Lo bueno, lo malo y lo que se debe hacer ahora: el balance de la Mesa Social Covid-19 en el primer año de la pandemia
Mañana miércoles se cumple un año de la llegada del virus al país y, frente a ese hito, los integrantes de la instancia analizaron la gestión del gobierno frente a la emergencia. Las rápidas y exitosas gestiones para conseguir vacunas y el aumento de la capacidad hospitalaria son los aspectos positivos que más se repiten, mientras la comunicación de riesgo y la falta de coordinación con los alcaldes aparecen como lo peor evaluado. ¿Los desafíos? Mantener las medidas de seguridad, incluido el toque de queda, a la vez que se avanza con el plan de inmunización contra el coronavirus.
En medio de la tensión que generaban las primeras medidas adoptadas para combatir el coronavirus, La Moneda determinó crear la Mesa Social Covid-19 -encabezada por el exministro Gonzalo Blumel- para canalizar en esta instancia las recomendaciones, solicitudes y críticas que emanaban, cruzadas, desde alcaldes, expertos, exautoridades y médicos. Incluso, el ministro de Salud, Enrique Paris, fue uno de sus integrantes, antes de asumir la cartera sanitaria. La instancia sigue vigente y, a poco de cumplir un año sesionando, La Tercera consultó a sus miembros su visión de la estrategia desplegada.
Izkia Siches, presidenta del Colegio Médico
Para la representante de los médicos, la coordinación de las camas críticas para dar abasto a la demanda asistencial es uno de los elementos fuertes. Pero también “resaltaría la gestión de vacunas, intentando una compra con múltiples proveedores y de la mano de los estudios científicos que se desarrollaban en Chile, sumándonos, también, a los convenios liderados por la OMS/OPS, como la alianza Covax”, destaca.
Siches afirma que la emergencia ha significado un aprendizaje para todos. Y que “una de las reflexiones es la apertura a trabajar con actores como el Colegio Médico, las sociedades científicas, los alcaldes, la academia, y entender que el trabajo colaborativo era la mejor forma de abordaje. Por otro lado, el estilo inicialmente confrontacional del exministro Jaime Mañalich y algunas fragilidades en materia de comunicación de riesgo aún necesitan de una profesionalización”. También enumeró entre los ámbitos que han sido objeto de críticas el retraso en la incorporación de la Atención Primaria en la estrategia de control y combate de la pandemia.
Algo que se debe mejorar, señala la médica, es la estrategia de testeo, trazabilidad y aislamiento (TTA), “que hasta la fecha se mantiene con falencias”.
Lo que viene ahora, destaca Siches, es materia de análisis. “Hemos reflexionado con el mundo de la educación respecto del retorno a clases seguro, trabajo que recién estamos intentando consolidar”. Y agregó que “como Colegio Médico estamos preocupados por la alta ocupación de camas críticas; la epidemia se ha estabilizado, pero con un alto número de casos. El Plan Otoño -que lanzó el gobierno- puede ser una oportunidad para retomar las lógicas sanitarias en las actividades de alto y de bajo riesgo, pero considerando que hay un interés por proteger a los niños en su retorno a clases, es necesario clarificar cuáles son nuestras prioridades y reordenarlas”.
Carmen Castillo, exministra de Salud
La exministra destaca de la gestión de la pandemia “el manejo integral de la red de salud, uniendo lo público con lo privado, para enfrentar la parte más compleja, que es la hospitalización, es decir, los casos complicados. Lo otro positivo es que se gestionó la adquisición de equipamiento de alta complejidad, como los ventiladores mecánicos”.
Castillo enfatiza que “la atención primaria demostró lo importante que es el testeo, la trazabilidad y el aislamiento. Y se debe mantener y reforzar, tal como lo está haciendo el Ministerio de Salud. Pero esa fue una debilidad: no se visualizó que la atención primaria es un potencial enorme para prevenir”.
La salubrista sostiene que se debe mejorar la comunicación de riesgo, “que es la forma de cómo se llega a dar orientación a la población respecto de las conductas que se tienen que seguir, y también el análisis de los riesgos. Esa focalización de la comunicación no estuvo presente y todavía tiene debilidades, pues debe adaptarse a las realidades locales”.
La exautoridad, como gran desafío para este año, apunta a la prevención. “Ahora que nos vamos a encerrar más por el invierno, tendremos menos espacios para airear y ventilar los hogares. El frío hace que uno se encierre, se agrupe y haya menos recambio de espacio. Eso puede provocar problemas. También hemos hablado del horario diferido en los trabajos, colegios y transporte, lo que ojalá sea una consideración especial, pues el hacinamiento que se ve es un foco de riesgo”.
