¿La curva de contagios va en descenso? Así lo plantean algunos expertos

Con una leve caída en la contagiosidad y los casos diarios del virus, las cifras muestran lo que podría ser un quiebre en la tendencia al alza, según las proyecciones más optimistas, o, al menos, una aparente estabilización de los contagios, según aventuran otros académicos. Donde sí hay acuerdo es en el llamado a la cautela, a la espera de una consolidación de esta caída. "Después de tanto esfuerzo, privaciones y sacrificios, estamos empezando a ver la luz al final de túnel”, afirmó ayer el Presidente Sebastián Piñera.


“La situación sanitaria está empezando a mejorar”. Esa fue la aseveración que hizo este lunes el Presidente Sebastián Piñera para referirse al estado actual de la pandemia del coronavirus en Chile, en una jornada en la que se anunciaron 6.643 nuevos casos, luego de cuatro días consecutivos con contagios que superaron la barrera de los 7.000.

Previamente, en su reporte diario, el ministro de Salud Enrique Paris aseguró que el país ha tenido una disminución del 5% en los casos a nivel nacional. “Sin embargo, esto no es ni siquiera para celebrar, sino todo lo contrario, tenemos que seguir trabajando para combatir la pandemia”, afirmó.

¿La situación sanitaria sí mejora? ¿El país efectivamente está comenzando a vivir la baja en la ola? Distintos expertos entregan su visión.

Mauricio Canals, médico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile y autor de varios informes por Covid-19, señala en su último estudio que Chile está con una carga de enfermedad muy alta, pero también que ahora hay evidencias de un descenso e indicios de los efectos de la vacuna, junto con el impacto de las medidas restrictivas aplicadas a la población. Aunque con ciertas advertencias.

Hay algunas evidencias de que estamos en un descenso. Hay que confirmarlo durante estas semanas. Lo que tenemos es un R que está bajo 1, lo que debería ser confirmado”, señala el experto, aludiendo a la velocidad de propagación del virus que, cuando está por debajo de 1 en una zona geográfica, ve disminuida su contagiosidad.

En su informe, el experto señala que ahora hay sólo cuatro regiones con un R superior a 1 (Atacama, Maule, Araucanía y Magallanes) y que de esas cuatro, tres tienen valores muy cercanos a 1. “Esto es una clara y consistente evidencia de descenso, aunque por ahora leve”, señala en el escrito, donde se detalla que Chile está con un R de 0,93.

Por eso, más en profundidad, dice que “siempre hay que ser cautos”, y agrega que el hecho de que el R sea menor que 1 “da cierta esperanza de que podríamos estar empezando a disminuir, pero siempre hay que advertir que la ocupación de camas y los servicios de salud van a seguir aumentando sus pacientes por el retardo en que se evidencie el contagio en una persona. A pesar de que se ve un pequeño descenso en las cifras, que podríamos llegar a decir que significa un descenso en la ola, la ocupación va a seguir“.

Gabriel Cavada, epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, refuerza lo descrito por Canals: “Por primera vez en ocho semanas que hemos observado un R efectivo semanal bajo 1, de 0,96, y observamos una reducción epidémica del orden del 4% de casos por semana”.

Por eso, dice, “el número de hoy es bastante esperanzador, pero creo que falta consolidarlo. Deberíamos esperarnos a la próxima semana y si volvemos a observar un R efectivo menor que 1, uno tendría algún nivel de evidencia para decir que esto está en una remisión más o menos franca”.

“Lo que sí hay que decir es que estamos en una estabilización de casos, con visos de descenso. Hay que empezar a mirar cuál es el efecto de la vacuna. Sería prudente empezarlo a mirar a finales de abril o primera semana de mayo, y saber si tenemos un quiebre definitivo de la curva”, agrega.

Por su parte, Manuel Nájera, médico especialista en Epidemiología y docente de la UDD, señala que “más que un descenso, veo que parece un estancamiento, pero claro, después de 9.000 casos todo parece un descenso”. Señala, eso sí, que “si uno lo mirara en frío se podría ver que tal vez estamos pasando el peak de esta ola”.

De todas formas, su lectura le hace señalar que esta ola esta siendo distinta, porque en la anterior el ascenso fue intenso y la baja también, “pero ahora como que va subiendo de a poco, por lo tanto la baja también puede ser de a poco, lo que implica mucha sobrecarga y cantidad de fallecidos igual de altos como la primera vez”. Agrega, además, que “es preocupante estar tres semanas teniendo días sobre los 7.000 casos, por lo que la situación es de muy alta carga y tenemos para dos o tres semanas de alta carga de enfermos”.

Piñera también señaló este lunes que “Chile no puede bajar la guardia”, y apuntó a que “esta mejoría en la situación nos va a permitir ir recuperando mayores grados de libertad y movilidad de los ciudadanos”. Y añadió: “Porque después de tanto esfuerzo, privaciones y sacrificios, estamos empezando a ver la luz al final de túnel”.

