“¡Apaguen esa huevada de inmediato! ¡Si no la apagan me voy de acá!”, bramó Paul Di’Anno, en el backstage del santiaguino Club Subterráneo. El cantante se preparaba para salir a escena, pero en la habitual música envasada previa a los shows, sonó Wasted Years, un clásico absoluto de Iron Maiden, pero grabado por la voz de Bruce Dickinson. Los fans militantes incluso comenzaron a corear. Pero a Di’Anno no le hizo ninguna gracia.

“Empezó a sonar la canción y él se enfureció -recuerda a Culto, Jorge Ahues, presidente de Maiden Chile, y gestor de las últimas dos visitas del fallecido cantante a Chile-. Empezó a gritar: ‘no quiero escuchar a este huevón de Dickinson’. Y más encima la gente coreando atrás, entonces el tipo se volvió loco. Pero tenía estos arranques de locura, de rabia, y se le pasaban a los cinco minutos”.

Nacido como Paul Andrews en Chingford, al este de Londres en 1958, la historia lo recuerda como el primer cantante que participó de la discografía oficial de Iron Maiden. Su estilo callejero, directo y hooligan, está impregnado en los dos primeros discos del grupo, el homónimo de 1980 y el legendario Killers de 1981. Luego, las diferencias musicales y de las otras lo dejaron fuera del grupo, para dar paso a Dickinson, con el que Maiden alcanzaría el mayor reconocimiento.

Paul Di'Anno en Chile Foto: Mariano Beuses

Pero Di’Anno quedó como una suerte de leyenda. Un héroe maldito que fue parte de la historia de Iron Maiden. Y aunque intentó sin demasiado éxito una carrera en solitario, se las arreglaba para tener presentaciones. Así comenzó a venir al país, donde se presentó en 2007, 2008, 2010, 2012, 2015 y después, las últimas dos, de 2023 y 2024.

“Después de la última visita del año 2015, a Chile sufrió mucho con el tema de su pierna y estuvo paralizado prácticamente ocho años sin salir de tour”, recuerda Jorge Ahues. Todo cambió cuando comenzó a trabajar con un nuevo manager, el croata Stefan Yuras. Este fue quien gestó el reencuentro de Di’Anno con Steve Harris, el líder de Iron Maiden. El grupo se comprometió a apoyarlo en su tratamiento. “Pero él nunca quiso seguir como la fisioterapia, nunca fue continuo en eso, siempre caía nuevamente en su adicción. Entonces, pese a todo él quiso seguir girando”, agrega Ahues.

Así se gestaron las últimas dos visitas de Di’Anno al país, con fechas en el Club Subterráneo, a las que se agregaron presentaciones en regiones. El mismo Jorge Ahues debió ir a buscarlo al aeropuerto y tuvo que gestionar el transporte. El detalle es que por sus problemas de movilidad, Di’Anno se desplazaba en silla de ruedas.

“Teníamos que conseguir una van especial donde pudiera tener esa rampa para subirnos en su silla de ruedas. Entonces, él también tenía siempre muchas peticiones especiales. Siempre pedía que hubiera tequila, mucho whisky también. Antes de salir al escenario se tenía que mandar unos shots”, cuenta Ahues.

En varias de sus presentaciones en el país, Di’Anno usó como soporte a la banda local Genghis Kahn, tributo oficial a la “doncella de hierro”. “Nos conocimos hace tiempo. Fuimos banda telonera de él en el galpón Víctor Jara (2008). Y después, volvimos a telonearlo en una gira por Chile y así, hasta que finalmente terminamos siendo su banda”, cuenta a Culto, Gonzalo Carrere, guitarrista y líder de la banda.

Con Genghis Kahn de apoyo, Di’Anno cantó en su último show en Chile, en enero pasado, el que se concentró en sus dos discos con Iron Maiden, es decir, temas como Prowler, Running Free, Sanctuary, entre otros. “Nosotros teníamos ese espíritu old school, entonces a él le caíamos bien. Le gustaba la performance que hacemos, movernos, lo pasaba muy bien en los conciertos, de hecho él valoraba mucho a este país”, dice Carrere.

