De Alepo a Ucrania, los paralelos de una guerra de asedio y destrucción
“Fue como lo que pasamos. Las mismas tácticas y escenas”, afirma un sirio que vivió los bombardeos rusos durante la guerra civil. El gobierno ucraniano cifra en más de US$ 565.000 millones los daños provocados hasta ahora por la invasión ordenada por el Kremlin.
Con ayuda del gobierno de Vladimir Putin a finales de 2016, las fuerzas del gobierno sirio de Bashar Assad habían aislado completamente la parte oriental de Alepo. Meses de constantes bombardeos rusos destruyeron la ciudad en manos de los rebeldes y la escasez de alimentos comenzó a afectar en gran medida a las 270.000 personas que la habitaban. Ahora un escenario similar se está viviendo en Mariupol y otras zonas de Ucrania. El Kremlin, a juicio de los expertos, repite el modelo de guerra de asedio y destrucción.
Rami al Fares, un sirio que vivió en Kfar Nabel, una ciudad al sur de la provincia de Idlib, dijo a la cadena Al Jazeera que todavía sigue conmocionado por la docena de ataques aéreos que golpeó el hospital donde trabajaba. El primer ataque en 2014, menciona, mató a un bebé recién nacido y a dos médicos.
Asegura que cuando vio las noticias la semana pasada sobre el bombardeo ruso al hospital de maternidad de Mariupol, los recuerdos comenzaron a llegar. “Fue como lo que pasamos. Las mismas tácticas y escenas”, dijo Al Fares.
Falta de alimentos
Cuando el asedio en Alepo comenzó, durante meses los bombardeos impactaban en distintas zonas de la ciudad. Hospitales, colegios, zonas residenciales eran destruidos todos los días y la escasez de alimentos era grave.
Afraa Hashem comentó a la agencia de noticias The Associated Press cómo vivió el asedio a Alepo. Debido a la escasez de comida y la imposibilidad de ir a buscar alimentos por los constantes bombardeos, Hashem tenía que inventar platos para sus hijos. Con un pan con hongos, un poco de cilantro, ajo y las famosas hojas de pimiento rojo de Alepo, ella se las ingenió para prepararles un plato que ella decía que era tilapia. Juntos, todos fingieron que era pescado.
Años después en Mariupol se vive una situación similar. Una mujer ucraniana le dijo al diario español El Mundo que su vecina estaba comiendo lo que encontraba en su casa. “La única comida que tenía eran unos trozos de hígado medio podridos, ya que el refrigerador no funciona. Les echó mucha sal y los frió”, detalló.
Escasez de agua
A causa de ofensiva rusa, Mariupol quedó sin abastecimiento de agua, ahora los ciudadanos han tenido que derretir nieve o sacarla directamente de los ríos para poder consumirla.
Dmytro Gurin, parlamentario ucraniano, dijo a la BBC que en la desesperación por obtener agua, sus papás estaban bebiendo nieve. “¿Puedes intentar imaginar esto? Tus papás, de 67 y 69 años, están bebiendo nieve e intentando cocinar en un fuego al aire libre en invierno y hay un bombardeo continuo”, comentó el diputado.
Asimismo, en Siria los ataques de las fuerzas rusas dejaron sin funcionamiento una estación de suministro de agua, lo que afectó a 1,5 millones de personas al oeste de Alepo.
Debido a ello, la población tuvo que sacar agua de pozos altamente contaminados. Para llegar a esos lugares tenían que emprender caminatas peligrosas en las que nada les aseguraba volver vivos.
Carencia de medicamentos
Los enfrentamientos entre rebeldes sirios y el gobierno de Bashar Assad causaron la destrucción de fábricas farmacéuticas locales. Esto llevó a una grave escasez de medicamentos e impidió el tratamiento adecuado de los heridos y personas que padecen de enfermedades crónicas.
Los principales medicamentos afectados eran los destinados al tratamiento de la tuberculosis, la hepatitis, la hipertensión, la diabetes y el cáncer. Esto obligó a cerrar centros de salud y hospitales.
Algunas farmacias de Ucrania ya fueron saqueadas producto de la invasión rusa. En Mariupol hace más de 10 días que no tienen medicamentos, la cantidad de heridos aumenta día a día y el aislamiento de la ciudad imposibilita la llegada de suministros.
“La gente dice que las necesidades de medicamentos son diversas. Sobre todo, para los enfermos de diabetes y cáncer. Pero ya no hay forma de encontrarlos en la ciudad”, dijo Sasha Volkov, jefe de la oficina de la Cruz Roja en Mariupol, al Daily Mail.
Cortes de electricidad
En la mayoría de las ciudades ucranianas que han sido asediadas por las fuerzas rusas se han inhabilitado los suministros eléctricos para así mantener a las personas en sus casas. Asimismo, los aparatos médicos no funcionan, por lo que es aún más difícil tratar a las personas heridas o con algún tipo de enfermedad.
Siria enfrentó una situación similar en los últimos años, e incluso imágenes satelitales mostraban que gran parte del país no contaba con fuentes de electricidad.
La guerra en curso en Ucrania ya entró a su cuarta semana y los daños se van incrementando con el pasar de los días, pero estos no son comparables con los años que desfiguraron minuciosamente a Siria.
Según la información entregada por la administración ucraniana, las fuerzas invasoras han dañado más de 200 colegios, 117 hospitales y más de 1.500 edificios residenciales. Además, cifran los daños en más de US$ 565.000 millones.
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