Fernando Leanes, representante de la OMS/OPS en Chile
El representante de OPS/OMS destaca la anticipación y principio precautorio ante el posible riesgo de colapso de los hospitales que asumió el gobierno al planificar el plan, así como la articulación son otros sectores, como Interior, Ciencias, Relaciones Exteriores, universidades y alcaldes. “Fue, a la vez, un desafío y un logro colectivo”, añade.
Leanes explica que si bien ha existido un alto nivel de testeo, estrategias de aislamiento como las residencias sanitarias y un plan de trazabilidad, “pese a ello, hubo transmisión en la comunidad, muchas personas se contagiaron sin saber de quién. Es un desafío que colectivamente enfrentamos. Podemos mejorar la comunicación de riesgo y cambiar conductas”.
Desde la OPS/OMS, su representante sugiere tener presente “que probablemente quien reciba un esquema de vacunación quedará protegido contra formas graves de la enfermedad, pero ninguna vacuna ofrece protección del 100% y aún no hay suficiente evidencia de que la vacuna impida la transmisión: relajar otras medidas agravará la epidemia”.
Ignacio Sánchez, rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile
La Universidad Católica, mediante su rector, es una de las figuras que más se han involucrado en la gestión de la pandemia. Es esa casa de estudios la que comenzó las primeras tratativas para contar con las vacunas de Sinovac, siendo parte de un ensayo clínico. Sobre los aspectos positivos, Sánchez explica que “se planificó de manera muy organizada la gestión hospitalaria con un significativo aumento en el número de camas críticas. También fue importante la coordinación y toma de decisiones de tipo central, el manejo de los datos y la posibilidad de contar con consejos científicos asesores”.
Un punto bajo de la gestión para el rector es que “tomó un tiempo poder tener una coordinación efectiva con los alcaldes, en especial con el trabajo territorial y las comunidades de base. Se ha demostrado que esto es clave en el manejo de una pandemia, ya que la detección de los casos, el testeo y la trazabilidad se realizan en la atención primaria. Este trabajo es la única forma de controlar el contagio y el crecimiento de los casos”.
Para los próximos meses, el doctor apunta a que “se debe insistir en las medidas generales e individuales, que son las más efectivas: evitar aglomeraciones, mantener los aforos máximos, ventilar los espacios cerrados, lavado frecuente de manos, uso permanente de mascarilla y alcohol gel (...). Enfrentaremos unos próximos dos o tres meses difíciles por el número de casos y la gravedad de estos hasta que ya haya un impacto comunitario de la vacuna”.
Ennio Vivaldi, rector de la Universidad de Chile
Vivaldi señala “el desempeño del sistema público. No quedó duda de la importancia de la atención primaria como un factor clave, por lo bien que hizo lo que se tenía que hacer. También, entre lo más relevante está el éxito del programa nacional de inmunización”. El rector agrega que, a pesar de ser la última línea de combate contra la pandemia, “hay que celebrar que haya habido un aumento de camas críticas. Hubo una preocupación del Minsal desde el comienzo”.
Sin embargo, como crítica, plantea que “debió desplegarse desde la partida un mayor equilibrio entre las medidas que apuntaban a la Unidad de Cuidados Intensivos y la atención primaria, con el testeo, trazabilidad y aislamiento. Otra cosa criticable y que fue corregida por la Mesa Social fue la posibilidad de que los actores relevantes pudieran participar en la toma de decisiones”.
Andrés Couve, ministro de Ciencia y Tecnología
Desde las ciencias, el titular de la cartera destaca que “este año de pandemia marca -diría que de manera definitiva- la incorporación de la evidencia científica a la toma de decisiones, abriendo nuevos espacios de articulación y colaboración entre el mundo científico y la política, en un momento en que las confianzas estaban debilitadas por la reciente crisis social”.
Entre las falencias, señala la falta de datos que en algún momento fue criticada por las sociedad científicas. “La demanda por información no se correspondía con las capacidades con las que contábamos como país en ese momento y fuimos construyendo -en medio de duras críticas- un repositorio abierto que hoy cuenta con 76 sets de datos”, explica.
A un año del inicio de la pandemia, Couve apuesta a continuar con el exitoso proceso de vacunación. “(Las vacunas) han sido el ejemplo de cómo la investigación científica permitió anticiparnos, levantar la mirada en momentos difíciles mientras enfrentamos las exigencias de la emergencia”.
