Columna de Daniela Lagos: Senna: San Ayrton

Senna wsp
Columna de Daniela Lagos: Senna: San Ayrton

Pero no todo pueden ser aplausos, porque la producción desde su primer capítulo y hasta el último cae en la falla de presentar a un Ayrton Senna prácticamente perfecto, que nunca se equivoca, que incluso frente a claras injusticias responde con mesura y control, que en sus rivalidades deportivas siempre es quien juega limpio, que en su vida privada no tiene caídas. Un santo y un mártir.



En el mundo del automovilismo hay un antes y un después del 1 de mayo de 1994, el día en que el brasileño Ayrton Senna murió en una pista de carreras en Italia. Fue la partida del que según muchos era el mejor piloto de Fórmula 1 del mundo, un genio detrás del volante que sólo tenía 34 años y aún estaba lleno de ambiciones.

Ese accidente es la primera escena de Senna, la miniserie de seis episodios estrenada en Netflix que repasa la vida del corredor nacido en Sao Paulo, reviviendo breves momentos de su infancia y adolescencia, pero enfocándose sobre todo en lo que ocurre desde sus 21 años, cuando parte a vivir a Inglaterra para probar suerte en la Fórmula Ford, una categoría de carreras que sería su primer paso en el profesionalismo.

Senna wsp
Senna: cómo es la serie que rescata la figura del piloto brasileño SENNA. (L to R) Gabriel Leone as Ayrton Senna in Senna. Cr. Alan Roskyn/Netflix ©2024

Así se desarrolla una serie que si bien toca en la vida personal de Senna, transcurre sobre todo en la pista de carreras y también en los pasillos de la política que rodea el deporte. Los aparentes favoritismos de la Federación Internacional del Automóvil (la FIFA de la Fórmula 1) por los corredores europeos, las injusticias, rivalidades y también la falta de preocupación por la seguridad de los pilotos.

Con todos estos elementos, Senna es sin duda una buena serie, que cuenta con un actor protagónico (Gabriel Leone) totalmente a la altura de una de las producciones latinas más ambiciosas de Netflix.

También, en una buena noticia para los fans de las carreras de autos, hay emocionantes y creíbles escenas de competiciones que combinan grabaciones, efectos especiales e imágenes de archivo para llevar al espectador en un viaje a la pista, a veces por más de cinco minutos seguidos, acercándolo a lo que ocurre adentro y alrededor de un vehículo que va a cientos de kilómetros por hora.

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SENNA. (L to R) Matt Mella as Alain Prost, Gabriel Leone as Ayrton Senna in Senna. Cr. Alan Roskyn/Netflix ©2024

Pero no todo pueden ser aplausos, porque la producción desde su primer capítulo y hasta el último cae en la falla de presentar a un Ayrton Senna prácticamente perfecto, que nunca se equivoca, que incluso frente a claras injusticias responde con mesura y control, que en sus rivalidades deportivas siempre es quien juega limpio, que en su vida privada no tiene caídas. Un santo y un mártir.

Si se hace una búsqueda rápida en internet de la serie, se puede ver que está producida por Netflix junto con Senna Brands, los proyectos y marcas que mantienen viva la figura del piloto, y puede ser que hayan tenido demasiada opinión o poder de veto, pero el resultado es una apuesta a la que le falta contrapeso. Y esto no es una solicitud de morbo o farándula, sino que la necesidad de ver un personaje más completo.

En el tercer episodio, el brasileño dice a la prensa que ha sacrificado mucho para llegar donde está, que siente un vacío dentro suyo. Eso no está reflejado en ningún momento de la serie y hace falta. Mientras, es una producción entretenida y sin duda nostálgica, pero que se queda coja en su relato.

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