Nájera, eso sí, llamó a ser cautos con los anuncios: “El solo hecho de que se anuncie un descenso cambia la conducta de las personas y ese descenso pudiera no ser más. Los modelos predicen si todo se mantiene igual, pero incluso una leve mejora podría levantar la discusión de si se levanta la cuarentena y eso mismo puede cambiar todo”.

Claudio Castillo, académico en Salud Pública de la Usach, dice que Chile está viviendo un momento “de alta fragilidad”, porque si se miran los datos en términos de la evolución del promedio móvil de siete días en casos nuevos, “efectivamente llevamos dos días a la baja”. Sin embargo, explica, “previamente también se han producido estas fluctuaciones. Es muy dependiente de la cantidad de exámenes que se estén haciendo. No es posible hoy día determinar que ya vamos completamente a la baja, porque estamos con un promedio de casi 7.000 casos”.

“Es muy difícil estimar que estamos ya en franco descenso. Estamos viendo el resultado del avance de la vacunación en los grupos de las personas de mayor edad y estamos viendo el efecto de las medidas de la disminución de la movilidad, aun cuando en la Región Metropolitana, en esta cuarentena, ha sido menor que el año pasado”, añade.

Alta carga de infectados

En su informe actualizado al 18 de abril, Canals aporta cifras decidoras, que apuntan a tasas cerca de cuatro veces lo máximo tolerable (10 por cada 100.000 habitantes) de contagios, lo que califica de “alarmante” debido a que esto está provocando una saturación completa del sistema de salud, especialmente de sus UCI.

“Aunque disminuya la trasmisión, son muchos casos. Y eso está colapsando el sistema de salud”, dice el médico, quien advierte que “ahí es donde hay que poner más ojo, porque se debe destacar que seguimos con una altísima carga, mucho más de lo que el sistema debiese tolerar, por eso la ocupación está casi al límite. Y sí, hay una leve esperanza de que va a disminuir, pero la vacuna aún no está causando un claro efecto”.

En ese sentido, en el reporte diario de este lunes se informó del foco de preocupación que supone el sostenido aumento de pacientes hospitalizados en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y, en consecuencia, la disponibilidad de camas críticas. Se dijo que actualmente hay 3.364 internados en UCI (20 más que el día anterior) y 2.914 de ellos están conectados a ventilación mecánica, mientras que en la red integrada de salud, de 4.389 camas críticas habilitadas, 4.191 (95,49%) están ocupadas.

“Tenemos una tasa de incidencia muy alta. Siempre se recomienda tener bajo 10 por cada 100.000 habitantes, incluso para salir de las cuarentenas, y estamos sobre los 30 o 40 por cada 100.000 en muchas comunas. Hay mucha carga de enfermos y eso complica, porque hay pocas camas libres, que es la forma de atender y disminuir la mortalidad”, expone el epidemiólogo Nájera.

Castillo, en tanto, explica que del total de personas que se confirman con casos nuevos, se estima que poco menos del 10% va a requerir hospitalización y un 0,5% ingreso a UCI “y la capacidad del sistema está aumentándose menos que la demanda de camas”.

La letalidad

Otro factor a tener en cuenta a la hora de hablar de mejorías, según los expertos, es la letalidad del virus, algo que desde la semana pasada a esta varió muy poco. “Si uno mira las tres últimas semanas en términos de incidencia de muerte, hace tres tuvimos 607 muertes acumuladas, la semana pasada 806 y la semana que clausuramos este lunes, 794″, son los datos que aporta el epidemiólogo Cavada, quien agrega que “los muertos han sido bastante más reacios a bajar. Ha sido bastante más floja la dinámica de la curva de muertos”.

Por eso, a su juicio, cuando la situación esté en evidente mejora, también debería disminuir la incidencia de muertos. “La letalidad está bajando sostenidamente, pero la velocidad de la baja de esa letalidad es muy chica”, asegura.

En términos de muertes, señala el académico Canals, “aún vivimos una respuesta del gran ascenso de casos que vivimos hace dos semanas y eso debiera persistir por un tiempo”. “Ha sido una ola importante en número casos, una ola menos empinada, aunque más masiva a nivel de toda la población de Chile, no está solo en Santiago”.

Según datos del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), se inscribieron otros 100 fallecimientos confirmados por Covid-19, totalizando 27.277 en el país.

Nájera, en tanto, asegura que Chile está enfrentando una cantidad de fallecidos que no es en números diarios tan escandalosa como en la primera ola, “pero llevamos mucho tiempo con una cantidad alta de fallecidos. En tres meses ya llevamos casi la mitad del año pasado. No es tan alto como en los peaks anteriores, pero es sostenida”. Por eso, advierte, “hay que matizar el discurso de mejora”, porque según la evidencia “sigue muriendo mucha gente, está difícil el control, hay que extremar las medidas de cuidado y no relajarse”.

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