23 años, antes de que Myriam Hernández volviera a ser considerada en la programación de artistas del Festival de Viña.
La cantante tiene una larga historia con Viña. Debutó en 1989, año en que además fue integrante del jurado de las competencias y se llevó la corona de Reina del Festival. Volvió a ser parte de la parrilla en 1991, 1994, 2001 y 2002, en pleno ascenso como figura continental, que le valió el apelativo de “la baladista de América”.
Fue además animadora, entre 2002 y 2006, donde trabajó en dupla con Antonio Vodanovic, Ricardo Montaner y Sergio Lagos. Es decir, le tocó un momento de transición en la conducción del evento, del estilo clásico de Vodanovic, al más espontáneo de Lagos.
Su historia con el Festival, justificaba de sobra su presencia en la nueva era del evento. Más, si se suma el emotivo momento que protagonizó hace casi exactos dos años, el 20 de febrero de 2023, cuando fue invitada al show de la estrella colombiana Karol G, para cantar el clásico El hombre que yo amo, la inmortal canción escrita por el argentino Gogo Muñoz.
Por ello su presencia era el número más esperado de la segunda noche de Viña 2025 (cartel al que se sumó tras una rápida negociación, como informó Culto). Así lo hacía notar el público, en su mayoría femenino, que llegó hasta la Quinta Vergara y gritaba fuerte y claro, “¡Myriam!¡Myriam!”.
A tono con el día inaugural, hubo una dinámica con el público: la orquesta de Roberto López, interpretó el estribillo del hit Mío, de Myriam Hernández. Un pequeño anticipo de lo que vendría y de inmediato la Quinta Vergara siguió el karaoke. Asimismo sirvió de cortina para la tanda comercial. Una jugada bien ejecutada y proporcionó un buen nexo.
De hecho, López también ha trabajado con la cantante, así como la integrante del coro Festival, Javiera Vinot (cuya voz usted ha escuchado en la cortina “Viña del mar sale al mundo”).
Por fin, Myriam Hernández salió al escenario a eso de las 22.41 horas. Al estilo de los shows de la actualidad, pasó un video introductorio que resumía su historia con Viña, desde aquel 1989. Y por cierto permitió, por fin, sacarle provecho a las enormes pantallas de la nueva escenografía.
La entrada de Myriam fue espectacular. Un stacatto en el piano de Valentín “valito” Trujillo, marcó la introducción de una épica versión de El hombre que yo amo. Un golpe efectivo, directo y contundente que de inmediato sumó la respuesta del público al karaoke. Siguió con otro clásico de su primera época, Te pareces tanto a él. El karaoke masivo no decayó.
Myriam saludó al público, con el manejo de su experiencia televisiva. Se le escuchó poco, pues los fuertes gritos de “ídola, ídola”, bajaron desde la galería y se expandieron por los palcos. Siguió con otro clásico, Eres, y la fiesta en la Quinta no decayó. Luego, casi en un mix siguió con otros éxitos como Mío (que conservó esas frases de teclado ochentero que le daban un carácter particular), No, Rescatame de aqui (con tratamiento de balada power pop), entre otros tantos. Y así marcó el tono del show, básicamente un grandes éxitos en vivo, sin pausas, sin descanso, como una playlist en directo. Y demostró que tiene un extenso catálogo al que puede echar mano.
Pese al desgaste de los años, Myriam Hernández conserva la capacidad como intérprete, variando los arreglos, buscando aproximaciones a las subidas de las notas y administrando con criterio las notas altas y la particular respiración que le acomoda a su fraseo, el bien llamado “estilo Myriam”.
Luego vino un momento de pausa amenizado por los hermanos Power Peralta, quienes hicieron un breve numero solista de baile, que sirvió de introducción a la animada Leña y fuego, lo que marcó la primera entrada de los animadores y la entrega de la merecida Gaviota de Plata. “Myriam, tú eres la reina de Chile”, le dijo uno de los Peralta. Luego siguió con Un hombre secreto e Invencible, una canción con un mensaje de superación.
Hasta que llegó uno de los momentos más notables de la noche. La sorpresiva invitación de Myriam al maestro Valentín Trujillo, gestionada por Roberto, el otro de los nietos músicos del legendario músico chileno y director musical de la artista. El maestro interpretó al piano la balada Se me fue, con su habitual aplomo, generando un momento íntimo que fue recibido con un cerrado aplauso del “Monstruo”. Para el cierre, otros clásicos de sus primeros años, como Quiero Saber, Peligroso Amor. Vino la segunda entrada de los animadores, con la entrega de la Gaviota de Oro, celebrada por el rugido del “Monstruo”.
Pero de inmediato, el respetable subió la apuesta y comenzó a pedir “¡platino!¡platino!“. En lenguaje televisivo, generando expectativa, los animadores comenzaron a enumerar los requisitos, un vínculo íntimo con Viña, más de 30 años de trayectoria, un momento que se entrega una vez en la vida.
Así llegó un momento para la historia. La baladista de América, fue premiada con la Gaviota de Platino, entregada en el escenario por la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti. “El público lo pidió -anunció Rafael Araneda-. Hay Gaviota de Platino para Myriam Hernández”. Entonces sonó la histórica cortina de Let me try again, un himno que salió precisamente de Viña. Muy emocionada, al borde las lágrimas la cantante agradeció a su familia, sus hijos (pinchados en la transmisión televisiva y luego subieron a escena), su staff, sus músicos y a su público. Un momento en que la historia subió al escenario.
“Felicitaciones a la reina de Chile”, le dijo la alcaldesa Ripamonti. Un aplauso cerrado coronó el gran momento de la noche. Y siguió con más música, al interpretar un hit que cantó precisamente por primera vez en Viña, Ay amor, seguida por Huele a peligro. El karaoke siguió, fuerte, masivo, contundente.
Myriam es la primera mujer que se suma a un club exclusivo. La Gaviota de Platino solo la han recibido cuatro artistas, Luis Miguel (2012), Isabel Pantoja (2017, que iba a ser entregada originalmente a Juan Gabriel), Lucho Gatica (póstumo en 2019 y recibida por Humberto Gatica) y al grupo Los Jaivas (2023).
El retorno de Myriam Hernández a Viña, fue acorde a su estatus y categoría de artista que llena estadios en Latinoamérica. Una presentación que repasó su historia y su extenso cancionero, que la tienen en un justo lugar como una baladista ineludible. Un repertorio bien escogido, sorpresas que lucieron como tales y un show macizo que se ve aceitado por el rodaje que ha tenido con la gira Invencible, con la que ha recorrido 15 países. De seguro quedará como uno de los números notables de Viña 2025.
Sobre el cierre, interpretó Herida -otro clásico- y anunció que dará su primer show en el Estadio Nacional: 23 de mayo en el coloso de Ñuñoa. Para seguir estirando su leyenda. Un show que también arrasó en la pantalla, marcando rating promedio de 39,4 puntos con un peak de 46,7 puntos.