Autorizan retorno de los estudiantes a centros formadores de salud: buscan frenar drástica caída en titulaciones

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En medio de la mejoría de los indicadores epidemiológicos, las subsecretarías de Redes Asistenciales y Educación autorizaron que los recintos clínicos vuelvan a recibir a estudiantes del área de la salud para sus prácticas. El cese de la actividad médica no Covid-19 en la mayoría de los hospitales formadores implicó una caída en las titulaciones de un 61,5% durante el 2020 en las carreras relacionadas.


A inicios de esta semana, y luego de registrar más de mil reclamos, la Superintendencia de Educación Superior endureció las fiscalizaciones para forzar que los establecimientos retomen la presencialidad a medida que puedan hacerlo. Es decir, desde la fase de Transición en adelante, estos podrán abrir cumpliendo con protocolos como el uso de mascarilla, un metro de distancia y registro de quienes concurran a las actividades presenciales.

Sin embargo, muchas veces estas actividades -como prácticas y talleres- no se realizan solamente dentro de las dependencias de las universidades, sino que también fuera de ellas, y es el caso, principalmente, de las carreras de la salud.

En ese contexto, las subsecretarías de Redes Asistenciales y de Educación Superior enviaron un oficio el 19 de julio a los servicios de salud y otros centros formadores en el que se les solicitó “la planificación y ejecución del retorno a la actividad docente presencial, tanto de pregrado como de posgrado”.

Ello, “en razón de las mejores condiciones epidemiológicas generadas por la disminución sostenida en las tasas de contagios Covid-19, las altas tasas de vacunación logradas en el país y el retorno paulatino de la actividad quirúrgica y asistencial en los hospitales de nuestra red”.

Este oficio se circunscribe en lo sancionado por la Superintendencia de Educación Superior, la que aseguró a los planteles que si no cuentan con una “planificación adecuada” para reanudar la presencialidad “o no hayan ejecutado las medidas necesarias para normalizar de manera progresiva la modalidad de enseñanza convenida originalmente con sus estudiantes”, se podrían instruir sanciones “de hasta 1.000 UTM por cada incumplimiento contractual acreditado”.

Retraso en los egresos

En el documento, ambas subsecretarías detallan que la emergencia sanitaria del coronavirus ha implicado el retraso en “la realización de procesos formativos prácticos que requieren presencialidad en campos clínicos, provocando la postergación de numerosos egresos y titulaciones en las carreras del área”.

Así, según los datos expuestos en la resolución, se da cuenta de que las titulaciones en programas de salud impartidos por universidades durante el 2020 cayeron en un 61,5% respecto del 2019, siendo las carreras más afectadas Medicina, Odontología y Kinesiología, las que presentaron caídas por sobre el 70%.

Sobre estos retrasos, el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, señala que la detención de la actividad docente en la red “ha representado un importante problema para los estudiantes de carreras de la salud. En efecto, según el Informe de Titulación 2020 realizado por nuestro Servicio de Información de la Educación Superior (SIES), las carreras del área de la salud fueron las más afectadas del sistema, al mostrar una disminución en el número de sus titulados de un 46,5% en comparación con el año anterior”.

Desde Redes Asistenciales, el subsecretario Alberto Dougnac explica que el retorno debe ser ordenado y planificado, “cumpliendo con los protocolos establecidos para ello, así como los aforos correspondientes en cada establecimiento”.

“Para nosotros es muy importante retomar las actividades formativas de manera que, mediante la práctica, cada estudiante pueda aplicar el aprendizaje dictado en las aulas. De esta forma, nuestros campos clínicos vuelven a ser aquellos espacios de conocimiento, formación y perfeccionamiento que permiten preparar profesionales comprometidos con la salud pública de nuestro país”, agrega Dougnac.

En la Facultad de Medicina de la U. San Sebastián, relata su decano, doctor Carlos Pérez, el retorno comenzó antes de la emisión de esta circular. El facultativo explica que si bien durante el año pasado muchos de los alumnos de la carrera contribuyeron en la emergencia sanitaria en los distintos hospitales, existió un retraso en las horas que deben cursar por cada servicio: medicina interna, cirugía, ginecología, entre otros.

Así, explica que en el caso de los “estudiantes de cursos más pequeños, hemos tenido que reemplazar la presencialidad por actividades a distancia, o simulaciones en nuestros propios recintos cumpliendo con los protocolos. Ante esta directriz, que nos autoriza al retorno, ya habíamos comenzado a retomar la presencialidad de manera progresiva. En el caso de los estudiantes de Medicina, es a partir del tercer año, antes de internado”.

El académico Claudio Castillo y jefe de campos clínicos de medicina en la U. de Santiago durante 2020, explica que durante el año pasado “la definición del Minsal fue dejar en libertad de acción para que generaran sus propios protocolos en la relación docente-asistencial. Eso implicó que cada uno de los centros tomara sus decisiones y negociara de forma independiente con las universidades. Hubo establecimientos que mantuvieron a los estudiantes haciendo sus prácticas y en otros se suspendió completamente. Eso tiene un impacto en la formación de recursos humanos y un retraso en el término de los procesos formativos, implicaba extender semestres e incluso perder beneficios como becas o gratuidad. Fue y sigue siendo una situación súper compleja de abordar, porque los internos generan un aporte significativo en los establecimientos en tanto se integran a los equipos”.

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