JM Coetzee recordó a Neruda y Mistral en la UC
El Nobel sudafricano participó de la premiación del concurso de cuentos que lleva su nombre y que distingue a estudiantes de Santiago.
La primera vez recordó cuando recibió su primer galardón por un cuento llamado El pequeño tren, a la edad de 7 años y en su Sudáfrica natal. En la segunda, JM Coetzee (78) habló de la vocación literaria y el oficio de escritor, mientras que en la tercera narró el momento exacto en que recibió el Premio Nobel de Literatura de las manos del rey de Suecia. En todas ellas, sus auditores eran estudiantes de colegios de la Región Metropolitana, quienes asistían a la premiación del certamen que lleva el nombre del narrador sudafricano y autor de Desgracia.
Los mismos jóvenes llenaron ayer el Auditorio de la Facultad de Arquitectura UC, donde también estaban, entre otros, el sociólogo Eugenio Tironi, el crítico de cine Héctor Soto y el cineasta Andrés Wood. Eran las 18.15 horas, y en su séptima visita al país el Nobel de Literatura 2003, invitado por el ciclo La Ciudad y las Palabras del Doctorado en Arquitectura de la Universidad Católica y con apoyo de La Tercera, optó esta vez por invertir el orden del programa.
Tras las palabras de bienvenida, a cargo del académico Fernando Pérez ("Sabemos que venir de tan lejos significa un gesto hacia nuestro país, pero sobre todo para los jóvenes que participan de este concurso"), el autor subió al escenario para premiar a los mejores relatos de la cuarta versión del concurso de cuentos John Maxwell Coetzee, que este año recibió 182 relatos relacionados con la ciudad.
El primer lugar fue para el cuento Al borde la cornisa, de Fernando Silva, de 18 años y quien cursa Cuarto Medio en el colegio Tabancura. "Por la efectividad de una narración directa, que paulatinamente hace al lector cómplice y testigo dentro del espacio subjetivo de la violencia contemporánea", estimó el jurado. El segundo recayó en Sofía Veran, de 14 años y alumna de Octavo Básico del colegio la Girouette, por su historia titulada Encierro. Mientras que el tercer premio se lo adjudicó Amara Manni (quien ganó el certamen en 2017), de 17 años y alumna de Cuarto Medio del colegio Corazón de Jesús de Quinta Normal, por En el primer encuentro.
Ante la gran convocatoria, hubo además cuatro menciones para los relatos Micro B 24, de María Olga Loeser, del colegio Villa María; El departamento, de Macarena Castro, de Til Til; La octava parte, de Renata Pizarro, de Maipo e Inercia, de Josefa Muñoz, del colegio Seck Internacional. Mientras que entre los cuentos preseleccionados estuvieron Hopeless, de Naihareth Fox, de la comuna de Quinta Normal; ¿Arañas Gigantes?, de Francisco Coutiño del colegio Santa Victoria de Peñalolén, y El día a día de las ratas, escrito por Matías Araya de la comuna de San Bernardo.
Los participantes eran estudiantes de séptimo a cuarto medio, de hasta 18 años, de colegios municipales, subvencionados y privados. Con el auspicio de Anglo American, el concurso entrega premios en libros.
De Nobel a Nobel
Tras los fotografías de rigor, JM Coetzee subió nuevamente al escenario para leer un discurso en español. El narrador, quien vive desde el 2002 en Adelaida (Australia) y cuyo último libro es Siete cuentos morales (2018), esta vez se dirigió durante 15 minutos al público e incluso tuvo palabras para los poetas y premios Nobel Gabriela Mistral y Pablo Neruda, de quien además citó los textos Su nombre es hoy y La poesía, respectivamente.
"Quería hablar de dos escritores famosos de Chile, conocidos en todo el mundo, famosos como poetas, no como narradores. ¿Quiénes son mejores, los poetas o narradores? Para eso no hay respuesta", pronunció Coetzee. "El primer autor del que quiero hablar es Gabriela Mistral, que aparece en los billetes chilenos de $ 5 mil. La verás con un aspecto muy agrio, realmente ella no era así. De joven, era intensa y hermosa. Ella quería ser maestra cuando era adolescente (...), y se hizo famosa en todo el mundo al recibir el Nobel en 1945. Cuando murió, el gobierno de Chile declaró tres días de duelo nacional", agregó.
Siguió con el autor de Canto General: "Otro nombre inventado, porque se llamaba Neftalí Reyes. Ahora podemos ver de Pablo que fue un genio, aunque fracasó en todos sus exámenes de matemáticas. Al igual que Mistral, quería ser maestro de escuela. Ganó el Nobel en 1971, pero cuando murió, por desgracia, no hubo duelo nacional porque el gobierno de la época lo consideraba su enemigo", señaló.
Antes de despedirse, Coetzee dio un último aliento a los jóvenes presentes. Les dijo: "Les hablo de estos dos escritores para enfatizar un solo punto. Ambos fueron provenientes de familias humildes de provincia".
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