encuentran con un concurso nacional de oratoria, que lleva a Frank a preguntarse: “¿Por qué creen los estadounidenses en la democracia?”. Una vez en Rushmore, frente a los rostros esculpidos en granito de los expresidentes Washington, Jefferson, Roosevelt y Lincoln, Bascombe tiene una extraña sensación. El monumento le parece al mismo tiempo grandioso y ridículo. Y pese a todo, logra por breves instantes conectarse emocionalmente con su hijo. Una novela inteligente, divertida y conmovedora que se lee con la emoción de una despedida.

Temporal, de Sergio Gómez (Zig-Zag)

Una noche de tormenta, un misterioso viajero se detiene frente a la casa del abuelo. La centenaria casa ubicada en el campo, donde los primos Bruno, Lucía y Martín pasan sus vacaciones. Es invierno en el sur, se ha desatado el temporal y la camioneta del extraño se niega a seguir. En las puertas del vehículo lleva escrito “Zarko, el ilusionista”. El hombre pide ayuda y les explica que su apellido es Perelman pero Zarko es su nombre artístico; es un mago itinerante y viaja por el país presentando sus trucos. Los primos le ofrecen pasar la noche en la casa a cambio de una demostración privada de magia. Pero el abuelo no está de acuerdo, “nunca es buena idea la magia en noches como esta”, dice. El abuelo sabe de lo que habla: es especialista en historias de terror y hasta publicó un libro con relatos sobre el tema, con el título Temporal. “En noches como esta”, insiste, “emergen los seres del inframundo”. Sus nietos se ríen y terminan por convencer al mago. “En ese momento no lo sabía ninguno de los primos, pero aquella idea, la de dejar al señor Perelman en la casa esa noche, fue la peor idea que se les podría haber ocurrido”, dice el narrador. 

Escritor versátil, diestro y convincente, autor de una obra premiada que incluye novelas como El labio inferior, Patagonia y La obra literaria de Mario Valdini, Sergio Gómez es también un certero escritor de libros juveniles, entre los que destaca su serie Quique Hache detective y Los  increíbles poderes del señor Tanaka, Premio Barco de Vapor 2012, entre otras. Ahora vuelve con un relato de misterio que refresca algunos tópicos del género, como la casa encantada, las noches de tormenta y la magia, en una historia juvenil que transcurre antes del amanecer. Como preveía el abuelo, y mientras el temporal trae lluvia, vientos y rayos, la magia desata fuerzas extrañas: pasos, risas de niño, música que sale de ninguna parte, alguien desaparece dentro del armario y hasta Zarko sufrirá los efectos de una noche excepcional. Una noche que los primos no olvidarán. Ilustrado por Fabián Todorovic, Temporal es un entretenido relato que  juega con los códigos del terror y releva el incombustible poder de las historias, a través de un lenguaje fresco y ágil.

Libro de las Preguntas, de Pablo Neruda. Selección e ilustraciones de Paloma Valdivia (Ediciones Liebre)

En 1974 Pablo Neruda cumplía 70 años. Para celebrar su aniversario preparaba la publicación de siete libros. Uno de ellos era el Libro de las preguntas, que finalmente -tras su muerte el 23 de septiembre de 1973- se publicó en forma póstuma. El libro lo componen 74 poemas que contienen 320 preguntas. En ellas el poeta y Premio Nobel exhibe su perfil más juguetón, una voz lúdica, curiosa, inventiva, a ratos surrealista y luminosamente poética. Preguntas teñidas de colores, que susurran sonidos, imaginan espacios fantásticos o evocan atmósferas de ensueño como: “¿Canta la tierra como un grillo/ entre la música celeste?”;  “¿Quiénes gritaron de alegría/ cuando nació el color azul?”; “¿Las lágrimas que no se lloran/ esperan en pequeños lagos?/ ¿O serán ríos invisibles/ que corren hacia la tristeza?”. Estas son algunas de 70 las preguntas que la ilustradora Paloma Valdivia seleccionó para esta edición. Una versión ilustrada de grandes dimensiones, delicada y cuidadosamente realizada, que no solo brilla por sus admirables dibujos y su paleta de colores, sino por las ricas escenas que compone y la forma en que dialogan con las preguntas y con el mundo poético y emocional de Neruda.

“Ilustrar estos poemas fue como descifrar un mapa del poeta, explorar el territorio de sus palabras, buscar significados en sus casas y colecciones, trazar recorridos llenos de símbolos para, después de cinco años de trabajo, lograr entender que no hay respuestas, solo más preguntas a las preguntas de Neruda”, dice la artista, cuya familia paterna proviene de las costas de la Araucanía, donde el poeta pasó parte de su infancia. “¿Por qué los árboles esconden/ el esplendor de sus raíces?/ ¿Y cómo saben las raíces/ que deben subir a la luz?/ ¿Y luego saludar al aire/ con tantas flores y colores?”, pregunta Neruda entre mariposas, pájaros y un jardín dibujado por la ilustradora. Abejas, naranjas, campos de maíz, golondrinas, helicópteros, olas, nubes y arco iris dibujan un paisaje poético, visual y emocional que se despliega en esta  edición deslumbrante y donde las preguntas de Neruda resuenan como una invitación a imaginar y contrapreguntar.