El fantasma de Podemos: las lecciones que saca el Frente Amplio de la caída de Pablo Iglesias

Giorgio Jackson Pablo Iglesias Irene Montero
Foto publicada por Irene Montero en su cuenta de Instagram el 27 de febrero del 2020.

Tras la derrota en Madrid de uno de sus principales referentes internacionales, en el bloque sacan diferentes conclusiones de lo que el destino de Podemos podría significar para el conglomerado. La crítica a la fragmentación de su propio sector, la falta de renovación de sus liderazgos, la necesidad de poder comunicar sus ideas en los territorios y los costos de haber pactado con la izquierda tradicional son algunos de los factores que los dirigentes chilenos miran con atención de cara al próximo ciclo político.


Con distancia, pero con atención observan desde el Frente Amplio el hito que este martes cambió la correlación de fuerzas en el ajedrez español y que, tras los comicios para el gobierno de la Comunidad de Madrid, dejó a uno de sus principales referentes, Unidas Podemos, como uno de los mayores derrotados de la jornada. En esas elecciones, el partido quedó en el quinto lugar, arrastrando a su líder, Pablo Iglesias, a alejarse de la vida política.

La colectividad, que es uno de los principales referentes internacionales del bloque chileno, quedó por detrás del PSOE, la fuerza disidente de izquierda Más Madrid e incluso de la ultraderecha Vox. Mientras que el Partido Popular, de centroderecha, amplió su respaldo y se consolidó con una importante distancia como la primera fuerza.

El escenario no dejó indiferentes a los dirigentes frenteamplistas. Sobre todo, porque en los cuatro años desde la conformación formal del bloque, sus principales figuras -como el diputado Giorgio Jackson (RD) y el abanderado presidencial Gabriel Boric (CS)- han tejido importantes lazos con Iglesias y su círculo.

De hecho, varios esta mañana en el Frente Amplio recordaban cuando a principios de 2020 Jackson tuvo que hacerse un PCR luego de viajar a España y reunirse con Iglesias y su esposa, la ministra de Igualdad española, Irene Montero, quien por ese entonces había dado positivo al coronavirus.

Y si bien varios de sus líderes destacan las diferencias respecto del contexto español y el chileno, admiten que justamente en medio del proceso de descomposición que ha sufrido el conglomerado y los desafíos que se le abren en el nuevo ciclo político, no está de más reflexionar sobre las lecciones que el proceso español puede dejarles para el futuro.

No hay que olvidar -dicen en la centroizquierda- que el conglomerado ha enfrentado una crisis importante en el último tiempo. El punto de inflexión fue el acuerdo del 15 de noviembre, que precipitó la salida del Partido Humanista, Igualdad y el quiebre interno en algunas colectividades, como Convergencia Social. Y, el año pasado, cuando el Partido Liberal optó por quebrar con sus socios de RD, CS, Comunes, Unir y Fuerza Común.

Eso, sumado a la irrupción de Pamela Jiles (PH) y a que algunos leen que el PC ha logrado copar su espacio, luego de que pactaran con ellos en el conglomerado Apruebo Chile Digno, los mantiene en una situación compleja. La gran prueba de fuego serán las megaelecciones del próximo 15 y 16 de mayo.

Las lecciones

Para el senador Juan Ignacio Latorre (RD), “tenemos que sacar lecciones del proceso español, es muy interesante lo que ha ocurrido y es muy dura la derrota de Unidas Podemos y de Pablo Iglesias en Madrid”.

En ese sentido, señala que “una primera reflexión es cómo la fragmentación de las fuerzas transformadores y de cambios, el quiebre que tuvo con el movimiento Más Madrid que lideró Iñigo Errejón y también las dificultades de un gobierno de coalición con el Partido Socialista, como el PSOE, que sufre también una derrota muy profunda en Madrid, le dieron el pase a un gobierno de derecha y de extrema derecha. Hay que hacer varios análisis, pero me quedo con que la fragmentación de las fuerzas de cambio le pueden facilitar el triunfo a la derecha y a la extrema derecha”.