Eso sí, con Di’Anno no había ensayos ni prueba de sonido. Él solo definía el set y llegaba a cantar. “Nunca, jamás prueba de sonido, ni ensayos con él, ni nada. Él llegaba al país, nos mandaban el setlist con las indicaciones, que había que bajar medio tono las canciones, y nosotros teníamos que ensayar. Paul llegaba antes del show y nos decía: ‘Bueno, esta hay que tocarla así o de esta forma’. Por ejemplo, la canción Killers, él hace una versión más corta. En 2023 nosotros habíamos preparado la versión original, Paul llega y lo primero que nos dice: ‘Oye, Killers, hay que tocarla distinto’”.

Como Di’Anno subía al escenario en silla de ruedas, para la prueba de sonido era el mismo Carrere quien probaba la microfonía para la voz. “Era toda una cuestión, porque tenía que sentarme para que el micrófono estuviera más o menos a la altura en la que él cantaba y así evitar los acoples. Y él me daba algunas indicaciones”.

Los que estuvieron cerca recuerdan que Paul Di’Anno era un tipo complejo. Su carácter callejero afloraba de cuando en cuando. “Tenía un carácter terrible -dice Jorge Ahues-. De repente te pedía que le llevara cosas a la pieza y cuando estabas entrando a darle la comida, porque le gustaba mucho la comida china que pedía acá, te mandaba la mierda. Onda: ‘sale de acá, hueón. Yo no te quiero ver, no quiero ver a nadie’. Tenía unas crisis, así como unas reacciones, tenía como estrés postraumático, él estaba diagnosticado con hartas crisis, tenía hartos temas de salud asociados, tenía una depresión también”.

Desde su costado como músico, Gonzalo Carrere también notó el carácter de Di’Anno, pero matiza. “Sí, era chucheta, completamente chucheta, pero en el fondo estaba lleno de cariño. Sí, era un viejo mañoso, pero en el fondo estaba lleno de cariño. Obviamente a veces le bajaba la cuestión, te la decía y te mandaba al carajo y todo. Eso sí, nunca con nosotros, con los músicos era particularmente respetuoso, le importaba mucho que estuviéramos bien”.

Paul Di'Anno en Chile Foto: Mariano Beuses

Pero según él, esos eran arranques puntuales. “Con todos sus achaques y con lo difícil que era para él moverse, tiraba una pachotada y ya. Después, igual estaba cagado la risa, no es que se lo tomara tan en serio, no es que se quedara en el odio, no. Él expresaba su enojo y después seguía riéndose. En realidad, Paul era un tipo muy agradable, muy conversador. Le gustaba mucho hablar, obviamente no de Iron Maiden, sino de sus cuestiones. Y era muy agradable”.

“Él tenía una actitud muy punk, fumaba como loco, tomaba también, se pegaba sus jales -recuerda Jorge Ahues-. De hecho, a él no le gustaba que lo asociaran al heavy metal, porque él decía: ‘a mí me gustan los Ramones, me gustan los Sex Pistols, no me gusta el heavy metal’, como que él entró a Maiden medio de rebote, siempre decía eso. De hecho, él se definía como un hooligan. Me decía ‘yo soy lo más cuma que vas a encontrar en Inglaterra, yo debería estar en la barra del West Han United. Yo no soy rockstar”.

Eso sí, Ahues pudo conversar con Di’Anno sobre sus días en Iron Maiden e incluso consiguió una revelación poco conocida sobre su participación en la fase inicial del disco The Number of the Beast (1982), el primero que tuvo a Bruce Dickinson en la voz. “Siempre hablaba mal de Bruce Dickinson, nunca le tuvo buena onda, decía que ‘es un cuico que se cree artista’ y eso también llevó a que la banda se distanciara de él. Y se llevaba muy mal con el mánager, Rod Smallwood. Lo que sí, me contó que él grabó unos demos del The Number of the Beast. Nadie sabía eso y me dijo: yo grabé Gangland, un tema icónico de ese disco y otro tema más, pero Steve Harris los tiene guardados”.

