A un mes del inicio del plan de inmunización: Las manos que combaten a pinchazos el coronavirus
Cinco trabajadores de la salud relatan sus experiencias inmunizando a personas contra el Covid-19. Los profesionales coinciden en que los pacientes se sienten agradecidos, aunque, especialmente de parte de adultos mayores, han debido responder curiosas preguntas: si la dosis les podría alterar el ADN o si le incrustarán un chip.
Hace un mes se comenzó a inocular en forma masiva en el país, partiendo por los mayores y más vulnerables. Y las cifras son contundentes. Los miles de profesionales y técnicos desplegados en iglesias, estacionamientos, estadios, colegios, consultorios y patios de algunos malls habían logrado hasta ayer inocular a 3.646.970 personas, a un ritmo de entre 100 mil a 200 mil pinchazos diarios.
En estas entrevistas, una matrona que atiende a adultos mayores en La Florida, un técnico en salud que desmitifica las fake news en San Ramón, una dentista experta en estética facial que ahora vacuna en Lo Barnechea, un médico cirujano de Atención Primaria y una enfermera en formación, que voluntariamente interrumpe sus vacaciones, cuentan cómo se vive la campaña más grande de vacunación que se ha desplegado en el país.
Claudia Robles (27), matrona del Hospital de La Florida
Antes acompañaba a mujeres en sus trabajos de parto, asistía en pabellones y en las salas de recuperación del Hospital de La Florida. Pero desde comienzos de febrero, la matrona Clara Robles tiene una nueva labor: inmunizar a los pacientes contra el coronavirus. Cuenta que empezó a vacunar en la Clínica Bupa de La Florida desde que partió la campaña y allí también recibió su primera dosis de Sinovac. “Necesitaban gente que estuviera dispuesta a vacunar en los horarios libres”, dice, y agrega que “por supuesto que me tenía que sumar, es importante formar parte de este proceso tan importante a nivel mundial”. En su opinión, la razón de por qué escasea el personal en la campaña se debe “a una mezcla de agotamiento, de querer que todo esto pase, pero no verse tan involucrado”.
La matrona dice que “estamos marcando historia” con la cantidad de personas vacunadas en tan poco tiempo. Eso, pese a que al principio eran pocos los beneficiados. “El primer día se vacunó solo el 40% de las personas. Siento que varios no aprovecharon la oportunidad, por miedo”.
Cuando comenzó su turno, las personas mayores estaban asustadas, “como todos, en realidad. Por posibles efectos adversos o que la vacuna no estuviera bien probada o muchos rumores. Todo, por la desinformación que se hizo por redes sociales y que provocó que les diera miedo la vacuna”, relata Robles.
Conscientes de eso, en la clínica les hicieron capacitaciones todas las mañanas para que pudieran explicar de mejor manera todos los detalles y dudas a los pacientes. “Nos preguntaban qué provocaba la dosis, si acaso se iban a desmayar. Consultaban todas las dudas que tenían y después accedían a la vacuna”. Añade que, con todo eso, es “gratificante poder informar y desmentir cosas que se han dicho, porque sí se ha testeado y mucho la vacuna. Me ha gustado poder hacer la educación correcta”.
Robles dice que formar parte del equipo de vacunación ha sido una grata experiencia. Les digo ‘¿ven que no es tan terrible?’. Uno igual bromea, les digo “´ya, si se le cae el brazo me avisa y yo se lo pego’, y la gente se ríe”. La matrona explica que, paralelamente, sigue con turnos en el hospital, pero cuando puede, casi todos los días, asiste al punto de vacunación. “Nadie pensaba que viviríamos un proceso de pandemia”, confiesa, “la gripe española, la peste negra, esas cosas ya no ocurren, pensábamos. A veces nos creemos como superhéroes, pero somos muy propensos a morir”.
