Rusia ha comenzado a movilizar tropas a lo largo de su frontera con Ucrania, presentando un nuevo desafío a la administración de Joe Biden y amenazando con poner fin a un alto el fuego entre Ucrania y los combatientes prorrusos.

La medida sigue a la escalada de combates a lo largo de la línea de demarcación dentro de Ucrania, donde un ataque la semana pasada mató a cuatro soldados ucranianos e hirió a dos.

En respuesta, Ucrania dijo el martes que había puesto a sus propias fuerzas en alerta y que estaba reforzando unidades en el este de Ucrania y en la frontera con la península de Crimea ocupada por Rusia.

Si bien Biden ha luchado con las maquinaciones del Kremlin, como un supuesto hackeo ruso masivo de los sistemas informáticos del gobierno de EE.UU. y la evaluación de la inteligencia de EE.UU. de que Moscú intentó interferir en las elecciones de 2020, la situación en Ucrania es la primera que involucra movimientos de tropas rusas. Rusia ha negado haberse entrometido en las elecciones, así como tener responsabilidad en el hackeo.

En Washington, un portavoz del Departamento de Estado dijo que el departamento estaba discutiendo la situación con los aliados de la OTAN.

“Nos preocupan las recientes escaladas de agresión rusa en el este de Ucrania, incluidas las violaciones del alto el fuego de julio de 2020 que provocó la muerte de cuatro soldados ucranianos el 26 de marzo y heridas a otros dos”, dijo un portavoz del Departamento de Estado.

El Pentágono dijo que estaba monitoreando la situación y que el jefe del Estado Mayor Conjunto del Ejército, el general Mark Milley, habló tanto con sus contrapartes rusas como ucranianas.

Si bien los analistas dicen que Rusia no ha convocado suficientes tropas para una invasión directa del este de Ucrania, los analistas dicen que Moscú podría estar buscando provocar un estallido en los combates y probar la profundidad del apoyo del Presidente Biden a Ucrania.

En la reciente movilización de tropas, el Ministerio de Defensa de Rusia anunció una serie de ejercicios a menos de 112 kilómetros de la frontera con Ucrania en las últimas semanas, aunque no están claros más detalles sobre la expansión militar.

En un discurso ante el Parlamento de Ucrania a principios de esta semana, el comandante en jefe militar de Ucrania, el teniente general Ruslan Khomchak, dijo que los ejercicios eran un disfraz para atraer a grupos tácticos de alrededor de Rusia a las fronteras de Ucrania, y que las tropas se habían quedado después del final de los ejercicios.

Los despliegues de tropas recuerdan los movimientos posteriores a la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014, cuando el Presidente ruso, Vladimir Putin, rotó unidades militares hacia la frontera con Ucrania, dijo Mikhail Barabanov, un experto militar en el independiente Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías, con sede en Moscú.

“En este momento hay varios batallones de grupos tácticos de otros distritos militares, similar a cómo se hicieron (refuerzos de la frontera) en 2014 y 2015”, dijo.

Tras el conflicto de 2014, un puñado de regimientos fueron trasladados desde el interior del país a la frontera, donde se establecieron de forma permanente como primera línea de apoyo a los separatistas prorrusos en los territorios separatistas ucranianos en las provincias de Donetsk y Lugansk, dijo.

Los actuales movimientos de tropas, añadió, pueden tener como objetivo aumentar el número y las capacidades de esas unidades.

Una misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, encargada de monitorear la violencia a lo largo de la línea del frente, dijo en los últimos días que los observadores habían visto vehículos de combate de infantería y misiles antitanques en territorio separatista. Las imágenes de un canal ruso en el sitio de redes sociales Telegram mostraron una larga columna de obuses mecánicos rusos transportados en camiones hacia Crimea, a través de un puente de 19 kilómetros que Moscú construyó para conectar la península con el territorio ruso después de la anexión.

Moscú quiere poner a prueba el compromiso de la administración Biden con Ucrania, pero también está frustrado por su propio fracaso en lograr sus objetivos allí, dijo James Sherr, investigador principal del Instituto de Política Exterior de Estonia en el Centro Internacional para la Defensa y Seguridad en Tallinn, Estonia, que apoya la integración del país en Occidente.

En febrero, el gobierno del Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, tomó medidas enérgicas contra un político prorruso en Ucrania, Viktor Medvedchuk, que es un amigo cercano de Putin, cerrando tres estaciones de televisión bajo su control y luego congelando sus activos e impidiéndole hacer negocios en el país. Al ordenar el cierre de las estaciones de televisión, Zelensky dijo que fueron financiadas por “el país agresor”, una referencia a Rusia.

Mason Clark, analista de Rusia en el Instituto para el Estudio de la Guerra en Washington, D.C., una organización de investigación independiente y no partidista, dijo que Rusia lanzó una campaña de desinformación a principios de marzo, acusando a Ucrania de preparar una ofensiva contra los territorios controlados por los rebeldes en la primavera. Los medios controlados por el Kremlin y el portavoz de Putin, Dmitry Peskov, amplificaron la narrativa, dijo.

En el frente, mientras tanto, los ataques contra las tropas ucranianas por parte de combatientes respaldados por Rusia se estaban volviendo más serios, dijo Oleg Zhdanov, coronel de reserva en el Ejército ucraniano y analista militar. Los rebeldes respaldados por Rusia comenzaron a violar un alto el fuego a lo largo de las líneas con incidentes de disparos aleatorios, y en enero intensificaron los ataques con disparos fatales de francotiradores, dijo.

La semana pasada, francotiradores respaldados por Rusia abrieron fuego contra un grupo de soldados ucranianos que estaban limpiando minas cerca de sus propias trincheras en el este de Ucrania, matando a cuatro de ellos, dijo. Después de disparar a los hombres, los rebeldes lanzaron un bombardeo de mortero para evitar que otros ucranianos ayudaran a los heridos, agregó.

En Moscú, el Kremlin culpó a Ucrania por el aumento de la violencia. Peskov, el portavoz del Kremlin, dijo que Rusia teme que Ucrania pueda desencadenar nuevos combates entre las fuerzas de Kiev y los separatistas respaldados por Rusia.

“Expresamos nuestra preocupación por las crecientes tensiones y la posibilidad de que Ucrania pueda tomar acciones de provocación que podrían conducir a la guerra”, dijo a los periodistas durante una sesión informativa el miércoles.

Un presentador de noticias ruso y uno de los principales propagandistas del Kremlin, Dmitry Kiselyov, acusó a Estados Unidos de usar a Ucrania como excusa para crear un nuevo conflicto con Rusia, aumentando la retórica antiamericana a los niveles escuchados durante el conflicto de 2014.

“Occidente se está preparando nada menos que para la guerra con nosotros”, dijo en un interludio dramático durante su programa Noticias de la Semana en la televisión estatal el domingo.