La imagen de Kurt Cobain, cantando entre velas y flores en la histórica sesión Unplugged de Nirvana, resultó impactante para Juan “Iñaki” Vicente, director ejecutivo de Chilevisión y GM de Paramount Chile. Lo había visto en los años noventa “y me quedé con el bichito”, recuerda a Culto. “Entonces cuando me sumé a Paramount, hace tres años atrás y supe que MTV estaba dentro de la familia de Paramount, yo dije: hay que hacer un MTV Unplugged. Tenía esa obsesión”.
Esa obsesión comenzó a tomar cuerpo en julio de 2023. Ahí Iñaki Vicente tomó el teléfono y llamó a Eduardo Lebrija, VP ejecutivo y líder regional de Paramount Latinoamérica. “Le planteo que tratemos de revivir la marca del MTV Unplugged y él me dice ¿y cuál es la banda? Mira, pensaba en Los Bunkers, le respondí”.
A Lebrija le gustó la idea. Más por el hecho de que el grupo penquista cuenta con una importante presencia en México. Fue así que se iniciaron las gestiones para concretar un proyecto que también había estado en el horizonte de expectativas de la banda. Según Iñaki Vicente, planteó desde el comienzo la idea de que fuera producido y grabado en el país, marcando además un hito respecto a los otros dos Unplugged chilenos (de Los Tres y La Ley), que fueron grabados en Miami. “Fue fácil esa conversación, tenía sentido hacerlo en el territorio porque ahí está su raíz. Y además, porque fuimos competitivos en términos de producción”.
Ya hacia finales de ese año se había sumado al cineasta Pablo Larraín al proyecto, tras una conversación informal con el grupo. Con él se trazaron las primeras líneas de la producción audiovisual, como las distintas partes del programa, la presencia del público vestido con ropa oscura, entre otros detalles. “Eso tiene que ver con la visión de Pablo, nos la compartió y la fuimos desarrollando a través de muchas conversaciones -recuerda el cantante Álvaro López a Culto-. Él nos explicó de forma bien clara el tipo de iluminación, los colores que quería proponer. Desde temprano, él tuvo una visión clara”.
Así se diseñó también la escenografía trazada por la directora de arte del canal, Paulina Braithwaite. Esta se montó en el estudio tres, el más grande que tiene CHV, donde se desarrollan algunos programas estelares como The Voice. La idea evocaba al concepto de las arpilleras. “Eso tenía que ver con algunas cosas que habíamos conversado con respecto al concepto de lo que queríamos hacer musicalmente, que era algo muy latinoamericano”, explica Francis Durán.
En julio de este año la banda comenzó a trabajar su repertorio en sesiones repartidas entre Santiago y Ciudad de México junto al músico Emmanuel “Meme” del Real, integrante de Café Tacvba, quien los conocía tras haber sido productor musical de sus discos Música Libre (2010) y La velocidad de la luz (2013). “Primero hubo un proceso en México, fue toda una conversación en su sala de ensayo en relación a contextualizar y conceptualizar el proyecto. Entonces, ahí empezaron los ensayos y muchas de las canciones fueron prueba y error. Y ya en Santiago estaba un poquito más afinado todo eso. Sin embargo, de todas maneras se seguían probando algunas canciones hasta que se llegó un repertorio más definido, porque en un momento dado había que ya cerrar filas”, cuenta a Culto.
El músico mexicano explica el concepto que trazaron para trabajar el material. “Las canciones ya no son nada más canciones que compusieron, que tocaron, sino ya son canciones de la gente. Y esas canciones hay que cuidarlas, cuidar al público, cuidar que estén ahí, que cuando las escuchen sean muy reconocibles, pero que también tengan un tinte novedoso. Algunas son más acercadas a la versión original, pero en eso también hay que ayudarle al público a descubrir otra posibilidad, otra versión del grupo”.
Del Real, cuenta que en la dinámica de trabajo con Los Bunkers para este proyecto se coló parte de su experiencia tocando en dos sesiones Unplugged con su banda. “Hay cosas que yo empiezo a notar y que me puedo anticipar, o que puedo pensar en cómo se va a traducir, qué es lo que me parece puede sobrar o puede faltar -asegura-. Y de pronto, un poco mi tarea también es cuestionar, confrontar algunas ideas o conceptos que de pronto puede haber una posibilidad o una oportunidad de practicarlo, ejecutarlo o hacerlo de otra manera. Es como: a ver, hagamos un ejercicio. Ya el ejercicio lo resuelven ellos a su modo y vemos si funciona o no”.
