Aterciopelados: “Nosotros aquí seguimos haciendo el contrapeso”

“Yo no soy tan agradecida en general. Soy más criticona y quejona”, asegura Andrea Echeverri, vocalista de la banda colombiana Aterciopelados. La artista se refiere al título de su nuevo EP, Agradecida, lanzado el 22 de noviembre pasado. “Digamos que en general mis canciones van más como a defender mi espacio personal en un medio totalmente contrario a lo que yo pienso y siento. Entonces, pues, nunca voy de agradecimiento”.

Sin embargo, después de que casi dos años de encierro debido a la pandemia por el COVID-19, Echeverri cuenta que la inundó un sentimiento de agradecimiento, algo que coincidió con sus primeros shows pospandemia en la gira Gracias Totales (realizada por Zeta Bosio y Charly Alberti, junto a invitados). “Es agradecimiento incluso al COVID y a estar vivo y a la gente que lo escucha a uno y a uno mismo. A las cosas buenas y a las cosas malas que han pasado”, revela para Culto.

“Yo creo que cuando has estado encerrado o cuando estás enfermo o cuando el avión se está moviendo así de horrores, como que tu yo más dulcecito aflora, ¿no? Entonces, esa canción está teñida de ese color”.

El EP de la banda colombiana se compone por tres canciones: No estamos solos, Primero estaba el Mar y Agradecida, una colaboración con el compositor argentino Gustavo Santaolalla y la artista chilena Camila Moreno que una fusiona el vals y el rock alternativo, con guitarras eléctricas y acústicas. “Con Camila nos conocimos hace rato, como en algún viaje nuestro a Chile. Creo que ella recién se había ganado como un concurso y le habían sacado ese álbum lindísimo, Almismotiempo. Ese me lo regaló y pues, ¡fan!”, expresó Echeverri.

Desde entonces, la colombiana ha cantado en más de una canción de Moreno e incluso han tocado juntas. “Yo vi que ella estaba en Bogotá tocando y le puse un mensajito y le dije, ‘oye Cami, ¿por qué no vienes a mi casa y cantas un ratico?’ Y vino. Fue como superorgánico, fluido, de amigas”, expresa. “Yo creo que le da una cosa a la canción muy hermosa, porque pues, yo canto como un poco durito, digamos, rudito. Y pues ella, con esa dulzura que todo lo envuelve, quedó muy hermoso”.

Como homenaje a las raíces culturales de Aterciopelados con una visión futurista, Agradecida pretende ser la antesala del décimo álbum de estudio de la banda, Genes Rebeldes. “Pues Atercios es muy ecléctico, entonces, pues, vienen cosas distintas -y en mi caso no tan agradecidas- Yo creo que más como a mi estilo que es más regañón”, asegura.

La artista asegura que en febrero lanzarán tres canciones y en marzo otras tres, que en palabras de la artista serán “ultra feministas y ultra críticas de la música de ahora y de lo que ahora dicen que es feminismo”. Por su lado, Héctor Buitrago, revela que estará mostrando su voz en este disco. “Eso también no lo había hecho y esa canción es muy política, muy combativa”. Además, agrega que se trata de un disco variado en géneros y temáticas: “Hay de todo, hay de todo, hay bastante humor como de costumbre”.

Agradecida no es el único gran lanzamiento que protagonizó la banda este año. El 15 de marzo pasado Echeverri y Buitrago lanzaron la versión en vivo de su álbum más popular: El Dorado, proyecto que recibió el Latin Grammy a “Mejor Álbum de Rock”, sumando su cuarto galardón en la prestigiosa premiación y reafirmándose como una de las agrupaciones más influyentes de Colombia y Latinoamérica.

—¿Cómo se dio la grabación de este disco en vivo?

HB: El Dorado es el disco más conocido de Aterciopelados y realmente fue un álbum muy importante porque sonó en toda Latinoamérica. Fue un momento muy especial en la música latinoamericana, del rock. Estaban todos los canales disponibles para que la gente pudiera escucharlo rápidamente. El Dorado fue el disco colombiano de ese momento. Una búsqueda de identidad, una búsqueda también de lo ancestral, de la riqueza espiritual de Colombia y de Sudamérica.

