La autora oculta: revelan posible identidad de Elena Ferrante

<P><I>El último fenómeno de la literatura europea encantó a sus lectores con la serie </I>Dos amigas<I>, pero el nombre y rostro de su creadora eran un misterio, hasta que una investigación apuntó a la traductora Anita Raja. </I></P>




Solo había aproximaciones. Mucho se especulaba sobre su identidad, en teorías literarias, conclusiones elaboradas por el marketing y, desde luego, la prensa. Todos se preguntaban: ¿quién estaba detrás del nombre Elena Ferrante? La escritora italiana, que ha cautivado a millones de lectores con su saga de novelas Dos amigas, no presenta sus libros ni menos los publicita, y solo ha dado algunas entrevistas escritas. ¿Se trata de un hombre, una mujer o incluso más de una persona firmando por ella?

"Suelo leer atentamente todo lo que se escribe sobre mis novelas, pero solo cuando tengo la impresión de que el libro ya se ha alejado lo bastante", respondió Elena Ferrante al diario El País en un diálogo por escrito, realizado en noviembre de 2015 con la autora que, según Wikipedia, nació en 1943 en Napolés.

Lila y Lenù son las protagonistas de su tetralogía napolitana, iniciada con la novela La amiga estupenda, que aborda desde la posguerra hasta la actualidad. Publicados originalmente entre 2011 y 2014, los libros se convirtieron en éxito mundial luego de su traducción en los últimos tres años, periodo en que la obra de Ferrante se ha publicado en más de 40 países. Considerada la escritora de 2015 por The Financial Times, Ferrante encontró lectoras y admiradoras tan diversas como Zadie Smith, Gwyneth Paltrow y Hillary Clinton.

"Una de las grandes novelistas de nuestro tiempo", anotó el diario estadounidense The New York Times. El medio británico The Guardian fue más lejos: "La primera obra italiana en décadas que se merece el Premio Nobel".

El caso de Elena Ferrante es de esos fenómenos excepcionales que reúnen ventas millonarias y críticas superlativas. Y a ello se le sumaba el misterio: su autora prefería el anonimato. Una creadora escondida tras sus libros y lejos de la vida pública, como el narrador norteamericano Thomas Pynchon. Pero el pasado fin de semana hubo noticias.

El misterio sobre la biografía real de Elena Ferrante fue revelado por el periodista Claudio Gatti, en un reportaje que fue replicado por los medios Il Sole 24 Ore, de Italia; Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Alemania; The New York Review of Books, de EEUU, y la web francesa de noticias Mediapart.

"Lejos de ser la hija de la costurera napolitana, los detalles de transacciones inmobiliarias y los extractos financieros apuntan a Anita Raja, una traductora que vive en Roma, cuya madre de origen alemán escapó del Holocausto y se casó más adelante con un magistrado italiano", escribe Gatti, señalando a la traductora que trabaja para Ediciones E/O, el sello italiano que publica la obra de Ferrante desde su primer libro, El amor molesto, en 1992.

Gatti agregó que Anita Raja nació en Worms, Alemania, en una familia de judíos polacos que emigró de Wadowice, una ciudad al oeste de Cracovia. Dice, además, tiene un hermano más joven, y aunque nació en Nápoles, se trasladó a Roma con su familia a los tres años.

Desde ayer la prensa hizo eco de la noticia. Y también se difundieron algunas imágenes de Anita Raja, esposa del escritor Domenico Starnone. De ambos ya se sospechaba.

"Las especulaciones apuntan en los círculos literarios italianos al escritor napolitano Domenico Starnone o a que detrás de Ferrante se esconde una pareja (el propio Stranone y su esposa, la traductora Anita Raja), algo que ha sido desmentido una y otra vez", anotaba El País en aquella entrevista de 2015.

También se especulaba que la escritora romana Elsa Morante podía ser la autora de la saga, que completan las novelas Un mal nombre, Las deudas del cuerpo y La niña perdida.

Incluso en marzo pasado el diario Corriere della Sera publicó un estudio de Marco Santagat, profesor universitario experto en Dante y Petrarca. Su conclusión: Ferrante era Marcella Marmo, profesora de historia contemporánea en la universidad Federico II de Nápoles. La hipótesis creó revuelo y Marmo salió a desmentir el estudio.

Las pruebas

"El trabajo de Elena Ferrante ha tenido más impacto en EEUU que el de cualquier otro escritor italiano en los últimos 20 años, y tenía sentido publicar la entrevista, aunque sabíamos que ella no iba a revelar su identidad", señaló Lorin Stein, director de la prestigiosa publicación The Paris Review, que en la primavera de 2015 publicó una entrevista con Ferrante. Sus editores la entrevistaron personalmente: fue una exigencia editorial. Hasta el momento es la única excepción.

"No es el libro el que cuenta, sino el aura del escritor. Si el aura ya está y los medios lo refuerzan, el mundo editorial te abre las puertas y el mercado te da la bienvenida con felicidad", decía Ferrante a la revista que ha registrado conversaciones con Faulkner, Nabokov y TS Eliot.

La investigación realizada por Claudio Gatti tiene poco de literaria. En ella presentan más cifras que reacciones de críticos. Esto luego de concluir que los pagos realizados por Ediciones E/O a la traductora Anita Raja han aumentado un 150% en pocos años, coincidiendo con el éxito internacional de Ferrante. Según el reportaje, en 2014 registra ingresos por más de 3 millones de euros, con un aumento del 65% en relación a 2013. Al año siguiente, el balance se cierra con ingresos de 7 millones 615 mil euros, casi un 150% más que en 2014.

Además, Gatti entrega datos sobre sus propiedades: en el año 2000, después de que el primer libro de Ferrante fuera llevado al cine en Italia, Raja compró un departamento de siete habitaciones cerca de Villa Torlonia, una de las zonas más exclusivas de Roma. Al año siguiente, la traductora adquirió una villa en Toscana.

Siguiendo con las cifras: en Italia, los libros de Ferrante han vendido un millón de copias y 2,6 millones en el mercado en lengua inglesa (EEUU, Canadá y Reino Unido). El 1 de noviembre saldrá en inglés el título de escritos autobiográficos Frantumaglia. En español se publicará en octubre del próximo año. Allí escribe: "Odio las mentiras, pero recurro a ellas cuando sea necesario para proteger mi persona".

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