Gene Hackman cumple 95: la serena vida de una leyenda
Tras perder la motivación y retirarse del negocio, el actor se volcó a vivir una vida tranquila en Nuevo México, priorizando su familia y otros oficios que siempre le generaron satisfacción. A raíz de su cumpleaños, revisamos las circunstancias que provocaron su decisión y las fotografías que han circulado durante el último tiempo.
Era 2011 y habían pasado siete años desde que Gene Hackman le había dicho a Larry King que su carrera “probablemente estaba terminada”. La revista GQ le sugirió la posibilidad de hacer una película más y, si bien no se negó tajantemente, su respuesta fue poco alentadora: “No lo sé. Si pudiera hacerla en mi propia casa, quizás, sin que molestaran a nadie y sólo fueran una o dos personas”.
A pesar del entusiasmo de sus fanáticos, ese proyecto nunca llegó. En febrero pasado se cumplieron dos décadas desde el estreno de su última cinta, la comedia Welcome to Mooseport, donde compartió con Ray Romano y Marcia Gay Harden, e interpretó a un ex presidente de Estados Unidos que se retira a un pequeño y tranquilo pueblo de Maine.
Entre Contacto en Francia (1971), su primer protagónico, e inicios de los 2000, cuando colgó los guantes, Hackman fue uno de los actores más portentosos de Hollywood. Sin el físico de un galán de antaño, se ganó el respeto a punta de un carácter que era capaz de hacer vibrar la pantalla grande.
Es la cualidad que Warren Beatty destacó al recomendarlo para Bonnie y Clyde (1967) y lo que motivó a Francis Ford Coppola a ficharlo como protagonista de La conversación (1974) cuando Marlon Brando rechazó su oferta inicial.
Irónicamente eso no fue visible en sus años de estudiante en Pasadena Playhouse, escuela de artes escénicas de California donde sus compañeros lo votaron a él y a Dustin Hoffman como los con “menores posibilidades de triunfar”.
Hackman alcanzó el estrellato, pero nunca se sintió a gusto con todo lo que implicaba. En los 80 se refugió en Santa Fe, Nuevo México, a buena distancia de Los Angeles y su industria del cine. En su tiempo libre se dedicaba al buceo en aguas profundas y a la pintura, dos de sus grandes pasiones.
¿Qué lo llevó a abandonar el negocio? Según él mismo declaró, el estrés que le producía la actuación, un oficio que muchas veces lo llevaba al límite. Cuando GQ le preguntó sobre si aún se consideraba un hombre iracundo, respondió con honestidad: “Probablemente. Odio esa idea, porque es la antítesis del espíritu creativo y de lo que se necesita para ser una persona creativa. Pero a veces haces lo que te ocurre en el momento. Yo, por desgracia, reacciono”, señaló.
Ese no es lo proyectaban las imágenes que circularon en 2023, donde el New York Post lo fotografió cerca de su casa. Vestido con un jeans, chaqueta sin mangas y gorro, lucía jovial para su edad (93 años entonces): “Se veía en forma y saludable mientras blandía una pala en su propiedad privada”, constató el periódico Sin embargo, la palabra que más se repitió durante la difusión de esas imágenes fue otra: irreconocible.
Luego también se registraron fotografías de él y su segunda esposa, Betsy Arakawa, una expianista clásica 32 años menor. La última vez que se les había visto juntos había sido en una premiación décadas atrás.
Alejado de Hollywood, Hackman también escribió libros en coautoría con Daniel Lenihan, con quien compartía su amor por las historias de Herman Melville, Jack London y Joseph Conrad. Y narró dos documentales: The unknown flag raiser of Iwo Jima (2016) y We, the Marines (2017). Parece pleno con el vuelco que le dio a su vida. Satisfecho con el trabajo realizado y tranquilo por haber dado un paso al costado cuando ya no lo estaba disfrutando.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.