Entonces traerlo otra vez al 2023 fue para nosotros muy chévere, volver a valorar esas letras, encontrarnos con canciones que no habíamos escuchado hace mucho tiempo y también, en mi caso, un poco tomar de nuevo la energía de ese Héctor, de esa época. Creo que también, Andrea, volver a encontrarse con esa energía, con esa manera de cantar, con esa manera de tocar, las canciones rápidas, todo eso. Entonces fue muy chévere y nos esforzamos bastante en conservar la esencia de ese álbum y que tuviera el sonido de Aterciopelados un poco de esta época y bueno, fue un trabajo intenso de varios meses. De una vez lo grabamos, lo grabamos en estudio y grabamos en video y bueno, salió bien. Nos acompañaron Carlos Vives en Bolero Falaz y Rubén Albarrán de Café Tacvba en dos canciones también.

—¿Qué emociones afloraron al revivir este disco de hace tantos años?

AE: Pues como que lloramos mucho. Y yo me acuerdo de que yo lloraba, porque era muy difícil, era muy difícil. Pero también como que con Siervo Sin Tierra yo no sé por qué cada vez que la ensayábamos se nos salían las lágrimas. Y de hecho en el concierto hasta la gente lloraba. Era lindo. Y era como lo de la nostalgia. Como que la nostalgia tenía como connotación negativa hasta hace unos años, ¿no? Porque como que la asociaban con depresión y últimamente hay unos estudios que dicen todo lo contrario. Que la nostalgia te puede animar y te puede como dar como un sentimiento de pertenencia y de sentido.

Que yo creo que es eso, ¿no? Como que de verdad recordar momentos lindos, pues te llena de una energía chévere, ¿no? Me parece que el resultado estuvo chévere, porque digamos que tampoco la intención era calcar, pues porque 30 años después nadie calca. Entonces era coger esas canciones y habitarlas, vestirlas, ¿no? Como somos ahora. En mi caso yo creo que tenía como voz de niña y ahora tengo voz de mujer grande.

Como bien recuerda Héctor Buitrago, el lanzamiento de El Dorado en 1995 marcó un momento importante tanto para la banda como para la música Colombiana. Sin embargo, aquellos días han pasado y la escena musical en el país hoy se caracteriza por su fuerte influencia en el trap y el reggaetón. “Si miras cifras, la cantidad de gente que oye eso, pues es infinitamente superior a la cantidad de gente que lo ha escuchado a uno”, reflexiona Andrea Echeverri.

“Nosotros aquí seguimos haciendo el contrapeso. Y pues esas canciones mías tienen mucho de eso, mucho criticando eso y preguntándose también si eso es feminismo, porque ahora resulta que eso es feminismo, ¿no? Eso dicen. Entonces, pues es como incómodo que eso sea lo que represente a un país”.

Ambos artistas se muestran críticos frente a la representación que ha traído la escena urbana a Colombia, especialmente después de que ocho de los artistas más reconocidos de la escena, incluyendo a Karol G, J Balvin y Maluma, lanzaran una polémica colaboración titulada +57 en la que se hace alusión a la sexualización de menores. “Ellos son los representantes de Colombia, son colombianos. La historia de esa canción, pues yo creo que ya se tocó un techo, ya se tocó un techo y pienso que es un llamado a la reflexión de los artistas de reggaetón, de los artistas de ese género, de, bueno, cuál es la imagen que están proyectando de Colombia.

Colombia es muchas otras cosas y ahora la estamos asociando solamente con esto, con estos mensajes de este tipo de canciones. Entonces, ahora que ha venido esta polémica, pues es el momento de que los oyentes, las personas que escuchan esa música, que pagan por los conciertos y los mismos artistas, pues revalúen lo que se está diciendo y lo que se está consumiendo”.

A pesar de aquello, Héctor Buitrago asegura que Aterciopelados se mantiene fiel a sus valores y a su música. “Estuvimos en un lugar, ahora estamos en otro y bueno, seguiremos estando. Pero pienso que lo bueno es que van a aparecer nuevos, nuevos grupos de rock, nuevos músicos, incluso derivados del mismo sonido urbano, pero que vienen con otras letras, con otro mensaje, con otros ritmos, pero que salen de ahí y que incluso ya uno los oye por ahí. Hay gente que está haciendo cosas muy chéveres saliendo del urbano desde México hasta Argentina”.