Sebastián Cartagena (28), médico cirujano del Cesfam Dr. Amador Neghme
“No me veo en unos meses más teniendo que decidir entre qué pacientes tienen más chances de sobrevivir que otros”, confiesa el médico cirujano Sebastián Cartagena, al preguntarle sobre la importancia de inocular a las personas de mayor riesgo ante el contagio de coronavirus. Cartagena participó en la campaña de inmunización del Minsal durante la primera semana, cuando era el turno de los mayores de 90 años. “Entre los adultos mayores hay más adherencia a vacunarse. Existe en ese segmento una mayor cultura de vacunación, porque en Chile inmunizamos a las personas mayores constantemente, por eso siento que son más ordenaditos”.
Y pese a la numerosa asistencia durante los primeros días de febrero, el médico comenta que muchos llegaban con dudas o, incluso, asustados. “Pero cuando uno les explica, ven de mejor manera la opción de vacunarse, se sienten más cómodos”.
El profesional del Cesfam Dr. Amador Neghme, ubicado en la comuna de Pedro Aguirre Cerda, opina que “es bonito estar ahora desde la otra vereda, porque en esta misma fecha el año pasado había mucha angustia sobre lo que se nos vendría para mayo y junio, lo pasamos mal. Lamentablemente, no podíamos hacer mucho más que dar diagnósticos y acompañar en el proceso”. En este sentido, Cartagena considera que el rol de la Atención Primaria de Salud (APS) ha sido primordial en la titánica tarea de inmunizar a la población, ya que este sector ha tenido que dar abasto “con prácticamente los mismos recursos” de siempre.
Pese a que a los efectos de la vacuna son aún muy preliminares, “porque faltan meses para saber si funciona como queremos que funcione”, el médico cirujano dice que “es una sensación muy buena participar” del proceso de inoculación de la población. Durante esos días de trabajo, Cartagena dice que se vacunó a unas 500 personas. “Es motivante ver que estamos, ojalá, uno o dos pasos más adelante de la infección. Hay cierta seguridad que les estamos entregando a los pacientes”.
Cartagena comenta que salir de la consulta y tomar los diales, jeringas y algodones fue una experiencia “muy enriquecedora”. “Todo lo que está pasando es histórico y ser parte de esto se siente muy importante”, destaca.
Valentina Flores (20), estudiante de Enfermería en la Universidad del Desarrollo
“Si estoy estudiando Enfermería, ¿cómo no iba a ser parte de esto?”, dice la alumna de tercer año de Enfermería Valentina Flores. Al conocer el llamado a participar de un voluntariado de la Universidad del Desarrollo, su casa de estudios, Flores decidió interrumpir sus vacaciones para formar parte del proceso de vacunación. Así, regresó a la capital desde su casa en Illapel, para integrarse como parte del equipo que está vacunando en el Estadio Municipal de La Pintana. Desde las 9.00 hasta las 17.00, Flores inocula las dosis o se traslada a “los puntos de espera, donde los pacientes esperan 30 minutos para ver que no tengan reacciones adversas, ahí puedo conversarles y conocer sus realidades”.
La enfermera en formación explica que, en promedio, inmuniza a entre 20 y 25 personas por día, en su mayoría adultos mayores. “Ellos llegan bien temprano, después de almuerzo se pone más lento. Me gusta harto trabajar con personas mayores, en las prácticas que he hecho he ido a muchos a hogares de ancianos”, relata, añadiendo que “no se dan cuenta de que soy estudiante y que soy muy chica, de hecho, me meten harta conversa”.
Una de las cosas que le llaman la atención, relata, es la desinformación que abunda entre los pacientes, “hay gente que va con miedo, nos preguntan si acaso es verdad que la vacuna viene con un chip”. Al respecto, Flores explica que “la idea es que los pacientes estén lo más cómodos posibles, si tienen alguna duda o si se sienten mal, que tengan la confianza para decirnos”, y añade que “ahí es donde entra la labor de la enfermería, que aparte de lo técnico también se preocupa de lo humano, de tranquilizarlos, decirles que es normal sentirse un poco mal, que tomen harta agüita”.
