Musa de Buñuel por elección, veinte años en la TV mexicana y carrera política: las claves del legado de Silvia Pinal
El cine mexicano y mundial lamenta la pérdida de Silvia Pinal, quien falleció este jueves a los 93 años. La destacada artista desarrolló su carrera en el ocaso de la Época de Oro del cine de ese país y se consolidó como estrella mundial al trabajar con el español Luis Buñuel. También, se volvió un rostro habitual de la televisión gracias al programa Mujer, Casos de la Vida Real; e incursionó por una década en la política.
Este jueves falleció la mexicana Silvia Pinal, actriz que representa la Época de Oro del cine de su país. En sus 93 años de vida incursionó en la pantalla grande con cerca de cien películas; en la televisión, con telenovelas y programas; e incluso en la política. Su versatilidad y cercanía con el público la posicionan como una de las figuras más queridas de México y diversos rostros han lamentado su partida, incluyendo a la presidenta Claudia Sheinbaum.
La actriz ya presentaba un delicado estado de salud. Había sido hospitalizada el 21 de noviembre por una infección urinaria, en Ciudad de México, que evolucionó negativamente hasta desembocar en problemas pulmonares.
Su vida personal estuvo marcada por cuatro matrimonios, el abuso físico y sexual por uno de sus esposos y la muerte de una de sus hijas, a los 18 años, en un accidente de auto; y el fallecimiento de su nieta de 2 años. Ambas se llamaban Viridiana, igual que el personaje que interpretó en la película homónima dirigida por Luis Buñuel y que la catapultó a la fama internacional.
Su biografía fue retratada en la serie Silvia Pinal, frente a ti (2019), producida por Carla Estrada para Televisa. Los veintiún episodios están basados en el libro Esta soy yo: Silvia Pinal (2015), escrito por la actriz.
Su época de oro
Quería ser cantante de ópera, pero terminó debutando como extra en una representación de Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare. Así, poco a poco comenzó a aparecer en comerciales y comedias de menor impacto, para luego adentrase de lleno en el mundo de las tablas en la compañía de Teatro Ideal.
En 1948, Silvia Pinal debutó en su primera película con un papel pequeño en la cinta El pecado de Laura (1949), en la que trabajó junto a Rafael Banquells, su primer esposo. Ese fue el inicio de un largo camino en el cine. Los títulos suman y siguen, siendo la cinta El amor no es ciego (1950) donde interpretó su primer coestelar.
El inicio de la Época de Oro del cine mexicano se fecha en 1936 y estaba en plena marcha cuando Silvia Pinal trabajaba en su carrera. Fue gracias a un contrato con los estudios FILMEX, de Gregorio Wallerstein, que pudo subirse a la ola del éxito. En 1954, Pinal participó en Un extraño en la escalera, coprotagonizada con el consagrado actor mexicano Arturo de Córdova; que fue un éxito en taquilla y puso a Pinal en el centro de la industria.
Tal fue su impacto que el pintor mexicano Diego Rivera, esposo de Frida Kahlo, le hizo su propio retrato.
Continuó rodando películas en México y luego dio el salto a Europa, con filmes como Las locuras de Bárbara (1958) o Charleston (1959).
Con ayuda de su segundo esposo, el empresario de muebles Gustavo Alatriste, se ensimismó en la idea de trabajar con el director español Luis Buñuel, que por esos años era uno de los realizadores más importantes de la industria mundial. “Yo escogí a Buñuel, no él a mí. Cuando conocí su obra me encantó, me enamoré de su cine, de su humor negro, de su manera de ser y supe que no descansaría hasta ser dirigida por él y lo logré. Don Luis era un hombre estricto, exacto, maravilloso. Trabajar con él fue una experiencia que jamás volví vivir, jamás me sentí tan gran actriz como él me hizo sentir”, escribió Silvia Pinal en su biografía.
Gustavo Alatriste financió y produjo las tres cintas de Buñuel que fueron protagonizadas por su esposa: Viridiana (1961)—la primera cinta mexicana que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes—, El ángel exterminador (1962) y la inconclusa Simón del desierto (1965).
Durante su carrera, Pinal grabó películas con Pedro Infante, Mario Moreno (Cantinflas) y Germán Valdés (Tin Tán, conocido como hermano de Don Ramón). Su último trabajo fue el cortometraje El escandaloso encanto de los egos rotos (2022).
Mujer, casos de la vida real
En 1968 Silvia Pinal incursionó en la televisión. Su primera telenovela fue Los caudillos, que contaba historia de los líderes históricos de México y, junto a su hija, Viridiana Alatriste, protagonizó la telenovela Mañana es primavera (1982).
Fue presentadora junto a su esposo Enrique Guzmán del programa Silvia y Enrique. Ambos se casaron en 1967 y tuvieron dos hijos, Alejandra y Luis Enrique. Sin embargo, la relación distaba de lo mostrado en televisión. Según reveló la actriz, sufrió abuso físico y sexual por parte de su marido.
Esa fue una de las motivaciones para crear Mujer, casos de la vida real, un programa que recreaba las historias dramáticas enviadas por los televidentes a través de cartas. El espacio de Televisa duraba aproximadamente una hora, era emitido por Canal de las Estrellas y, por supuesto, presentado por Silvia Pinal. Tal fue su éxito que duró 20 años al aire, desde 1986 hasta 2007.
Su último trabajo televisivo fue en una telenovela Mi marido tiene más familia, en 2018.
Carrera política
Fue secretaria general de la Asociación Nacional de Intérpretes, la Asociación Nacional de Actores y promotora de obras musicales en teatros del país.
En 1991, se convirtió en miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al igual que su cuarto y último esposo, Tulio Hernández Gómez, quien fue gobernador de Tlaxcala.
Por el PRI fue electa como diputada federal, luego como senadora y representante de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal de México. Ocupó cargos públicos hasta el año 2000. Dentro de sus logros políticos destacan, por ejemplo, la aprobación de la reforma a la Ley Cinematográfica, para reconocer el derecho de intérprete.
También protagonizó algunas polémicas. En el 2000 permaneció un año en Miami, pues en México fue acusada de malversar fondos de la Asociación Nacional de Productores de Teatro (Protea), que ella fundó. No obstante, la situación fue aclarada y se eliminaron los cargos.
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