La llegada de The Beatles a Estados Unidos, en febrero de 1964, fue casi un alunizaje. El grupo llegó al país en medio de una creciente efervescencia, a meses del asesinato del presidente John F. Kennedy. Las fans los buscaron y persiguieron hasta el Hotel Plaza, en un fervor que siempre a punto desbordar, como retrata el documental Beatles ‘64, recién estrenado en Disney+.
Los de Liverpool prácticamente no conocían a nadie en Estados Unidos. O casi. Tiempo atrás, en una fiesta en la casa de Tony Hall, un afamado pinchadiscos, George Harrison y John Lennon habían conocido a Phil Spector, el productor estadounidense inventor de la técnica del wall of sound. Y junto a él, conocieron a las Ronettes, el trío vocal femenino integrado por las hermanas Ronnie y Estelle, junto a su prima Nedra Telly, que por entonces estaban en boga por su hit Be my baby.
“Nos habían visto el domingo por la noche en el London Palladium y dijeron: ‘Tenemos que conocer a estas chicas de pelo largo y negro’”, contó Ronnie Spector a la revista People. Allí ocurrió un acercamiento de Lennon hacia Ronnie, a pesar de que el Beatle era casado y la cantante ya salía con Phil Spector. “John me llevó a una habitación para mostrarme las hermosas luces de Londres”, recordó. “Le dije: ‘Guau, es tan hermoso’. Y él dijo: ‘Sí, lo eres’”, detalló.
No fue el único. Según la biografía de Harrison publicada por Philip Norman, el “Beatle silencioso” también generó un lazo. “George no se sintió atraído por la cantante principal, Veronica ‘Ronnie’ Bennett, sino por su hermana mayor, Estelle, de quien se decía que era la “tranquila” del grupo, como él mismo en los Beatles”.
Como sea, Lennon y Harrison hicieron de chaperones de las Ronettes en Londres. “Me llevaba a clubes y me llevaba a Carnaby Street para comprar todas las camisetas. No sabíamos qué había en Londres, así que John decía: ‘No te preocupes, Ronnie: te llevaré’. Y luego, por la noche, nos llevaban a clubes”, contó Ronnie en la misma entrevista.
El mismo Lennon constató la potencia de la interpretación de Ronnie. “Recuerdo una noche que estaba con John y me dijo: ‘Ronnie, cántame un poco de Be my Baby al oído’. Así que le dije [con voz plena] ‘¡Sé mi pequeño bebé!’ Y casi se desmaya. No puedo cantar bajo, tuve que darlo todo. Le voló la cabeza”.
En otra ocasión decidieron una salida doble, John y George, junto a Ronnie y Estelle. Pero no salió como lo esperaban. “Mi madre nos acompañaba a todas partes -recordó Ronnie-. John y George nos recogían en el hotel para llevarnos a cenar. Eran tan amables y educados que nos decían: ‘Señora Bennett, ¿le gustaría ir a cenar con nosotros?’. Y mi madre decía: ‘Claro, ¡déjeme coger mi cartera!’. ¡Casi me da un infarto! Estábamos en la edad en la que queríamos salir y divertirnos, ¿y ahí estaba mamá con nosotros? No, no, no. Pero no sabíamos cómo decirlo. Así que la llevamos a cenar como niñas buenas y, por supuesto, John y George eran tan educados: ‘Está bien, señora Bennett, la esperaremos a que recoja su cartera’. Y yo los miraba: ‘¡Queremos ver Inglaterra sin mamá!’”.
Por ello, una vez que los Beatles llegaron a Nueva York, buscaron a las Ronettes para tener alguna cara conocida junto a ellos. “Nos llamaron nada más llegar, porque no conocían a nadie aquí -cuenta Ronnie Spector, en el documental Beatles ‘64 recién estrenado en la plataforma Disney+-. John llamó a casa y dijo ‘Ronnie, estamos presos, no podemos salir. Está todo rodeado de chicas, el edificio del Plaza entero”.
“Fui hasta allí con las otras dos Ronettes, subimos -recuerda la cantante-. Estábamos arriba, comiendo sándwiches en el suelo, escuchando vinilos, pasándolo bien con todos los Beatles, y entonces, no dejaban de entrar The Supremes, Jay and the Americans, decían ‘ay, tenemos que sacarnos fotos’”.
Por supuesto, para los Fab la chance de conversar con artistas locales les llamaba la atención. “Querían saberlo todo de Estados Unidos, la comida, los grupos, el baile. Nos preguntaron por Little Richard, Chuck Berry, The Marvelettes. Querían saber qué hacían en el escenario, les dije que se abrían de piernas, y que Little Richard hacía ‘uhhh’ y Paul dijo ‘ahh, uhhhh’ todos empezamos a hacer ‘uhhhh’”.
Pero los Beatles deseaban salir, aunque fuera un momento. “Conseguí una limusina, bajamos por detrás y fuimos a Harlem -recuerda Ronnie en el documental-. Les dije que íbamos a Harlem y nadie los reconocería allí. Y así fue, los tomaron por unos hispanos raritos (...) fue genial, les encantó que nadie les prestara atención”.
Sin embargo, lo de George con Estelle no prosperó y no retomaron ese idilio más bien privado que habían comenzado en Londres. “La privacidad había desparecido de su vida; además, Brian (Epstein, el manare del grupo), sabía las consecuencias que tendría en Estados Unidos de 1964 que uno de sus chicos tuviera una relación interracial”, explica Philip Norman en su citada biografía del “Beatle silencioso”.
Con todo, aquella visita de Harlem no sería la última salida de las Ronettes saldrían junto a los Beatles. Dos años después, en agosto de 1966, las Ronettes se unirían a los Beatles en su gira de 14 ciudades de los Estados Unidos y Canadá como uno de los actos de apertura. Aquel sería su último tour por Norteamérica, marcando la presencia del trío vocal en los momentos clave del encuentro de los de Liverpool con el gigante del norte.