Claudio Michaux, comediante: “Si Chile fuera un programa de TV, yo creo que sería como Manos al Fuego”
Ya se había presentado antes en Olmué, pero esta vez logró conquistar completamente a El Patagual, esta vez como un comediante más experimentado. De hecho asegura que no se sintió nervioso durante el tenso momento que se vivió al arranque de su rutina. Además no oculta sus ganas de llegar al Festival de Viña. "Me gusta mucho el camino de los comediantes que han hecho de Olmué-Viña. Y es precisamente eso lo que buscamos".
Claudio Michaux triunfó en el Festival de Olmué. Si bien ya se había presentado antes, esta vez logró conquistar por completo a su audiencia en El Patagual, quienes aplaudieron de pie al final de su rutina de stand-up. El comediante tiene otros proyectos en paralelo, como las reacciones en streaming y el podcast con su amigo y comediante Lucho Miranda. En Culto conversamos con Claudio sobre su viaje en el mundo del stand-up y sus otras facetas humorísticas.
Desde pequeño siente que estuvo ligado al mundo del humor. En el colegio ya comenzaba a perfilarse como alguien que le gustaba la comedia, de hecho comenta que: “Fue mi lugar para encajar en la sociedad... el del humor, ese era yo. Como no era bueno para los deportes y no era mateo tampoco, el lugar en el que me sentía más parte era haciendo las cosas un poco chistosas”.
Pero estuvo bastante tiempo sin acercarse al mundo de la comedia. Recién en 2014 o 2015, comenzó a asistir como público a ver rutinas de stand-up. El primer comediante que vio fue a Ignacio Socías -con quien compartió festival este año-.
Mientras estudiaba fotografía, se enteró de que existía una actividad llamada open mic, que permite que cualquier persona que quiera subir al escenario a contar chistes, se inscriba y se presente frente al público. Años antes, a Claudio esto le era ajeno, “lo veía en los bares gringos. Esto existía hace mucho tiempo antes, pero yo no tenía idea”, dijo el comediante.
Un día decidió inscribirse en esta actividad y subió al escenario por primera vez. Lo recuerda muy bien: fue el 13 de junio de 2017, cuando tenía 21 años. Se presentó en el extinto Excéntrico Bar, un pequeño lugar que se emplazaba en Santa Isabel con Condell. Ese día había aproximadamente 17 personas en el público, la mayoría de ellos, familia, amigos y pololas de amigos. Recuerda que solo había cuatro o cinco personas que no conocía. “Ahí me subí a probar mis chistecitos. Malísimos”, recuerda Michaux.
Su segundo show fue distinto al primero. No tuvo una experiencia tan increíble como en su primer stand-up. “No me fueron a ver mis familiares y ese show fue súper distinto, muy distinto. El primero fue una súper buena experiencia porque se rieron, aplaudieron y otras cosas más (...) Probablemente me trabé, tengo que haberme quedado en blanco en algún momento, me tengo que haber bajado así como muchas gracias, disculpen, buenas noches. Todo triste”, recuerda Michaux.
El comediante admite que sus primeras rutinas eran malas, pero era algo esperable, lógico y natural. La comedia es algo que se pule con el tiempo. “No es como un trabajo, no es solo un oficio, sino que es una disciplina, por ende va mejorando con el tiempo, es como el karate. Obviamente los primeros golpes que uno dé cuando lleve un año de karate, van a ser mucho peores que los que des cuando lleves siete, ocho años, mucho más preparado. Entonces, sí, yo creo que efectivamente eran cosas muy básicas, como era una visión muy poco desarrollada, muy poco compleja del humor. Ahora ha mejorado un poquito más, un poquito”, reflexiona Michaux.
