Parada, Kast, Fernández y Correa: chilenos vinculados con Cuba opinan sobre las protestas que sacudieron a la isla
En conversación con La Tercera, las figuras públicas se refirieron a las inéditas manifestaciones del domingo, el liderazgo de Miguel Díaz-Canel y las posibles repercusiones de esta movilización.
Cuba vivió el domingo sus mayores manifestaciones desde el histórico “Maleconazo” de 1994, que han generado reacciones en todo el mundo. Gritando consignas como “libertad” y “abajo la dictadura”, miles de cubanos salieron a las calles en ciudades de todo el país para protestar por la escasez de alimentos, medicinas y la crisis sanitaria por el Covid-19, entre otras demandas.
Las marchas comenzaron en San Antonio de los Baños, al suroeste de La Habana, y a medida que avanzaba la tarde del domingo se empezaron a publicar videos de manifestaciones en otros lugares, como Palma Soriano en el sureste del país. En la capital, en tanto, también se reunieron cientos de personas, seguidas de cerca por una fuerte presencia policial.
La Tercera conversó con cuatro chilenos con vínculos con la isla, para conocer su opinión de las movilizaciones y las repercusiones que podrían tener. “Lo ocurrido en Cuba es una luz de esperanza luego de décadas de una dictadura brutal, una de las dictaduras más sofisticadas que hayamos conocido”, dice Felipe Kast, senador de Evópoli por La Araucanía, que vivió en Cuba entre 1999 y 2000 mientras estudiaba Economía y Sociología en la Universidad de La Habana.
“Esto es algo inédito, y por eso toda la comunidad internacional debe involucrarse ahora para recuperar la democracia. No hay mucho tiempo, y es difícil que las movilizaciones sigan en forma indefinida, por la brutalidad y violencia de la dictadura. Los CDR (Comités de Defensa de la Revolución) ya están haciendo las fichas en cada barrio para perseguir políticamente a quienes salieron a protestar, y en varios lugares han cortado internet para evitar movilizaciones”, agrega Kast, quien está casado con Emelia Puga, una ingeniera civil cubana.
“Son las manifestaciones de un pueblo que exige libertad y democracia desde hace muchos años, y que por fin está pudiendo salir a las calles a manifestarse, pese a los impedimentos y la represión del régimen cubano”, complementa la actriz y exagregada cultural del gobierno de Michelle Bachelet en Estados Unidos, Javiera Parada, que ha viajado a Cuba en tres oportunidades.
“Esto estalló en grande en San Antonio de los Baños y de ahí se expandió como pólvora, y efectivamente ya no es solo el tema económico. También hay una generación de gente joven que pide cambios y que pide que no tomen decisiones por ellos. En esa parte, se parecen a Chile y Colombia”, señala el ingeniero civil y analista político Carlos Correa, quien estuvo viviendo en el exilio en Cuba junto a su madre, entre 1974-1990.
“La diferencia es que Chile y Colombia, como son democracias, pueden procesar las diferencias. En el caso chileno, terminamos un acuerdo y una elección convencional, y en el caso colombiano, están en pos de un diálogo nacional”, advierte el columnista de La Tercera y consultor en comunicación corporativa.
En cuanto a las causas, las manifestaciones se atribuyen principalmente al colapso de los sistemas de salud a causa de la pandemia, la escasez de alimentos y medicamentos, y la situación económica en general, que se ha visto agravada en los últimos años por las sanciones de Estados Unidos y la misma pandemia.
Otro catalizador, según los entrevistados, ha sido el acceso a las redes sociales en los últimos años. “Son las nuevas generaciones, las que han estado movilizadas desde el año 2019 hasta ahora en los diversos lugares del globo, y efectivamente, yo creo que la llegada masiva de internet va a hacer mucho más posible la organización de la disidencia política cubana”, dice Parada, actual jefa de campaña de Ignacio Briones.
“Después de haber tenido un repunte de esperanza durante el gobierno de Barack Obama, la economía empieza a derrumbarse de nuevo, y esto se vio muy agudizado con la llegada de la pandemia, que terminó de dejar el turismo prácticamente en cero. Al día de hoy, hay gente que prácticamente no tiene qué comer, y los únicos que pueden comprar en unas tiendas nuevas que han abierto son quienes tienen divisas, por lo tanto, esto además ha detonado unas diferencias al interior de Cuba muy grandes”, explica el periodista y analista político Patricio Fernández.
Fernández es autor de Cuba: Viaje al fin de la Revolución (2018), libro para el cual viajó al país una veintena de veces a partir de 2014, cuando Barack Obama y Raúl Castro comunicaron su voluntad de restablecer las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba. El actual constituyente por el distrito 11 estuvo presente en grandes eventos en la isla, como la visita de Obama, la de los Rolling Stones, e incluso para la muerte de Fidel Castro.
Liderazgo de Díaz-Canel
La primera respuesta del Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, frente a las protestas del domingo fue llamar a los “revolucionarios” a salir a las calles. “En un principio, muchos allá creyeron que podían estar ante una verdadera guerra civil. Díaz-Canel invitó a un pueblo a enfrentarse unos con otros. No sé qué se puede opinar sino que es una macabrería”, opina Fernández.
“La respuesta de Díaz-Canel es parte del libreto clásico de la dictadura. Mandan a los militares vestidos de civil a golpear y a combatir con violencia la sociedad civil. Es lo que han hecho con las Damas de Blanco en reiteradas ocasiones, y en esta oportunidad es esperable que lo hagan en forma masiva”, agrega Kast.
“Es una acción temeraria y peligrosa, y muestra que no tiene el gen del diálogo. Díaz-Canel es un burócrata de partido, al que le gusta la buena vida, pero no tiene en su cabeza el diálogo. En 1994, Fidel Castro fue a hablar con los manifestantes, salió a la calle”, dice Correa, agregando que “Díaz-Canel tampoco tiene capacidad dentro del gobierno de innovar, y por tanto, su manejo es estrecho. Prueba de eso es que hoy la reunión del buró político del Partido Comunista no la presidió Díaz-Canel, sino que la dirigió Raúl (Castro), que ya estaba retirado”.
Así, el columnista de La Tercera señala que, durante su estadía en Cuba, “a los niños nos educaron para que amáramos a Fidel en vida. Y Fidel Castro era una omnipresencia, hoy día no es así”. Por lo mismo, no descarta que el partido decida sacar a Díaz-Canel de su cargo.
Fernández coincide: “A los Castro se les podía querer u odiar, pero nadie era indiferente, había un respeto, sobre todo con Fidel. Con Díaz-Canel no es así”.
En cuanto a las repercusiones de lo que ocurrió el domingo, Kast piensa que “es difícil saber si la movilización va a ser capaz de sobrevivir a la represión y a la violencia de la dictadura. A diferencia de una democracia, en Cuba existe total impunidad para quienes violan los derechos humanos por parte del Estado”, y agrega que “por lo mismo es tan importante el apoyo de la comunidad internacional”.
Fernández, por su parte, opina que “es difícil imaginar que lo del domingo quede en el domingo”.
“Espero que la transición a la democracia en Cuba sea en paz. Deseo de todo corazón que este proceso hacia la democracia y la libertad en Cuba no sufra la represión que ha sufrido todos estos años la disidencia cubana”, concluye Parada.
Correa no es tan optimista. “El régimen se va a resistir a cambios mayores. Cuba no es Chile o Colombia. El régimen va a buscar todas las maneras posibles para mantenerse, incluso sacrificando a Díaz-Canel y echándole la culpa a él”, asegura.
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