Reseña de libros: de Raúl Ruiz a Bernardita Bravo
Una selección de notas y recuerdos de los diarios del cineasta chileno, donde habla de sus filmes, sus lecturas y su relación con Chile; el nuevo volumen de relatos sombríos e inquietantes de la autora de No Reinas, y un viaje ilustrado por el sistema solar, guiado por José Maza, en las lecturas de la semana.
Notas, Recuerdos y Secuencias de cosas vistas, de Raúl Ruiz (UDP)
El 21 de noviembre de 1993, a los 52 años, Raúl Ruiz comenzó a escribir un diario de vida. “¿Razones? Ninguna. Algo se desbloqueó (galicismo) en mi cabeza. Curiosidad por ver qué pasa cuando s e vuelve atrás en un momento del día y se calenda (verbo milanés) hora por hora”. Ruiz tomaba notas de su trabajo, sus lecturas, las películas que veía y, especialmente, sus reflexiones en torno a Chile. De cierto modo el diario adquirió la forma de un diálogo consigo mismo o de un experimento en el género, como anota Bruno Cuneo en el prólogo. El diario completo, que él escribió hasta 2011, año de su muerte, se publicó en una edición de 1.200 páginas en 2017. Este volumen ofrece una selección de sus notas. En ellas podemos ver a un Ruiz que se relaciona con grandes directores y actores, entre ellos Marcello Mastroianni o Catherine Deneuve, filma el Tiempo Recobrado, basada en Marcel Proust, y recibe el Premio Nacional de Arte. Hace listas como esta: “Propósitos: Comer jaibas. Cortarme el pelo. Preparar las trufas. Privilegiar el tiempo libre. Aprovechar los pocos momentos en no hacer nada (...) No temerle a Chile (lo más difícil)”. Relata la muerte y el funeral de su padre, capitán de marina: “Durante el velorio, y después del responso, alguien contó que una vez mi padre, por jugar, le disparó de un bote a otro un tiro de fusil a un cura. El Capitán no podía ir a entierros porque le daba por contar chistes”. Como dice César Aira, un extraordinario diario de cien vidas.
Voraz, de Bernardita Bravo (La Pollera)
“Lola se enamoró de un hombre que había matado dos mujeres”. La primera línea del relato anuncia que lo que se viene es una historia inusual, perturbadora, acaso desconcertante. “Llegó antes de lo pactado. Tenía ojos de lince”, abre otro de los cuentos, que lleva un título moldeado por la ironía: La más bella historia de amor. Voraz, el nuevo libro de cuentos de Bernardita Bravo, reúne historias cargadas de fuerza emocional, sombrías, inquietantes y en ocasiones violentas. No hay aquí bellas historias de amor al estilo convencional: aquí hay mujeres de armas tomar, que tienen el control, que detestan ser víctimas, y que se mueven por el deseo, deseos que a veces toman caminos oscuros y torcidos. “Yo era una adolescente como todas, con tentáculos con los que estrangulábamos al resto, dejándolos sin respiro ni energía”, dice la protagonista de Irma. “Creemos ser un río por el cual avanzamos hasta llegar al final de la vida. Pero ser un solo río es casi imposible. Una tiene cauces por los que no sabes que te vas a abrir”, relata la protagonista del cuento que da título al conjunto.
Alternando voces y puntos de vista, con gran seguridad narrativa, estos cuentos presentan protagonistas decididas, fuertes y atrevidas, que eluden los estereotipos y los lugares comunes, problematizan las emociones y llevan al lector a zonas inesperadas.
El Sistema Solar para Niños y Niñas, de José Maza (Planeta Junior)
Antonia y José Manuel se van de viaje con el profesor José Maza. Es un viaje especial: van a recorrer el barrio cósmico. Comienzan por la Luna, la brillante diosa que nos visita cada noche, antes de proseguir por los ocho planetas que forman el Sistema Solar, donde la Tierra se asocia a los planeta más pequeños. “Hablando de tamaños, explíquenos por qué a Plutón lo excluyeron por ser chico. No estoy de acuerdo con la discriminación cósmica”, le dice Antonia. “Plutón era parte de los planetas grandes, pero el año 2006 los astrónomos le dijeron: ‘No, señor, usted no es un planeta grande, usted es un planeta enano’, y lo sacaron del Sistema Solar (en verdad, lo sacamos de la lista de planetas; Plutón sigue en el lugar de siempre)”, responde el profesor.
En su viaje cósmico, Maza y los niños visitan cada planeta y en cada detención pueden conocer sus características físicas y sus datos orbitales, mientras el astrónomo les cuenta alguna anécdota o historia asociada. En Júpiter, por ejemplo, se enteran de que el día es brevísimo: dura nueve horas con 55 minutos. O que en Urano es imposible acampar: su temperatura llega a 215 grados bajo cero. Ilustrado por Magdalena Pérez, el libro es un recorrido sencillo y entretenido que combina información científica con datos curiosos en un tono ameno y amable, y forma una serie con sus libros anteriores en versión para niños y niñas.
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