La estudiante seguirá participando en el proceso de vacunación, incluso cuando comience su año académico, ya que en la Facultad de Medicina UDD, donde estudia, son flexibles con los alumnos que forman parte de la campaña. Además, Flores también colabora como personal médico en el Centro de Salud Familiar (Cesfam) de La Pintana cuando necesitan apoyo “en la parte de respiratorio”.
Gustavo Gamboa (29), técnico del Cesfam Poetisa Gabriela Mistral
Esta semana, el técnico en enfermería Gustavo Gamboa se encuentra inmunizando en el Cesfam Poetisa Gabriela Mistral, ubicado en la comuna de San Ramón, a los adultos mayores de 65 años sin comorbilidades y a las personas rezagadas en el calendario del Minsal. Gamboa ha participado en la campaña desde que comenzó, el 3 de febrero, y dice sentirse “a gusto y gratificado con el tema de la vacunación, ya que va a ser algo a nivel mundial muy importante. Me siento orgulloso de ser parte de este proceso”.
Una de las observaciones de Gamboa es que, debido a las noticias falsas que se difunden por redes sociales, muchas personas llegan al vacunatorio con dudas sobre el proceso. “Lo primero que preguntan es cuál vacuna le vamos a poner”, explica el técnico y agrega que a algunos “les gusta más la Sinovac o la Pfizer”. Además, también le han preguntado si la dosis “puede modificar el ADN”, consulta ante la cual el tens, según cuenta, se empeña en desmitificar.
En su Cesfam hay varios puntos de inmunización y seis miembros del personal médico vacunando. En total, el equipo lleva más de tres mil personas vacunadas a la fecha. “Uno se percata más de los adultos mayores, que me han dicho cosas como ‘tenemos una nueva posibilidad de vivir’, yo los noto tan felices”. El profesional dice que por el momento han tenido una muy buena cobertura y que estará trabajando con las vacunas hasta que la campaña de inmunización finalice.
Javiera Mayo (31), odontóloga del Cesfam Lo Barnechea
“La experiencia ha sido muy buena, está todo bien organizado en los puntos de vacunación y por lo menos en los que estoy trabajando yo, se avanza rápido. Las personas se van muy felices del vacunatorio”, comenta la dentista Javiera Mayo, quien por estos días se dedica a vacunar a adultos mayores y profesores en diferentes puntos de Lo Barnechea, como en el Gimnasio Municipal, en el Centro Cultural El Tranque y en el Cesfam local, donde hace dos años tiene su consulta de odontología general. A la par, la profesional se desempeña en una consulta particular, donde realiza tratamientos de estética facial.
Mayo comenta que, aunque ha transcurrido un mes, persiste la confusión sobre los días y edades acordes al calendario de vacunación establecido por el Minsal. “La gente está un poco desinformada, pues van cambiando las edades cada día. A veces llegan personas que no les toca vacunarse y ahí ocurren los problemas, porque realmente uno no puede vacunar, pero no porque uno no quiera. Entonces las personas se molestan”. No obstante, la profesional destaca que ha sido “muy satisfactorio saber que uno esta ayudando a, ojalá, acabar con esta pandemia, que está perjudicando a tanta gente”.
A la dentista le toca rotarse entre los distintos puntos de vacunación de la comuna y explica que en cada módulo de atención, por lo general, hay tres personas trabajando. También hay áreas de enfermería en caso de que algún paciente requiera de atención médica o tenga alguna reacción adversa. La odontóloga está dedicada por el momento a inocular, ya que en el consultorio donde atiende y debido a la emergencia sanitaria “se tuvieron que reestructurar los sillones, entonces no hay boxes disponibles para recibir pacientes”. De momento, afirma, solo algunas urgencias y tratamientos GES serían las excepciones.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.