Moon Safari, la historia del sorprendente disco debut de Air (y que sonará en Chile)
Publicado en enero de 1998, el álbum del dúo francés marcó un quiebre por su innovadora propuesta sonora, poco convencional, pese a estar arraigada entre el pasado y el futuro. Un disco creado al borde de un campo de golf, entre cenas, tazas de café y el ánimo por hacer algo distinto en un momento en que la oleada del brit pop comenzaba a pasar, y surgían nombres claves de la electrónica. Incluso fue un éxito en las pasarelas de moda. Acá, la historia tras el disco que la dupla interpretará en su próximo show en Chile, en el marco de Fauna Primavera.
Hubo un momento, a fines de los noventa, en que París volvió a ser una fiesta. La copa del mundo, los desfiles de moda y la nueva movida electrónica le habían dado un renovado aire al país. Eran los días en que Daft Punk, un enigmático dúo, sorprendía con Homework (1997), su disco debut, y en Reino Unido, los Chemical Brothers, otro dúo, estaban por lanzar el exitoso Surrender (1999). Todo se volverían nombres claves para la electrónica.
Fue en medio de esa vorágine en que apareció Air. Un dúo integrado por dos amigos, Jean-Benoît Dunckel y Nicolas Godin, quienes se conocieron en la escuela y ya habían probado suerte en otros grupos, sin mayor éxito. Luego, cada uno siguió su camino; Dunckel estudió física y Godin se interesó por la arquitectura. Pese a todo, siguieron en contacto, con la música como interés. Así comenzaron a trabajar como dupla, en el pequeño departamento de Godin en Montmartre, donde metieron un viejo piano eléctrico y una grabadora casera.
De alguna forma, la efervescencia del momento los impulsó. “Daft Punk estaba en la calle de nuestra casa en París y casi podíamos oír la música que hacían cuando abríamos la ventana durante las sesiones de la banda. Era finales de los años 90 y París de repente tenía una increíble escena de música electrónica: todos esos clubes estaban abriendo”, contó Jean-Benoît Dunckel a The Guardian.
Jean-Benoît Dunckel, recordó que en ese momento, tenía responsabilidades de vida adulta. Aún así, se jugó todo por Air. “No podía ir a todas las fiestas, porque generalmente estaba en casa con mi esposa cuidando a Solal, nuestro bebé. Éramos pobres. Sabía que nuestro sustento dependía del éxito de Air”.
Así comenzaron a trazar música. Más bien a alterar el audio, mezclando instrumentos como bajo eléctrico, guitarras, teclados, pianos Fender Rhodes y sintetizadores Moog. Todo para generar paisajes sonoros en clave pop, que decantaron en canciones. “La música rock no está realmente presente en nuestra cultura, pero la música electrónica es diferente. Cuando la descubrimos, de repente tuvimos una salida”, apuntó Godin en charla con The Guardian.
Ese espíritu les permitió llegar hasta algunas de las canciones incluidas en Moon Safari, su disco debut. Así salió, por ejemplo, Sexy Boy, que acabó publicada como single promocional. Todo partió de un riff. “Alguien me prestó un bajo Höfner de los años 60, el modelo que tocaba Paul McCartney en los Beatles -recordó Godin en la misma entrevista-. Como yo era guitarrista, lo puse en mi amplificador de guitarra, lo que dio este sonido increíble: muy fresco y seco. Un día le toqué un riff a JB y él dijo ‘chico sexy”' de la nada, y así fue como obtuvimos la canción. Si hubiéramos cantado ‘chica sexy’, habría sido un desastre. Sexy Boy sonaba diferente”.
Aquella canción, marcó el impulso para el resto del álbum. “La noche que hicimos Sexy Boy, supe que mi vida cambiaría. Antes de Daft Punk y de nosotros, el pop francés era sinónimo de Sacha Distel. Lo odiaba. Pero la música electrónica significaba que podías hacer música genial sin ser un rockero”, detalla Nicolas Godin.
Otras canciones salieron desde los gustos personales. “La canción New Star in the Sky (Chanson pour Solal) surgió porque había estudiado astrofísica y me interesaban las estrellas, los planetas y la teoría de la relatividad de Einstein. Cantaba sobre el espacio todo el tiempo y leía Crónicas marcianas de Ray Bradbury . Los personajes del libro se van de safari al pasado para ver dinosaurios. Me encantaba la palabra safari”, contó Jean-Benoît Dunckel en la misma entrevista.
El dúo trabajó en un estudio de la localidad de Versalles, situado al borde de un campo de golf. Ahí desplegaron un relajado sistema de trabajo. “Empezamos cada día bebiendo mucho café, luego hablamos mucho y antes de que te des cuenta llega la hora de comer -señaló Dunckel a The New York Times-. Después de comer, hacemos algo durante una o dos horas, luego hacemos una pausa y tratamos de encontrar la idea en ello. Luego, cenamos. Después de la cena, nos ponemos a trabajar”.
El cóctel de canciones funcionó porque eran poco convencionales. Era música espacial, pero a la vez, muy terrenal. Además incluían guiños al pasado, como en los bronces de Ce matin-là, que parecían como sacados de un disco de los Beach Boys. “A diferencia de las bandas estadounidenses o británicas, no siempre pensábamos en ‘verso-estribillo’. Y cantar en inglés nos hacía sonar aún más franceses, debido a nuestros marcados acentos. Descubrí a Beth Hirsch , que aparece como invitada en All I Need y You Make It Easy. Era mi vecina en Montmartre y nos hacía sonar como unos Carpenters de la era espacial”, detalla Godin.
Moon Safari llegó a las tiendas en enero de 1998. No solo fue un éxito en las disquerías, también llegó a las pasarelas de moda, cuando Sexy Boy comenzó a sonar en los desfiles. “La mezcla de Air de música espacial y fácil de escuchar con guiños a Serge Gainsbourg, Enzo Morricone, Bowie, los Beatles y Kraftwerk no podría estar más de moda. Sus sonidos renovados de los años 70, pasado-futuro, se hacen eco de la moda joven actual”, detallaba una nota del señero The New York Times, referida a la música que sonaba en eventos como Le Son de la Mode.
Además, el disco tuvo una muy buena aceptación por la crítica. “Las canciones y los paisajes sonoros que componen el álbum debut de Air, Moon Safari, pueden evocar el pop-jazz francés de Serge Gainsbourg en un momento y los álbumes de David Bowie producidos por Brian Eno en el siguiente; pero sobre todo lo que hace la música es provocar todos estos sentimientos espaciales y oníricos. Es música de fin de siglo: alta tecnología y conocimiento”, detalló el New York Times.
Según Dunckel, el éxito del disco, que van a interpretar al completo durante su próxima presentación en Fauna Primavera, este viernes 8 de noviembre, también se explica porque apareció en el momento y lugar adecuado. “Era el final del britpop y la gente quería algo más. Llegamos con esa música alienígena, psicodélica y loungecore que escuchabas un domingo por la mañana después de haber estado de fiesta la noche anterior. Y un mes después de que saliera Moon Safari, éramos un éxito”.
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