Referentes en la comedia como tal no tiene, pero comenta que se crio viendo a los comediantes que se presentaban en viña -y también el Club de la Comedia, programa que se emitió en Chilevisión entre 2007 y 2014-. Michaux comenta que rescata detalles de ciertos comediantes. “Me gusta como habla Bombo Fica, como “grande”, la gente le pone atención. Me gustaba mucho como Coco Legrand, se metía en detallitos chiquititos de la sociedad, o me gustaba lo chora que era Natalia Valdebenito, el Edo Caroe, por supuesto, Pedro Ruminot, me gusta caleta también. Siempre que tengo dudas yo le pregunto a Pedro Ruminot, así que mención honrosa también para el maestro”, comenta.
¿Tuviste algún mentor en el humor?
No tuve como tal alguien que me apadrinara, pero sí siento que la comedia ha sido bien generosa en general, porque cuando he tenido dudas de muchos temas, desde guión hasta preguntas de producción, de manager, de plata, de contrato, de oficina, de lo que sea, siempre ha habido gente que me ha ayudado. Pedro Ruminot es una de las personas que siempre que yo he tenido dudas de algo, me ha respondido. El Edo también, yo he tenido dudas de cosas de comedia, y también me ha ayudado con algún audio de WhatsApp, algunas palabras. En general he tenido dudas y le he preguntado a mi amigo, obviamente Lucho Miranda o el mismo Ignacio Socías, siempre conversamos cosas como de papeleos, de contratos y demás. Yo siento que la comedia o el stand-up, puede ser quizás más que la comedia, es bien generoso en ser una industria que se va apoyando, o al menos yo he sentido que me han apoyado harto.
Festival de Olmué
En 2019, Claudio participó en el programa busca talentos de TVN, La Huincha. El premio del programa era presentarse en el Festival de Olmué y lo ganó. Gracias a eso obtuvo un puesto asegurado en Olmué. El año que le correspondía hacer su rutina de stand-up en el festival, la parrilla ya estaba armada, así que le dieron la opción de presentarse al año siguiente, con su nombre visible en la lista de artistas, y la tomó. En 2024 fue invitado a presentar su rutina de stand-up en el festival, esta vez, sin un premio de por medio.
Cuando Claudio fue por primera vez al Festival de Olmué, lo hizo acompañado de una amiga comediante y un productor que “le prestaron”, que trabajaba con otro comediante. “Me acompañó para no ir solo nomás”, dijo Michaux. En ese momento no comprendía la importancia de tener un equipo y un staff, comenta que “no sabía para qué uno necesitaba gente ni nada. En cambio, ahora estaba mi team, estaba Maca, mi esposa, estaba la gente preparada y lo tomamos de forma muy profesional a diferencia de la primera vez”.
—¿Qué diferencia ves respecto a la primera vez que te presentaste en el Festival de Olmué?
Mira, la primera, yo creo que la primera y más importante, llegué porque tenía que llegar. Porque la primera obviamente fue bacán y todo, pero llegué porque había ganado La Huincha y el premio fue ir al Festival de Olmué. Siento que ahora no fue un premio, ahora fue algo que tenía que suceder. Y obviamente lo otro es que me sentía con mucha más experiencia, ya había pasado por teatros, bares, por todo Chile igual, entonces eso era bacán, como tener mucha más experiencia, por ejemplo, para poder abordar lo que pasó con el público, para poder darme mi tiempo, no estar nervioso o que la gente notara que yo estaba tranquilo, porque de verdad estaba tranquilo, lo estaba pasando muy bien. Yo creo que eso principalmente y por supuesto que tenía un equipo.
—¿Sientes que te profesionalizaste más?
Sí, siento que ya me había profesionalizado desde el año pasado o desde el 2022 más o menos, cuando empezamos a hacer teatros, pero faltaba que la gente se enterara de esto de forma más masiva. Y siento que algunas personas se enteraron más por el Festival de Olmué. Entonces quizás la gente ya nos conocía por cosas entretenidas como las reacciones, internet -que lo seguimos haciendo y lo vamos a seguir haciendo-. Pero ahora más gente sabe que también hacemos stand up bien. Y eso me gusta, eso me alegro, para eso fuimos.