Una mirada más cauta transmite el diputado RD Miguel Crispi: “Hay que mirarlo con mucha atención, no arrastraría reflexiones. Siempre me pareció de un arrojo y de una capacidad la manera en que Podemos se hace parte de un gobierno, imponiéndole a la centroizquierda una agenda que no era de ella, pero a la vuelta de la esquina vino una derrota. Hay que hacer una lectura muy profunda de eso”.

En ese mismo tono, la presidenta de Convergencia Social, Alondra Arellano, sostiene que no es “comparable” el escenario chileno y el español. Sin embargo, admite que una de las debilidades que comparten con sus pares madrileños es su dificultad para traspasar su mensaje político e ideológico a una fuerza electoral.

“Tenemos que analizar el mapa completo, si bien Podemos quedó en el último lugar, quien realmente sufrió una pérdida dramática de votos es el PSOE, por eso no hay que ver sólo España, también hay que analizar lo que pasó en Ecuador o en Perú. Y si bien han existido intensos procesos de movilización que llevan detrás nuestras ideas, tenemos problemas al traspasar ese mensaje a la adhesión electoral y eso nos lleva a revisar las formas, la gente quiere más cercanía y trabajo territorial. También como existe un hastío con el sistema institucional democrático, quiere cambios ahora, y a pesar del ingreso de nuevas fuerzas a la institucionalidad eso no ocurre con la rapidez esperada”.

El líder de Unir y candidato presidencial, Marcelo Díaz, asegura que “siempre he pensado que si bien hay muchas similitudes entre el Frente Amplio y Podemos, por su génesis y todo, en realidad el símil de la trayectoria posconstitución del FA debiera asemejarse más a lo que fue la lucha de Sánchez al interior del PSOE. Que fue capaz de recuperarlo, desde su reivindicación de partido de izquierda, de la vieja guardia”.

Y agrega: “Siempre la realidad de España ha tenido algún parecido con la realidad chilena, pero finalmente son juegos de imágenes, porque son realidades distintas. Hay una semejanza y es que ambas son sociedades culturalmente progresistas, con ciudadanos más dispuestos a votar por alternativas progresistas, pero de las alternativas políticas depende generar mayorías progresistas para formar gobierno y esa es una lección que hay que sacar. Nadie por sí solo puede ofrecer una alternativa. La izquierda debe ser capaz de construir un proyecto colectivo. Y cuando me refiero a la izquierda hablo desde el PC hasta el PS y el PPD”.

Para el presidente de Comunes, Jorge Ramírez, “todos los procesos deben mirarse siempre con atención, pero entendiendo -cómo decía Mariategui- que el proyecto en Chile no puede ser ni copia ni calco de otros. Ahora bien, uno lamenta que la izquierda española no haya sido capaz de derrotar a la derecha y de eso evidentemente debemos hacer una reflexión en nuestro sector para que no se repita en Chile”.

“Yo estoy convencido de que se requiere una fuerza democrática y popular capaz de articular y no simplemente juntar identidades de izquierda, eso es parte de lo que también deja la derrota de Madrid”, añade.

El diputado Diego Ibáñez (CS) pone un matiz. “Más allá de Podemos, hay que mirar lo que pasó en el progresismo. La oposición ahora la lidera Más Madrid, una fuerza ecologista y feminista que supo renovar sus liderazgos, hablar de las cosas que importan, evitando las peleas intestinas. Pese a toda la pasión y su aporte histórico, la tesis de Iglesias fracasa, más no las ideas de fondo que hoy representa muy bien Mónica García. Muchos quieren hacer ver esto como el fracaso de las izquierdas, pero yo creo que es solo el comienzo de una alternativa verde y morada que crece con originalidad y que hoy preocupa mucho más a los poderosos. Son tiempos de cambios, de evaluar caminos, y eso es una enseñanza que el Frente Amplio debe saber recoger”.

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