Por sus problemas de movilidad, Di’Anno tenía una agenda muy acotada en el país. “Hacía peticiones especiales, cajetillas de cigarros, lo teníamos alojado al lado del Costanera. No era mucho de salir, se quedaba en el hotel viendo partidos de fútbol, recuerda que era fanático del West Han United, el equipo le dedicó unas palabras en las redes sociales”, dice Ahues.

En su última visita a Chile, además del Club Subterráneo, Di’Anno se presentó en Puerto Montt, Concepción y Quilpué. “A él le gustaba tener a la gente encima, por eso le encantaba el Subterráneo, le encantaba La Bodeguita de Nicanor en Conce, aunque se asustaba cuando tiraban por arriba a la gente, pero a él le encantaba eso de la gente encima”, recuerda Gonzalo Carrere.

Una show que recuerda Carrere, es el del Trotamundos, de Quilpué. “Era un escenario grande, con harto espacio y con un segundo piso que se veía demasiado lindo, pero con la gente estaba encima, era un contacto directo con el público. Había que andar con el Beto, que era el guardaespaldas, alejando a la gente que no le cayera encima”.

La visita de Paul Di’Anno que no ocurrió

Tras ese show en Trotamundos, ocurrieron los incendios que arrasaron localidades de la región de Valparaíso. La noticia le llamó la atención a Paul Di’Anno, quien en sus redes sociales anunció su intención de volver a Quilpué para realizar un concierto a beneficio. Pese a que meses después comunicó su retiro de los escenarios, la idea todavía le rondaba. “Él quedó muy impactado con los incendios -dice Jorge Ahues-. Me decía, Jorge quiero volver a Quilpué y hacer un show gratis ahí. Estaba todo planificado, me lo contó Stefan, su manager”.

La misma idea era la que manejaba Gonzalo Carrere. “Lo agotaba esto de las giras por su condición, se supone que estaba como bien enfocado en la recuperación, pero él quería volver a Chile, él quería hacer el show a beneficio por lo de los incendios, lo quería hacer muy genuinamente. Le encantaba estar acá y quería ir mucho a Punta Arenas, porque decía que quería ir a ver a los pingüinos. Pero no pudo. Él tenía mucho cariño por Chile”.

Paul Di'Anno en Chile Foto: Mariano Beuses

Carrere no solo acompañó a Di’Anno en el escenario. Incluso se hizo cercano y de cuando en cuando conversaban. “Estuve chateando con él la semana pasada -recuerda-. A veces me escribía, porque en Quilpué le enseñamos a decir: ‘buena conchetumadre’, y se quedó pegado con eso. Entonces, me escribía eso y me contaba en qué estaba o despotricaba contra el West Ham. Eran comentarios así como bien aislado. No es que habláramos todos los días, pero había un diálogo permanente, muy en la talla, muy en la de pares. Eso es lo que a él le gustaba. Él no se sentía rockstar, le gustaba sentirse que estaba con pares”.

Según información confirmada a Culto, Paul Di’Anno será enterrado en el cementerio de la ciudad de Londres, cerca de donde yace su madre y su amigo Clive Burr (primer baterista de Maiden).

A tono con los próximos shows de Iron Maiden en el país (27 y 28 de noviembre en el Estadio Nacional), Maiden Chile prepara el evento The Future Past, una exposición agendada el 24 de noviembre en Sala Metrónomo que será la previa oficial y además tendrá homenaje a Di’Anno. “Haremos un tributo dedicado a Paul, reproduciendo completos el Iron Maiden y el Killers, además de reproducir saludos que mandó a MaidenChile”, dice Jorge Ahues. Además, el 26 de noviembre se celebrará un fan meet, en castillo Hamburgo, un evento que tendrá a Genghis Kahn de invitados.