—¿Tienes ganas de ir al Festival de Viña?
Tengo ganas de ir a Viña, me gustaría. De hecho, parte del camino por el que preferimos buscar Olmué primero fue precisamente porque me gusta mucho el camino de los comediantes que han hecho Olmué-Viña. Y es precisamente eso lo que buscamos. Entonces eso es lo que vamos a perseguir para el 2026.
—¿Qué piensas que significa Viña para un comediante?
Para los comediantes no lo sé muy bien, porque ahí cada uno tendrá sus preferencias de las cosas que le gusta o no hacer. Pero para mí es un sueño. Como una persona que se crio viendo a los comediantes en los festivales, como una persona que se crio viendo que les iba bien, que había situaciones difíciles también. Me he alegrado mucho estos años que me ha tocado acompañar amigos, por ejemplo, al mismo Lucho, al Diego Urrutia, al Alex Ortiz, ver cómo han trabajado para poder hacer los festivales de viña siento que para mí es un sueño. Es uno de los logros que hay que cumplir como comediante.
—¿En tu último show de Olmué, en qué minuto te diste cuenta de que tenías al público ya ganado?
La verdad nunca, nunca sentí que lo tuviera todo dominado, porque uno puede ir súper bien y de repente todo se puede ir a la cresta, pero sentí que iba bien con los aplausos. Con el primer aplauso yo dije, ya, bacán, si hay un aplauso es porque obviamente a la gente le están gustando los chistes y me están dando la chance de seguir contando chistes que le gusten. Entonces mientras eso se mantuviera yo dije súper bien y cuando la gente se puso de pie al final de la rutina, eso sí me sorprendió harto, eso fue como wow, parece que le gustó harto. Pero sí, no sé si en algún momento sentí como lo tengo en el bolsillo, pero sí, sentía que estaban pasándolo bien, que yo creo que es suficiente para poder hacer un show bacán.
Otras facetas de la comedia
Durante la pandemia, Michaux se embarcó en varios proyectos, uno de ellos fue el podcast No Sé Si Fue Tan Así, que conduce junto a su amigo y comediante Lucho Miranda, a quien conoció cuando viajó hasta La Serena para hacer un show. La propuesta del podcast es: mostrar conversaciones sobre situaciones cotidianas, reflexionar y por supuesto contar chistes. Todo comenzó cuando Michaux contactó a Miranda y le comentó: “Hagamos un podcast online y hablemos de cosas y demás. Y ahí hicimos la primera temporada. Todo muy rudimentario en una casa fea mía, en una casa fea del Lucho, todo muy triste. Y después, cuando paró la pandemia y yo puse mi productora, invité al Lucho a que grabáramos presencial, como quisiéramos”, comenta.
Y en paralelo, incursionó en nuevos formatos. Comenzó a reaccionar a Joyitas de la TV en streaming. “Quería buscar alguna cosa que hacer y los streams era un formato que yo no hacía, pero que encontraba que se parecía un poco al stand-up, porque la respuesta de la gente era inmediata, entonces si decía algo chistoso la gente comentaba jajaja más rápido que en Youtube”, comenta.
“Yo creo que de los mejores, de mis favoritos… Bueno, ahora estamos pegados con los realities de Diego González, pero en pandemia, Manos al Fuego yo creo. Si Chile fuera un programa, yo creo que sería muy como Manos al Fuego. Es un programa que representa a todos los chilenos en general”, comentó.
Y las reacciones en su canal de Twitch lo llevaron a formar parte del equipo del reality Gran Hermano, que lo presentó ante otro público. “Si bien ya hacía reacciones desde antes, eran para la gente que ya me conocía, pero Gran Hermano me llevó a un lugar donde había gente que no me conocía, que a lo mejor no conocían ni las reacciones, que nunca pensaron va a estar alguien viendo el reality conmigo”, reflexiona.