Para Natalia Pérez, Cancamusa, la baterista que acompaña al grupo, el formato acústico le impuso un trabajo especial en su instrumento. “Fue un desafío, porque veníamos de tocar en el Estadio Nacional muy fuerte, mucho tiempo. O sea, la intensidad fue lo primero que bajamos, pero pienso que la principal búsqueda y el principal desafío fue ir hacia otros lugares como timbrístico o estético, buscar nuevos colores, indagar más en la música latinoamericana y traer esos colores a las canciones, porque la idea era llegar más allá de bajar el volumen. Había que reinterpretar, reversionar y llevar las canciones a nuevos lugares. Entonces, siento que ese era el desafío y fue el desafío más grande que bajar el volumen”.
Fue en ese proceso de prueba y error en que el grupo llegó hasta la idea de sumar un cuarteto de cuerdas. “En principio no estaba la idea llevar un cuarteto -explica Mauricio Durán-. Todo se dio buscando un arreglo para Llueve sobre la ciudad, porque la queríamos hacer de una manera que fuera muy distinta la versión original”.
Y en esa búsqueda apareció Raúl Céspedes, guitarrista de Bloque Depresivo. A él lo contactó Martín Benavides, uno de los músicos que Los Bunkers habían sumado como apoyo para la sesión. “Él me llama y me dice oiga colega ¿qué le parece esto? Era como finales de agosto, pero dije, ya, me la juego”, recuerda a Culto. Con el tiempo corriendo, trabajó con las directrices que le planteó Francis Durán. “Él me dijo, mira la idea es que el cuarteto sea lo central, que sea capaz de sostener el tema solo. Y lo segundo, fue un desafío, que lo hiciera diferente, la idea es que cuando parta, en los primeros segundos la gente no se de cuenta de qué se trata”. Por eso es que escribió la partitura que incluye una pequeña pieza de apertura antes de lanzarse en stacattos.
Asimismo, fue Céspedes quien sugirió a Los Bunkers la inclusión del cuarteto Austral para interpretar el arreglo. “Con las chicas del cuarteto nos conocemos hace tiempo, hemos trabajado juntos en cosas con el Camilo Salinas, con el mismo Martín, otras cosas con el Bloque. Lo interesante es que ellas han grabado discos como cuarteto Austral, es su proyecto, son como una banda, pero en modo clásico”.
Entre Céspedes y el grupo hubo una comunicación total. “Trabajamos muy de la mano con él, le contamos qué tipo de arreglo queríamos y también iba mucho a la sala de ensayos, a ver lo que estábamos tocando”, recuerda Mauricio Durán.
De El hombre es un continente a McCartney andino
Durante el trabajo previo, Los Bunkers decidieron sumar una nueva canción. Así trabajaron El hombre es un continente, estrenada en el Unplugged. “Creo que estaba hace un par de meses antes, no sé si fue escrita pensando en el concierto -apunta Mauricio Durán-. Cuando empezamos a probar ideas nuevas para el concierto, manejamos como once ideas que traíamos entre todos, algunas más terminada, otra menos terminadas. Al final votamos y ganó esa”.
La canción destaca por su letra reflexiva. “El hombre es un continente, por dónde pasa la vida/Retazo de piel divina que se transforma en especie”, dice. Una idea que salió desde la contingencia. “Había mucho caos en las noticias y todo eso -recuerda Mauricio Durán-. Entonces, como que de repente a uno le sale la cosa media esperanzada. Tratar de escribir algo medio esperanzador, como cuando uno ve que está todo como muy oscuro”.
Para esa nueva canción, Los Bunkers también le pidieron un arreglo de cuerdas a Raúl Céspedes. “Me pasaron un demo de lo que habían grabado en el ensayo y sobre eso me puse a trabajar”, recuerda el músico. La canción se fue transformando con las sesiones. “El Meme propuso unos cambios de estructura que no eran propios de la original. Es una canción muy chilena, el título es muy Patricio Manns, es como bien Inti Illimani, pero no suena a eso”.
