La historia de Mariano Puga, el cura obrero que eligió la pobreza y la vida en las poblaciones

<P>De padre embajador y parlamentario y madre ligada a la Viña Concha y Toro, Mariano Puga Concha (79) dejó la carrera de arquitectura en la UC para ser sacerdote en Pudahuel, Villa Francia y La Legua y defensor de los DD.HH. Esta semana fue galardonado como "héroe de la paz".</P>




En su casa de Colo, un pueblito de 300 habitantes perdido en Chiloé, el sacerdote Mariano Puga (79), tiene guardadas las sandalias que llevaba puestas su amigo André Jarlán cuando una bala de carabineros le quitó la vida en septiembre de 1984 en La Victoria. Tal como el cura francés, Puga "optó por los pobres", por una vida marcada en las poblaciones y una defensa férrea de los DD.HH. en tiempos difíciles.

Su perfil social y político lo llevó a ser merecedor este martes del premio "Héroe de La Paz", entregado por la U. Alberto Hurtado esta semana, galardón que no le acomoda, pues para él el mérito es de los más pobres. "Por eso, del ex Congreso me fui a La Vega Chica#a almorzar con mis compañeros de la construcción: ellos son mi vida y merecen el premio#que me dieron", dice.

Hijo del ex embajador y parlamentario Mariano Puga Vega y de Elena Concha Subercaseaux, emparentada con los dueños de Viña Concha y Toro, "Manano" estudió en el Grange, pasó por la Escuela Militar y por Arquitectura en la Universidad Católica, donde su vida tomó un giro: dejó a su polola, con la que pensaba casarse, y optó por el sacerdocio, elección que lo marcó desde el primer minuto. El día del funeral del padre Hurtado, Puga le pidió a su profesor en la UC suspender las clases para asistir al sepelio, lo que provocó la reacción de un compañero, que se levantó y gritó "Otro cura comunista más".

El hoy agradece su camino: "Es un regalo de Dios que no haya tenido que diseñar viviendas, sino que dedicarme a pintarlas", bromea. Ello, porque donde ha estado ha ejercido de obrero; en Villa Francia, en los 70, en Pudahuel, en los 80, y en La Legua, donde estuvo hasta 2001. De hecho, con su grupo de trabajadores pintó varias iglesias en Santiago.

Detenido

Puga se siente a gusto en las poblaciones, conversando con los jóvenes "volados" en las calles o degustando una humilde sopa en la casa de algún vecino. Y cuando viene a Santiago se aloja en esas mismas viviendas.

Su rol político lo ejerció desde joven. Primero en los 60 cuando formó junto a los jesuitas la Parroquia Universitaria, donde se formaron varios de los que después fundarían el Mapu y la Izquierda Cristiana, y él sería tildado de marxista. Luego en dictadura, cuando fue detenido en Tres Alamos y Villa Grimaldi. Puga denunció las violaciones a los DDD.HH. y participó en protestas. Ante el propio Augusto Pinochet le enrostró los abusos que presenció. No extrañó el martes el fraternal abrazo que le dio a la Presidenta Michelle Bachelet, en un acto donde la gente repetía "Mariano, amigo, el pueblo está contigo". "Es un sacerdote social, alegre, muy solidario y muy transparente en expresar los dolores de la gente más pobre y de la gente que sufrió durante el régimen militar", dice el obispo auxiliar de Santiago, Cristián Contreras.

Mítica es su imagen intentando frenar los desmanes en el acto de Juan Pablo II en el Parque O'Higgins en 1987.

En La Legua lo echan de menos. Alina Ligena, secretaria de la parroquia, destaca cuando llevó a un grupo de pobladores a Roma y Tierra Santa. "El decía ¿por qué los legüinos no pueden conocer esos lugares? Así juntamos dinero y fuimos 50", cuenta.

"La iglesia de San Pedro estaba cerrada y me pidió que gestionara para que se abriera para la gente. Rezaron en círculo en un lugar donde estaban sólo ellos", cuenta el ex embajador ante la Santa Sede, Javier Luis Egaña, uno de sus amigos.

Desde 2002 es misionero en Chiloé, donde toca el acordeón, camina kilómetros y viaja en lancha hasta islas remotas para evangelizar: "La idea es que su religiosidad popular conozcan a una nueva Iglesia", dice.

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