—¿Y qué crees que vieron ellos en ti cuándo te invitaron a formar parte del equipo?
Es que soy bueno igual jajaja. Yo siento que lo hago bien. Ojo, no estoy diciendo que soy el genio de las comunicaciones y de las hueas, pero siento que lo hago bien. Soy entretenido y lo que yo considero que tengo, una cualidad, es que me siento, no sé si lo seré, pero me siento cercano a la gente. No siento que yo tengo esta cosa como media rockstar en el corazón, como que nunca me lo creí ni desde chico, siento que soy un hueon más nomás, solo que soy entretenido cuando prenden la cámara y tenemos que grabar. Creo que lo hago bacán, como que puedo ver detallitos que la gente piensa. Generalmente sucede eso con las reacciones de reality. Es como bueno, “dijiste lo que estaba pensando” y sí, porque es lo mismo que yo pienso cuando veo el reality. Es como lo mismo que todos pensamos, que no nos preocupa tanto si no sepamos si el matrimonio es bueno o malo, nos preocupa de que la comida es ordinaria, que entonces esas son las cosas que uno realmente piensa. Uno no la tele siempre te trata de llevar a algún lado y nosotros como espectador igual hemos evolucionado harto. Entonces ya no vemos ese lado, lo que vemos en los otros. Vemos las ropas, cómo hablan, cómo se desenvuelven, que de esos detalles siento que la gente está pendiente y yo siento que yo soy bueno para ver esos detalles.
Al preguntarle cuál era su favorito en Gran Hermano, reconoce que Hans lo fue por mucho tiempo. “Un cabrito de esfuerzo, familia de esfuerzo. No era muy entretenido, pero era Hans. Como por cariño, Hans. Por entretenido, yo siempre encontré muy chistosa a la Eskarcita, siempre la encontré muy graciosa, como muy buena para el hueveo, dice lo que quiere decir y le da lo mismo. Creo que es algo que yo admiro porque lo hace de forma muy chistosa y siento que si yo dijera lo que quiero decir, no sé si sería tan gracioso”, comenta.
—¿Crees que a la gente le gusta consumir humor?
Sí, y creo que cada vez más, porque además se ha diversificado harto. Antes había poca variedad de humor, eran menos comediantes los conocidos. Por ende, había menos opción para la gente. En cambio, ahora hay caleta, hay humor de todo. No sé, ya el mismo que dicen el humor ñuñoíno o el humor negro que hay caleta o stand up, hay comedia musical, hay comediantes que hacen impro, hay muchos tipos de shows y muchos tipos de comediantes y comediantas para que la gente pueda elegir. Siento que es una industria que está creciendo harto.
-¿Por qué crees que a Yolanda Carmín le fue mal en Olmué?
Yo creo que el tipo de comedia que uno haga, o que los comediantes o comediantas hagan, siempre tiene que adaptarse sobre todo a estos formatos de festivales. Generalmente hay veces, que la gente le da la oportunidad a los comediantes súper consagrados de que muestren lo que saben hacer, como pasaba con el mismo Coco Legrand, como pasa con los rostros conocidos cuando van a festivales televisados, pero si no, al menos mi estrategia fue adaptarme mucho al Festival de Olmué. Yo iba a ir a hacer lo que la gente quería escuchar. Igual, obviamente, todo tiene de mi cosecha porque soy yo mismo pero claro, quizás el formato no apañó mucho, siento yo. Porque Yolanda igual tenía carrera antes podía hacía bares. Yo no la había visto, pero según entiendo también le iba a la raja. Quizás el formato no era mucho para el festival, puede ser eso.
—¿Qué se viene?
En febrero tenemos gira por todo chile. Ahora el 1 de febrero partimos en Arica y terminamos a fines de febrero, Dios sabrá dónde jaja. No, está toda agendada, pero eso va a estar bacán porque ahí vamos a preparar la rutina de nuestro próximo show de teatro, que esperamos que sea también el próximo show de Viña.
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