Rodrigo Delgado, ministro del Interior
Aunque no fue parte de la formación original como ministro, Delgado sí asistió con regularidad a la Mesa Social antes de entrar al gabinete, en su calidad de alcalde -hasta ese entonces- de Estación Central y representante de la Asociación de Municipalidades de Chile (Amuch). “Lo bueno fue la capacidad de anticiparse y gestionar la adquisición de ventiladores, manejo de las camas críticas y compra de vacunas a distintos laboratorios, lo que permitió que el sistema de salud resistiera y abordara de mejor forma la crisis sanitaria. Hoy ya tenemos más de tres millones de chilenos vacunados”, destaca.
Para el titular de Interior, “es obvio que se pudieron hacer ciertas cosas de mejor manera, como sensibilizar a la gente más joven con un mensaje más segmentado que hubiese ayudado a que tuvieran más conciencia del riesgo que implican conductas irresponsables”.
“Para adelante, el desafío es que sigamos trabajando como un equipo, gobierno, alcaldes, ciudadanos, en el proceso de vacunación, para que se siga realizando de manera ordenada y ágil”, añade.
Mónica Zalaquett, ministra de la Mujer y la Equidad de Género
Zalaquett advierte que la pandemia impactó en mayor medida a las mujeres, “tanto en el ámbito del empleo como en la sobrecarga de labores domésticas y de cuidado, así como a quienes viven violencia”. Sin embargo, destaca “el apoyo en medio de la crisis sanitaria. Hay que destacar el posnatal de emergencia, la ley de crianza protegida. Además, el Ingreso Familiar de Emergencia, que ha beneficiado mayoritariamente a las mujeres.
Sobre los aspectos negativos, la ministra apunta al aumento de la violencia de género en medio de los confinamientos. Ante eso, detalla que “desplegamos un plan de contingencia reforzando nuestros canales de orientación y ayuda, creando otro silencioso: un WhatsApp, para que ninguna mujer que esté viviendo violencia sienta que está sola”.
Hacia el futuro, Zalaquett explica que “lo importante es seguir avanzando en el proceso de vacunación en los plazos establecidos por las autoridades”.
Felipe Delpin, presidente de la comisión de salud de la Asociación Chilena de Municipalidades y alcalde de La Granja
Mirando de cerca la realidad municipal, Delpin destaca “la respuesta por parte de los funcionarios de la salud, los centros de la atención primaria y los de atención hospitalaria. Creo que el sistema de salud de Chile demostró su capacidad para enfrentar una situación de esta gravedad”. También aplaude las gestiones del gobierno para conseguir una vacuna con antelación. “Hay que reconocer que fue una gestión exitosa y de muy buen nivel”, acota.
Sin embargo, critica las ayudas focalizadas que entregó el gobierno. “Algo que no se hizo correctamente fue haber entregado una ayuda social con mayor anticipación. Manifestamos que las cuarentenas iban a traer problemas sociales y económicos a muchas familias en nuestras comunas, y así fue. El gobierno no respondió a tiempo, generó muchas dificultades, necesidades y hambre en la población”.
Sobre el futuro, a un año de la pandemia, Delpin es tajante: “Creo que hay que mantener el toque de queda y sería más estricto en su cumplimiento. También debería haber una mayor fiscalización, tanto de las Fuerzas Armadas como de las policías. De igual manera, estar atentos a la necesidad de establecer cuarentenas, pero manteniendo las ayudas sociales, principalmente en los sectores que han ido perdiendo sus trabajos y fuentes de ingresos”.
Cristián Balmaceda, presidente Asociación de Municipios Rurales y alcalde de Pirque
Desde los municipios rurales, Balmaceda también destaca que “la compra anticipada de las vacunas ha sido el mayor logro del gobierno, haber empezado en mayo a reservar o hacer contratos de vacunas apenas salieron”.
Sin embargo, reconoce que, sobre todo con los municipios, “al inicio de la pandemia la falla fue de comunicación. Si está ocurriendo una situación así, a nivel nacional e internacional, el no haber reunido desde el minuto uno a distintos actores produjo este quiebre con los municipios, por la continuidad de las clases. Se escuchó poco a los estamentos que tenían algo que decir”.
En medio del alza de los casos y del proceso de vacunación, el edil señala que “es complejo decir qué hay que cambiar, pero creo que es necesario analizar el tema de las fases y qué se puede o no hacer en cada una. No podemos seguir perjudicando a la gente, a los pequeños comerciantes y emprendedores. Hay que analizar qué hacer e ir soltando un poquito la mano también”.
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