Cómodo, el emperador romano que peleó como gladiador en el Coliseo
Tal como aparece en Gladiador (2000), el emperador hijo de Marco Aurelio tuvo una afición por pelear en la arena del Coliseo como si fuese un gladiador más. Cazaba animales pero también enfrentaba a otros luchadores, claro que en condiciones ventajosas y con una espada de madera. Esta es la historia.
Hacia la parte final de Gladiador (2000), Cómodo (Joaquin Phoenix) organiza un espectáculo en el Coliseo en el que lucha mano a mano con Máximo (Russell Crowe), con el fin de acabar públicamente con su rival. Sin embargo, a pesar de que lucha con ventaja porque Máximo está herido, todo le sale mal y es finalmente el exgeneral romano quien se hace con el triunfo.
Más allá de la ficción, esa parte tiene cierto asidero histórico. Cómodo efectivamente luchó como gladiador en el Coliseo, aunque la realidad fue menos espectacular que lo mostrado en el filme de Ridley Scott. Así lo comentan los historiadores británicos Keith Hopkins y Mary Beard en su libro El Coliseo (Crítica), recientemente publicado.
“Se supone que participó en centenares de luchas de gladiadores (en privado, según decían, estos combates eran a muerte, o por lo menos rebanó unas cuantas narices de sus adversarios; en público solamente eran exhibiciones, con espadas de madera y sin derramamiento de sangre)”.
Hopkins y Beard citan la ocasión en que Cómodo peleó como un gladiador más delante de todo el público. Claro que en condiciones bastante favorables para él. “Por la tarde peleó en un combate de exhibición como gladiador, armado con un escudo y una espada de madera, contra un adversario que solo disponía de un palo de madera. Como era de esperar, Cómodo venció y a continuación se acomodó para ver combates reales, algunos de ellos los contempló desde una plataforma en la arena, vestido como el dios Mercurio”.
Además, Cómodo demostraba su destreza en el Coliseo enfrentándose a animales. Así lo explican Hopkins y Beard. “Dion (Casio) describe un incidente concreto inolvidable que provocó el pánico a la vez que disgustó y divirtió a los senadores de las primeras filas. Cómodo acababa de matar a un avestruz en la arena y le había cortado la cabeza. Se aproximó a los senadores sosteniendo la cabeza del avestruz en su mano izquierda y una espada ensangrentada en la derecha y, sin pronunciar palabra, les sonrió, como si les quisiera decir que haría o podría hacer lo mismo con ellos”.
No solo aves tuvieron la desgracia de toparse con Cómodo, también otros mamíferos mayores. “En una ocasión, Cómo inauguró el gran espectáculo matando a cien osos con lanzas arrojadas desde unos pasillos que dividían la arena construidos para la ocasión. Como insinúa Dion Casio, era más una demostración de puntería que de coraje”, citan Hopkins y Beard, y agregan: “Al día siguiente abatió a algunos animales domésticos relativamente inofensivos, algunos de ellos atrapados en redes (solo por precaución), además de un tigre, un hipopótamo y un elefante”.
Tanto era el gusto del emperador por los juegos, que incluso llegó a tomar una medida extrema, así lo aseguran Hopkins y Beard. “Según un chismoso biógrafo tardío, que como mínimo refleja los rumores de la época, hizo cambiar las facciones de la gran estatua del Coloso para que se pareciera a él, y la titulatura inscrita en la base de la estatua incluía dos nuevos sobrenombres imperiales: ‘Gladiador’ y ‘Travestido’ (en latín, Effeminatus)”.
Como en la película, el Cómodo real tuvo un final trágico. “Fue asesinado en el 192 d.C. por un complot letal entre su amante, el mayordomo jefe y el comandante de la guardia. Es de suponer que habrían descubierto sus planes para matarlos a todos que el emperador, por descuido, había dejado escritos en una tablilla de madera cuando cayó vencido por el sueño ebrio tras la comida”. Al parecer, Cómodo no era muy querido entre la clase patricia romana. “Cuando fue asesinado, entre las alegres aclamaciones del Senado se oía, al parecer, el estribillo ‘Echad al gladiador al osario’”.
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