Como el trabajo de Céspedes le gustó a la banda, le propusieron que trabajara en una canción más, Si estás pensando mal de mi. “Ya faltaba menos, estábamos como a mitad de septiembre, pero dije vamos. Me dijeron que querían que suene más Chicago y no tan Miami. Les pedí referencias y me pasaron cosas setenteras como de Marvin Gaye”.
A esa canción sumaron además a Meme del Real para cantar. Una jugada que tenía un antecedente previo. “Habíamos hecho una versión en vivo de ese tema en el Palacio de los Deportes con Meme, que se había subido a cantar con nosotros -recuerda Mauricio Durán-. Entonces, aprovechando que estaba produciendo el proyecto junto a nosotros, el invitarlo a cantar era algo entretenido”. Eso terminó por cerrar ese bloque del show.
Cancamusa también cantó partes de otras canciones, como el estribillo de Rey. “Fue una idea de ellos invitarme a cantar los coros de Rey -recuerda-. Fue una oportunidad de explorar esa canción también desde otro lugar. Siempre es un desafío interpretar canciones de otras personas. Para mí es una canción muy bonita que resume también muy bien el regreso de Los Bunkers. Y para mí, un honor de haber interpretado esa canción desde la batería, así que estoy muy contenta con eso”.
En el Unplugged se sumaron versiones. Una es para la clásica Quiero dormir cansado, el tema de Manuel Alejandro y Ana Magdalena, popularizado por Emmanuel. “Estábamos trabajando en el ensayo y alguien empezó a tirar los acordes, alguien empezó a cantar, fue algo muy espontáneo”, recuerda Francis Durán. Ahí definieron la invitación a Mon Laferte. “Nos dimos cuenta que era el momento perfecto para ella -apunta Álvaro López-. Fue de los primeros nombres que se pusieron sobre la mesa al momento de pensar en invitados. La oportunidad de trabajar con ella es algo que estaba rondando por por el grupo, hace ya un buen tiempo y solo faltaba la oportunidad adecuada para poder llevarlo a cabo. El resultado es muy bonito. Ella se toma la canción de muy buena forma y para mí fue un agrado cantar con ella”.
Para Francis Durán ese momento es también una declaración. “El hecho de invitar a Mon, el hecho de que sea un tema de Manuel Alejandro, que sea un tema conocido por un artista mexicano como Emmanuel, encierra mucho de la historia del grupo. Tiene que ver con Chile, tiene que ver con México, una especie de circuito que se cierra y por eso yo creo que finalmente lo incluimos”.
La otra versión es la de Let’em in, el tema compuesto por Paul McCartney para su proyecto Wings en 1976, que se trabajó con un arreglo en que destacan el charango y las quenas. “Es una bonita canción de McCartney, la fuimos trabajando, desarrollando de a poco -cuenta Gonzalo López-. Y la verdad que fue un trabajo muy bonito el de los arreglos que se hicieron con Martín, el vibráfono, todo ese momento. La verdad es que fue un trabajo de mucha concentración, porque tiene muchos pequeños grandes detalles. Así que fue algo muy bonito de sumar a la serie de canciones”.
El arreglo, según la banda, de alguna forma también resume su propuesta. “El haberle puesto el charango y la quena en la versión y darle un carácter andino, creo que eso resume muy bien lo que es la banda -dice Mauricio Durán-. Es tener una pata como en el pop mundial y la una pata puesta en los intereses más locales. Creo que si no hubiésemos llegado al arreglo para ese tema habría sido muy difícil que quedara dentro, por más que no hubiese gustado”.
El pasado jueves 12, el MTV Unplugged de Los Bunkers logró el mejor día de apertura para un estreno nacional en el 2024, con más de 6.000 espectadores en las salas chilenas, según datos de Andes Films. Luego del estreno en cines, el concierto se transmitirá por MTV, Chilevisión y Direct TV. Para Iñaki Vicente, se trata de un hito. “Nos ponemos en el tapete como un productor internacional de calidad. Nos pone en otro estándar internacional como televisión, como casa productora, no como un broadcaster de televisión solamente. Pero también generó algo que es el orgullo del equipo interno de producir un producto que está en salas de cine, que se va a ver en países, en otros países de Latinoamérica”.